Cora"Ella", suspiro, girándome hacia mi hermana, quien está detrás de mí con las manos juntas, los ojos llenos de lágrimas, sin respirar porque se esfuerza por no echarse a llorar. "¡Estás guapísima!", grita, y no puedo evitar reírme porque parece un personaje de dibujos animados, allí de pie, com
Porque esto... esto no está bien. Y de repente, muy de repente, sé exactamente lo que quiero hacer. Antes de que Ella pueda volver, me escabullo tras el pequeño biombo y me quito el vestido, lo doblo con cuidado y me pongo la ropa con la que he venido. Cuando salgo, una de las estilistas se acerca
CoraMientras Roger conduce por la oscura autopista, le escribo un mensaje rápido a Ella en mi teléfono: [Voy a estar desaparecida en combate un par de días. Roger y yo nos vamos a tomar un tiempo para nosotros. Siento dejarte colgada con todo el trabajo que tenemos que hacer en los campamentos, ¿m
Bueno. Sabía que era perfecta. "Es perfecta", dice Roger, girándose para sonreírme por encima del techo del coche. Le devuelvo la sonrisa, encantada de que sienta lo mismo que yo. Entonces, sin más, ambos entramos en acción: Roger va al maletero a por nuestras maletas y yo me dirijo a la puerta de
Ella"Pues qué raro", murmuro, mirando el teléfono mientras mi compañero se sienta sin camiseta a mi lado, terminando el último papeleo antes de irse a la cama. "¿Qué es raro?", pregunta él, aunque me doy cuenta de que solo está prestando atención a medias. Frunzo el ceño y miro el mensaje de Cora
"¿Qué?”, jadeo, y luego lo miro con el ceño fruncido, enfadada. "¿Qué estás haciendo? Suéltame, Dominic". "Ni lo sueñes, reinita", murmura, mirándome fijamente, con un poco de oscuridad en los ojos. "Empiezo a pensar que necesitas un pequeño recordatorio de quién es el Alfa en esta relación, y el R
CoraDespués de vestirme, me sorprendo a mí misma sintiéndome un poco tímida mientras me dirijo a la puerta del baño para volver al pequeño dormitorio donde Roger me espera. Porque no es ningún secreto por qué estamos aquí. Y Roger no es tonto, probablemente se dio cuenta de lo que estaba haciendo
Una hija, un día, casándose, con un vestido como éste. Y de repente, cuando lo miro, sé que los dos estamos pensando lo mismo: que tenemos tanta vida por delante y tanta alegría y ninguno de los dos puede esperar ni un segundo más para empezar. Roger me toma la cara entre las manos y me besa, despa