Aurora esperó sentada en el mueble de la sala, sin una pizca de sueño y con los músculos tensos. El capitán Bernal le avisó que había dado la autorización para el aterrizaje de los dos aviones que traía Franco y ella notó lo tenso que el policía estaba, pero eso no le importaba a Aurora, habían hecho un trato y esperó que el hombre lo respetara.De igual forma no tenía evidencia contra Franco más allá que habladurías de corredor, así que por ese lado estaba bien, pero, lo que la tenía al límite era sin duda, lo que Doménico podía estarle haciendo a Gio, o lo que le haría con tal de idear una estrategia para acabar con Franco.Aurora sintió una presión en la cabeza, una cómoda y familiar que le pidió entrar y cuando ella la dejó la voz de Franco en su cabeza le hizo erizar la piel del cuello.— Estoy cerca, mi reina — le dijo y Aurora quiso tenerlo ahí para poder abrazarlo, y tuvo que esperar media hora para que el mafioso al fin cruzara la puerta y ella se le colgó del cuello y lo abr
Cuando Aurora entró al piso de la revista todo dentro era una especie de caos, pero lo que resaltaba por encima de todo eran los rostros paliduchos y enfermizos de sus empleados, así que se cruzó de brazos frente a la puerta del ascensor.— Parece que la fiesta estuvo buena — dijo y todos corrieron a ella y la abrazaron, la felicitaron y tambien la regañaron por no contestar el celular.— La verdad vinimos por obligación — le comentó la chica joven que Aurora había contratado como diseñadora gráfica — pero la fiesta acabó a las dos de la mañana y hay mucho qué hacer — Aurora negó.— Aunque sea hubieran venido un poco más tarde — pero la mayoría negó.— Hay que terminar de editar la entrevista de Carlota.— Necesitamos la aprobación de la próxima edición.— Ya logramos contactar a la escritora Clarissa Sarmiento.— Hay que comenzar a fusionar la revista con el periódico.— Tenemos que contratar a alguien que cree la página web y nos entrene para manejarla — a Aurora le dolió la cabeza
Aurora no se quiso separar de Carlos, se recostó en la cama a su lado y no le apartó la mirada de encima hasta que Franco llegó y se sentó a su lado.— Vamos a encontrarlo — le comentó él y Aurora se limpió el rabillo del ojo.— Esto es mi culpa, si no hubiera ido sola esa vez…— Claro que no es tu culpa, no estabas sola — se acercó a ella y la abrazó por detrás.— Tenemos que rescatarlos rápido o Doménico los terminará matando. Si Carlos estaba sintiendo eso, ¿Te imaginas lo que estaba sintiendo Gio? — Aurora sintió en el cuerpo de él la tensión que lo invadió de repente, sabía que le había prometido a su familia que cuidaría de Giovanny y en ese momento sentía que había fallado, así que Aurora se deshizo de su abrazo y lo abrazó a él — no es tu culpa — le dijo — él decidió ir conmigo, él decidió venir al país y…— Claro que es mi culpa, debí haberlo atado a la pata de la cama — Aurora lo besó en los labios y lo miró a los ojos grises como la luna llena.— No puedes juzgarlo, ¿Qué ha
Aurora se aferró al brazo de Franco mientras los demás comenzaban a prepararse para el encuentro con Doménico. Pol había movido sus influencias y logró encontrar el número de celular de uno de los guardaespaldas del mafioso y Franco había sostenido una conversación muy pero muy corta, pero tambien muy intensa en la que se citaron en la pista de aterrizaje privada que tenía la ciudad que estaba lo suficientemente alejada.— ¿Qué crees que pida? — le preguntó Aurora a Franco mientras él comprobaba un arma que tenía en la mano.— Mucho, seguramente pedirá el control de gran parde de Europa.— ¿Y se lo darás? — él ladeó la cabaza.— Por recuperar a Gio estoy dispuesto a hacerlo, ya después veremos cuáles serán las consecuencias de todo aquello si el capitán Bernal no logra atraparlo — Aurora se sentó a su lado en el mueble, su pequeño departamento se había convertido en una especie de batallón, había colones inflables tirados por todo el suelo donde los hombres de Franco habían pasado la
