Capítulo 971
La cara de Tadeo se puso blanca y dijo: —Hoy he salido un poco tarde, luego vendré más temprano.

—Bien, ¿dónde está mi oficina?

—Yo te llevo.

Tras acompañar a Guido a su despacho, Tadeo se sintió por fin aliviado.

Delante de Guido, siempre se sentía presionado por él, su sensación de opresión era tan fuerte que tenía que mantener un perfil más bajo.

Pronto, Guido le llamó y le pidió que convocara una reunión de accionistas.

Tadeo frunció el ceño, dijo con voz ronca: —Esos accionistas no me hacen caso, no han vendido a la reunión desde la última vez que la cooperación del Grupo Silva salió mal.

Guido rio: —Eres un perdedor, la reunión tendrá lugar en la sala de más grande dentro de media hora.

Veinte minutos después, Tadeo entró en la sala de reuniones y su rostro se volvió serio al ver que la sala estaba llena.

Cuando les convocaba a una reunión, aunque los invitaba o instaba, se negaban a venir, ahora Guido estaba aquí, todos se comportaban como codornices, ¡los cabrones estaban en su
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