SinclairSé en qué momento Roger llega al búnker porque hace un ruido inigualable al entrar, como si estuviera asegurándose de que todos lo escuchemos atravesar los pasillos metálicos. Me estremezco un poco, soltando un quejido y recordando que, aunque el metal es seguro, también es ruidoso.Los pasos furiosos de Roger avanzan por el pasillo hacia mí, hacia la sala de conferencias que hay al final del pasillo, donde estoy trazando estrategias con los miembros de mi equipo que ya han llegado. R
Luego me separo de ella para verla mejor y evaluar su estado. Su cuerpo parece estar bien, pero su cara..."¿Qué te pasa?", pregunto, sabiendo de repente que algo anda muy mal, como si no lo supiera ya, por su ausencia los últimos cinco días, su falta de voluntad para devolver las llamadas de Roger."¿Qué me pasa?", jadea Cora, llevándose la mano a la cara mientras me observa. "Ella... ¡estás cubierta de sangre!".Me miro a mí misma y parpadeo un poco. "Ah", digo. Honestamente, lo había olvid
EllaMis manos se saltan automáticamente hacia mi boca, cubriéndola en un intento de ocultar mi conmoción, pero no funciona. Cora puede ver cada una de las emociones en mis ojos y en mi cuerpo, que se ha quedado inmóvil por la sorpresa. Y mientras me asimila, se da cuenta que mis propios pensamientos tienden hacia sus peores temores...Que Roger, en efecto, no lo va a tener fácil, que podría significar el fin de su nueva relación, sobre todo porque aún no le ha dado su marca.Cora rompe a llo
Y honestamente, como la lluvia, la risa trajo un poco de paz. Ahora lo veo en su cara, que confía en mí, que sabe que pase lo que pase sigue teniendo a su hermana de su lado. E incluso en el peor de los casos, seguiremos encontrando algo de lo que reírnos."Dios, Cora", murmuro, sacudiendo la cabeza, agarrándole la mano y dedicándole una sonrisa triste. "¿Qué vas a hacer?"."No lo sé, Ella", dice Cora con un suspiro, aún mirándome fijamente, con los ojos un poco perdidos."¿Vas a... quedártel
EllaJadeo y vuelvo a llevarme las manos a la boca. Su cachorro... su... "Ay, Dios mío", murmuro, con los ojos fijos en la cara de sorpresa de Cora. Pero antes de que pueda hacer o decir algo, Roger salta hacia delante y agarra a Cora por los brazos. Ella grita, aterrorizada, y puedo ver la conmoción y el miedo en su cara cuando Roger la sacude una vez, con fuerza. "¡¿Cómo, Cora?!", grita él, con los ojos tan abiertos que puedo ver su esclera perfectamente. Jadeo, dándome cuenta de qu
Y entonces, hay un destello de luz, y él está de pie frente a nosotros, devastado. "Cora", dice Roger tras un respiro. El hombre sacude la cabeza, con la cara llena de dolor. "Cora, lo siento mucho..."."No pasa nada", murmura ella, con las manos aún temblorosas. Él camina hacia ella y le toma la cara entre las manos, mirándola fijamente a los ojos. "¿Estás... estás bien? Dios, Cora, si te hiciera daño, me suicidaría". "Estoy bien", dice ella entrecortadamente, soltando una risa ligera y
CoraNi siquiera me doy cuenta cuando Ella se va. Estoy demasiado ocupada sollozando.Creo que vuelvo a asustar a Roger cuando empiezo a llorar, porque al principio son solo unas pocas lágrimas, pero de repente estoy lloriqueando contra su hombro porque siento como si todas las emociones que he tenido, todas y cada una de ellas, me recorrieran a la vez."Cora", susurra Roger con preocupación, atrayéndome hacia él. Pero cuando no puedo detenerme, se limita a abrazarme con fuerza, me trata de calmar y me pasa una mano por la espalda. Luego, cuando continúo, camina lentamente hacia atrás conmigo en brazos hasta que sus piernas tocan la cama, y entonces se sienta, tirando de mí hacia su regazo, y se recuesta, llevándome con él.Es ahí cuando empiezo a calmarme, acurrucada contra el cuerpo de Roger, respirando su cálido aroma mientras él hace suaves ruidos reconfortantes y me besa la cabeza y me susurra que todo está bien y que soy encantadora.Al recomponerme, siento vergüenza, en ser
Cora"No pasa nada", dice Roger, con los ojos muy atentos al ver mi cara pálida con expresión de susto. Se da cuenta de que me ha asustado por tercera o cuarta vez hoy. "No es... no es malo, solo fui un poco tonto... fue un malentendido..."."¿Qué?”, pregunto, más confusa que nunca."Escucha", dice, inclinándose hacia mí. "Déjame que te lo cuente, ¿de acuerdo? Iba a decírtelo en algún momento, pero no así...", dice él antes de suspirar, mirándome a la cara, luego a la barriga y de nuevo a los