Ella Sinclair está elevado sobre mí, con sus ojos de lobo brillando mientras me observa trabajar en mis sentimientos. Me muerdo el labio inferior para encontrar la valentía para pedirle lo que quiero, y él ronronea profundamente en su pecho, sosteniendo mi mejilla, liberando mi labio de mis dientes afilados. No me apresura, no me exige, simplemente me deja procesar el problema y evita que me lastime la piel con mis nuevos colmillos. Su suave afecto me da la seguridad que necesito y me acerco u
"Tócate, Ella", Sinclair me ordena, su voz ronca con una lujuria apenas contenida. "Abre esa dulce vagina para que pueda ver lo mojada que estás por mí". Me quedo helada, alterada por la idea de darme placer frente a él. Al mismo tiempo, mi loba me urge a ser valiente. Es lo que él quiere, le va a gustar aunque estés nerviosa. Al notar mi duda, Sinclair me da un leve ronroneo de ánimo, y suavemente muevo la mano hacia mi vagina hinchada, sin saber si puedo pasar por esto o no. Nunca me he toc
Ella Al principio pienso que Sinclair está enojado, pero entonces sus labios se separan en una sonrisa letal y una risa gruñona suena en su pecho. Pasa su mano por mi mejilla y alrededor de mi nuca, enredando sus dedos en mi cabello mojado. "¿Sabes lo que significa, de arriba a abajo, lobita?", me pregunta siniestramente, con el pulgar masajeando mi cuello en constantes círculos. "No", respondo, moviéndome nerviosa de un pie a otro. Su actitud como la de un depredador, tan amenazante, y sé
Grito de frustración cuando su estímulo desaparece, quejándome y mirando fijamente a mi pareja. Sé que está planeando hacer lo mismo una y otra vez, pero saber esto solo hace que me ponga más desafiante. Sinclair baja sus labios hacia los míos, robándome un beso mientras canta: "Qué lobita tan feroz". Lo muerdo en el labio inferior, lo bastante fuerte como para sacarle sangre, y él arrastra su dedo por mi abandonada grieta, obviamente sin preocuparse en lo más mínimo por el líquido rojo que se a
3ra Persona Hubo un tiempo en que Lydia había soñado sobre ver el berrinche de un príncipe, más que nada porque siempre imaginó que sería su hijo, y hubiese estado tan emocionada de ser madre y reina que no le hubiera importado un berrinche. Al ver a un hombre adulto, un Alfa al que esperaba seducir, quejarse y enloquecer era algo totalmente diferente. El Príncipe Damon había regresado de su fallida reunión con Sinclair para descubrir que Ella ya no estaba, por lo que destrozó su habitación p
El agarre en su garganta se hacía cada vez más fuerte y Lydia hundió sus dedos en su mano, tratando de quitárselos para que tuviera espacio para respirar. "Por favor", suplicó. "Yo– yo aún puedo ayudarte". "No veo cómo", El Príncipe se burló, "en todo caso, tú estando cerca de mí, debilitas la simpatía pública por mí". Hizo una pausa, una luz naciente, apoderándose de sus facciones mientras las pistas de Ella y Sinclair sobre el asesinato de Angeline pasaban en su mente. "De todos modos ¿por
Ella Cuando despierto, siento mi cuerpo lleno con el dolor muscular más exquisito. Mi mano inmediatamente va a mi cuello, donde la marca de Sinclair está grabada en mi piel. Ser reclamada fue la experiencia más intensa de mi vida, y se siente increíble como si Sinclair y yo ya no fuéramos dos personas a parte, sino dos mitades de un mismo todo. Su gran cuerpo está envuelto sobre mí mientras duerme, y me sorprende darme cuenta que puedo sentir el orgullo y la satisfacción de su lobo interior
Las alarmas se encienden en mi cerebro, pero ya es demasiado tarde. La lengua talentosa de Sinclair recorre el largo de mi vagina, lamiendo la humedad acumulada en mi entrada y rozando el pequeño conjunto de nervios en la punta de mi montículo. "Dominic no– ohhh", exclamo, suspirando mientras una nueva oleada de calor me llena. Hace un momento pensé que mi clítoris se caería si Sinclair lo tocaba, pero el dolor que me hace sentir está lleno de un profundo placer que no entiendo. De repente, me d