"¡Cora!", Roger grita, golpeando mi puerta e interrumpiendo una de las lecturas de Hank. "¿¡En serio!? ¿Por qué demoras tanto? ¡Vámonos!". "¡Ya VOY!", grito a la puerta, harta de su impaciencia. "Maldita mierda de Alfa...", murmuro mientras me pongo las zapatillas, sin molestarme en atarme los cordones. Luego, me pongo de pie, recogiéndome el pelo detrás de las orejas mientras Hank camina hacia mí y me da el teléfono, levantando una mano hacia mi cara. "Es un resumen bastante bueno de los
Ella "¡Ella!". Oigo la voz de mi hermana en el mismo momento que oigo la puerta principal de la casa abrirse. Me pongo rápidamente de pie de mi silla en la oficina de Sinclair, con Rafe tranquilo y despierto en mis brazos, y voy hacia la puerta abierta. "¡Cora!", la llamo. La veo alejarse de la sala de estar, donde me estaba buscando, y correr hacia mí por el pasillo. Roger cierra la puerta principal de la casa mientras entra. Cora me agarra los hombros en cuanto se acerca. "¿Estás... estás bien?", jadea, me mira y luego baja la vista hacia el bebé. Puedo ver un poco de alivio en su rostro cuando nos ve sanos y salvos ante ella. "Estamos bien", le digo, sonriéndole. "Por ahora, estamos bien. Gracias por venir tan tarde en la noche". Mi hermana se me queda viendo, frunciendo un poco el ceño. "¿Qué?", le pregunto. "Es que...", dice confundida, mirando a Roger. "No esperaba que estuvieras tan tranquila". "Bueno, pasó hace como once horas", digo, levantando las
Ella "De verdad debo insistir", Leon dice incómodamente, mirando a la habitación de invitados repleta, "en que... reduzcamos la multitud. Solo un poco". "Bueno, yo no me voy", digo, acercándome y haciendo rebotar a Rafe en mis brazos mientras miro a mi hermana acostada en la cama. Cora está incómoda mientras mira a su alrededor al grupo de investigadores, a Roger, a mí, a Rafe y a Sinclair, todos de pie alrededor de ella. Leon se sienta cuidadosamente en una silla a su lado. "¿Quizá...
Sin embargo, veo que los ojos de Cora comienzan a destellar, un poco detrás de los párpados, cuando el éter comienza a actuar y rápidamente entra en un estado como si estuviera dormida y despierta. La observo, curiosa, preguntándome si yo me veía igual bajo los cuidados de Leon. Roger, que también mira a Cora, viene y se sienta a mi lado en la cama para estar más cerca de la acción. Le doy un pequeño y cálido codazo en el hombro, tanto en señal de bienvenida como de disculpa por haberlo molestad
Ella Jadeo y extiendo la mano rápidamente para agarrar la de Roger. Siento que él está tan tenso como yo mientras que ambos estamos sentados al pie de la cama, mirando fijamente a Cora. Leon me mira y sacude la cabeza levemente y frunce el ceño. Es un gesto pequeño, pero el significado es claro, no debo perturbar para nada el estado de Cora. Por precaución, me llevo una mano a la boca y me la tapo, sabiendo que en los próximos momentos puede que oiga detalles que me hagan reaccionar sin qu
"Oh, hola, Ella", dice, con la voz un poco temblorosa, asustada. "Cora", le digo, tan suavemente como puedo. "Dijiste que no recuerdas haber visto al hombre de la bata negra después de ese día... pero ¿lo habías visto antes?". "Ella", mi hermana dice, su labio comenzando a temblar. Se gira hacia mí, sin verme, y me agarra la mano con fuerza. "Ella...". "Cora", digo, preocupada, mirando entre ella y Leon, desesperada. Y entonces, mi hermana se queda tiesa de terror, sus los ojos abi
Ella Cuarenta y cinco minutos después, salgo de la habitación cerrando la puerta tras de mí. Entonces me levanto, cierro los ojos y exhalo un largo suspiro. "¿Está bien?", sisea una voz detrás de mí. Salto medio metro en el aire y logro suavizar mi grito mientras me giro para ver a mi pareja a unos quince centímetros de mí, mirando para abajo pareciendo preocupado. Le pego fuertemente en el pecho, más que nada para descargar mi adrenalina que para hacerle daño, y lo miro fijamente, eno
"Ya está", dice, arrodillándose frente a mí, lo que absurdamente pone a su cabeza básicamente a la altura de la mía. "Confías en mí, ¿verdad?", me pregunta mientras solloza. Yo asiento enérgicamente. "Y sabes que nunca dejaría que nadie hiciera daño o se llevara a Rafe, ¿verdad?". Asiento nuevamente. "Entonces, duerme, cariño", me dice llevando una mano a mi cara y sosteniéndome suavemente la mejilla. "Porque en un par de horas, tu bebé va a necesitarte, y tu hermana, y tu manada. Tienes