EllaMe pongo rígida ante la idea de que este Dios de la Oscuridad le dé algo a mi hija."No", jadeo, intentando apartarme de él, pero me cuesta moverme."No temas, hija de la luna", dice, levantando la comisura de los labios. "No doy maldiciones a mis elegidos, solo dones".Y entonces las sombras e
"Es preciosa", murmura Cora, con voz casi reverente. "Ya la amo; voy a ser su tía favorita"."Única tía", murmura Sinclair, con la voz un poco seca."Aunque tuviera sesenta", arrulla Cora, dando golpecitos en la barriguita de la bebé con un solo dedo, "yo sería la mejor". Se inclina hacia delante y
Ella"Así que, ¿estás bien? ¿Las dos están bien?", pregunta mi pareja, apretando su frente contra la mía, aún conmocionado por la extraña noticia del regalo del Dios de la Oscuridad."Sí", digo, asintiendo y segura de ello. Y entonces, me muevo de nuevo, pasándole el bebé. "Compruébalo tú mismo, nue
Todos nos reímos a carcajadas de los celos de Rafe y yo le acaricio la cabeza un poco más, murmurándole cosas dulces mientras lo llevo a nuestra cama recién hecha, con las sábanas raídas y las sábanas sucias afortunadamente ya cambiadas. Suspiro un poco de gratitud, pensando que tal vez sea un poco
Henry asiente y mira pensativo a los niños. "¿Me permiten investigarlo un poco, hijos?", les pregunta sonriéndoles, "¿y después les cuento? Odio ser críptico, pero quiero asegurarme de que estoy en lo cierto antes de lanzarlos a una búsqueda inútil"."Me parece bien", digo, agachándome y agarrando a
EllaLa multitud enloquece cuando salimos a la luz del sol y se me dibuja una enorme sonrisa en la cara. Sinceramente, durante unos meses la situación fue un poco delicada, ya que los medios de comunicación no paraban de debatir si yo era una reina buena o mala tras el asesinato de la escalinata. Pe
"¿Feliz?", pregunta Sinclair, sonriéndome mientras cierra la puerta."Extática", digo, sonriéndole antes de mirar a los niños. "Pero también cansada. Y ocupada. ¿Crees que puedes tranquilizar a Rafe, o al menos distraerlo, mientras me preparo para alimentar a Ariel?".Mi compañero me sonríe, se acer
Mi compañero escucha atentamente mientras le cuento, con todo lujo de detalles, todo lo que ocurrió cuando el Dios de la Oscuridad me llevó fuera del tiempo y le dio a nuestra hijita su regalo. Casi siempre la miro por encima del hombro mientras le cuento la historia, preguntándome cómo es posible q