Ella"Ella, no puedes exigir...".Pero fulmino a Sinclair con la mirada, como si estuviera cortando el aire con la mano y sacudiendo la cabeza al darme cuenta de que él no puede escuchar lo que yo estoy oyendo.Y lo primero que llega a mis oídos...Es una risa."Muy bien, hijita", dice una voz suave
EllaCora se seca las lágrimas con las palmas de las manos. "Lo siento", dice ella. "Es que... me puse loca"."La visión no fue mala", le digo, "te prometo que no lo fue. Y lo entendemos. Si hubieras salido de la ceremonia de bautizo con cara de haberte tirado a la piscina, yo también me habría vuel
Ella"Me gustaría saber cuál va a ser el poder de Rafe", murmuro mientras sacamos la mochila de Rafe del coche a la mañana siguiente.Cora y Roger se quedaron en su habitación unos minutos más, pero bajaron mucho más alegres y dispuestos a celebrar. Los observé atentamente durante largo rato, compro
"Bueno, eso no lo discuto", dice Sinclair, agarrándome contra su cuerpo semidesnudo en cuanto atravieso la puerta."Hombre inteligente", le digo, poniéndome de puntillas para darle un beso. Sinclair me lo da, uno largo y prolongado, y luego me da una palmada en el culo antes de agarrar unos pantalon
Cinco meses y medio después.EllaHoy se respira un ambiente extraño en el palacio y admito que no sé muy bien cómo sentirme porque todo es mitad temor y mitad expectación.Al menos, así es para todos los demás.¿Para mí? Para mí es solo una gran incomodidad."Ella", me regaña Cora cuando intento ag
"No te preocupes, Jesse", dice Roger con cariño a su hijo y acariciando suavemente el sedoso pelo castaño que ha empezado a crecerle en la cabeza. "Algún día vencerás a esa albóndiga; eres más ligero y más rápido...".Estallo en carcajadas ante la ridiculez de mi familia, negando con la cabeza ante
EllaRespiro hondo y me esfuerzo por respirar durante la contracción. Sinclair está sentado en la cama a mi lado, con una mano en la parte baja de la espalda y la otra agarrando mi mano izquierda mientras aprieto sus dedos con fuerza."Lo estás haciendo muy bien, Ells", me dice Cora, a mi derecha, g
Abro los ojos de par en par cuando avanza unos pasos y las sombras se disipan, revelando a un hombre alto, de hombros anchos y rostro anguloso, impecablemente vestido con ricas telas, cada una de un tono más oscuro de negro. "Felicidades", continúa él, haciéndome una pequeña reverencia burlona, "por