Aurora sintió que toda la realidad del peligro caía sobre ella cuando Franco le puso el chaleco antibalas que les había dado el capitán Bernal. El hombre se la quedó mirando y le dio un beso en los labios.— ¿Estás segura de esto? — le preguntó Franco y Aurora asintió con seguridad.— Claro que te acompañaré, no te dejaré solo en este momento.— Temo perderte — le dijo él y Aurora negó.— Eso no pasará, te lo prometo.Franco le puso un auricular y escuchó la voz de Pietro que se quedaría en el edificio y que les indicaba que, según el satélite, los hombre de Doménico comenzaban a llegar a la pista de aterrizaje del encuentro.Aurora se subió en su camioneta como copiloto y Franco condujo, en la parte de atrás venía Filippo con Carlos y el mafioso los miró por el retrovisor.— Ustedes tres se quedarán en el auto — les dijo y luego miró al guarda espaldas.— Filippo, ¿Los cuidarás? — el hombre asintió y los risos oscuros de su cabello se sacudieron.Aurora de verdad tenía miedo, era un
Franco entró a la camioneta con Aurora y a través de su cuerpo trató de golpear a Filippo, pero el hombre esquivó los ataques mientras seguía conduciendo a toda velocidad.El cinturón de seguridad de Aurora le impedía estirarse bien hacia el hombre y mientras Franco y él peleaban ella se lo pensó por un momento.¿Filipo el traidor? No podía llegar a imaginárselo, ¿Acaso fue a Doménico quien le pidió permiso de poner en la mente de Eduardo los pensamientos de Carlos? Por eso Doménico los estaba esperando, porque Filippo era el soplón. Pero, ¿Por qué mató al científico cuando llegaron? ¿Tambien era parte del plan?— ¿Por qué? — le preguntó ella dejando ya de pelar, Franco tenía el corazón tan acelerado que ella temió le diera un infarto.— Ya te lo dije, él tiene a mi pareja — Aurora se aferró el cinturón de seguridad.— Si hubieras dicho algo…— Si hubiera dicho algo él la hubiera matado, ¿Crees que no quería decirles? ¿Crees que no me dolió traicionarlos? Pero por ella haré lo que sea
Cuando llegaron a casa el sol comenzaba a salir por el horizonte, con un tinte naranja apacible contrastaba por completo con el humor oscuro que tenían todos los presentes.Franco había esposado a Filippo al brazo de su pareja y los tenía sentados en un mueble cerca de la esquina y un hombre los tenía vigilados.Aurora sintió toda la rabia y la decepción que le causaba la traición del hombre, pero le fue imposible hacerle daño, y aunque tenía mucha rabia para reconocerlo, lo entendía, ¿Qué más hubiera podido hacer?— Hay algo que me preocupa — le comentó Aurora en la mente a Franco, hacía mucho que no mantenían una conversación intima en el refugio de sus mentes — Doménico pudo haber seguido teniendo a la pareja de Filippo para que él le siguiera pasando información, ¿Por qué dejó de lado esa ventaja? — Franco respiró profundo.— Doménico es terriblemente arrogante, él no hizo esto con Filippo para obtener información, lo hizo para hacerme daño, no le importa, ya tiene a Gio. Me tien
Las manos de Aurora temblaban, incapaz de imaginar lo que estaba a punto de hacer, pero no quería pensar en ello: no, porque Franco leería su mente y no se lo permitiría, así que prefirió pensar en su hermano convulsionando por el dolor y eso ayudó a que el mafioso pensara que sus nervios eran debido a eso.Habían llegado a casa después del ataque de Doménico, y Carlos aún seguía inconsciente, pero Aurora no quiso apartarse de él en ningún momento, temía que cuando el joven volviera a despertar Doménico los torturaría de nuevo, así que se quedó al lado de la cama con la pistola de dardos y solo cuando llegó la noche salió en silencio.La sala estaba, como siempre, llena de los hombres más importantes de Franco y ella pasó con la mirada gacha hacia la cocina con la mente en blanco.Diego era un hijo del bosque que podía leer la mente de las personas, y aunque Aurora no había sentido nunca su presencia, aunque no supiera si se sentía o no, prefirió mantener la mente en blanco para evit