Ella"Esto no es justo", me quejo, sentada desnuda en la parte trasera de la limusina mientras miro a Sinclair. "Dijiste que me reclamarías si me transformaba de vuelta". "Parejita codiciosa", se burla y luego me besa el suave lugar detrás de la oreja. "No dije que lo haría en medio del bosque". No lo había dicho, pero aun así me disgusté mucho que, en lugar de atacarme en cuanto terminé el doloroso pero breve cambio a humana, me levantó y se dirigió a los coches y los guardias que me esper
A estas alturas no soy más que una cachorro sin fuerzas en sus brazos y el Alfa engreído lo sabe. Cuando lo miro, sus ojos de lobo me atraviesan y, aunque me ha hecho papilla el cerebro, no puedo evitar darme cuenta de que no soy la única que se ha excitado con sus comentarios obscenos. Sinclair está tan desnudo como yo y tengo que luchar para no quedarme boquiabierta ante su tamaño. Estoy segura de que no era tan grande en nuestro sueño. En cualquier caso, mi loba se enorgullece de saber que
Ella Sinclair está elevado sobre mí, con sus ojos de lobo brillando mientras me observa trabajar en mis sentimientos. Me muerdo el labio inferior para encontrar la valentía para pedirle lo que quiero, y él ronronea profundamente en su pecho, sosteniendo mi mejilla, liberando mi labio de mis dientes afilados. No me apresura, no me exige, simplemente me deja procesar el problema y evita que me lastime la piel con mis nuevos colmillos. Su suave afecto me da la seguridad que necesito y me acerco u
"Tócate, Ella", Sinclair me ordena, su voz ronca con una lujuria apenas contenida. "Abre esa dulce vagina para que pueda ver lo mojada que estás por mí". Me quedo helada, alterada por la idea de darme placer frente a él. Al mismo tiempo, mi loba me urge a ser valiente. Es lo que él quiere, le va a gustar aunque estés nerviosa. Al notar mi duda, Sinclair me da un leve ronroneo de ánimo, y suavemente muevo la mano hacia mi vagina hinchada, sin saber si puedo pasar por esto o no. Nunca me he toc
Ella Al principio pienso que Sinclair está enojado, pero entonces sus labios se separan en una sonrisa letal y una risa gruñona suena en su pecho. Pasa su mano por mi mejilla y alrededor de mi nuca, enredando sus dedos en mi cabello mojado. "¿Sabes lo que significa, de arriba a abajo, lobita?", me pregunta siniestramente, con el pulgar masajeando mi cuello en constantes círculos. "No", respondo, moviéndome nerviosa de un pie a otro. Su actitud como la de un depredador, tan amenazante, y sé
Grito de frustración cuando su estímulo desaparece, quejándome y mirando fijamente a mi pareja. Sé que está planeando hacer lo mismo una y otra vez, pero saber esto solo hace que me ponga más desafiante. Sinclair baja sus labios hacia los míos, robándome un beso mientras canta: "Qué lobita tan feroz". Lo muerdo en el labio inferior, lo bastante fuerte como para sacarle sangre, y él arrastra su dedo por mi abandonada grieta, obviamente sin preocuparse en lo más mínimo por el líquido rojo que se a
3ra Persona Hubo un tiempo en que Lydia había soñado sobre ver el berrinche de un príncipe, más que nada porque siempre imaginó que sería su hijo, y hubiese estado tan emocionada de ser madre y reina que no le hubiera importado un berrinche. Al ver a un hombre adulto, un Alfa al que esperaba seducir, quejarse y enloquecer era algo totalmente diferente. El Príncipe Damon había regresado de su fallida reunión con Sinclair para descubrir que Ella ya no estaba, por lo que destrozó su habitación p
El agarre en su garganta se hacía cada vez más fuerte y Lydia hundió sus dedos en su mano, tratando de quitárselos para que tuviera espacio para respirar. "Por favor", suplicó. "Yo– yo aún puedo ayudarte". "No veo cómo", El Príncipe se burló, "en todo caso, tú estando cerca de mí, debilitas la simpatía pública por mí". Hizo una pausa, una luz naciente, apoderándose de sus facciones mientras las pistas de Ella y Sinclair sobre el asesinato de Angeline pasaban en su mente. "De todos modos ¿por