Capítulo 948
Cuando Beata acababa de soltar el móvil, la puerta de la cámara se abrió de un empujón.

Al ver a Matilda, una sonrisa apareció en su rostro, ahora Matilda era su única esperanza.

Sin embargo, en este momento, su sonrisa se congeló en su rostro.

—Mati, ¿qué te ha pasado en la cara?

Matilda tenía visibles moratones en las comisuras de los ojos y la boca, y las mejillas hinchadas, por lo que parecía muy malherida.

Tras entrar en la cámara y ver que no había nadie más, Matilda se sentó junto a la cama.

—¡Mamá, Tadeo me pegó!

Ayer Tadeo enloqueció y la golpeó sin ningún motivo, totalmente diferente a antes, esta vez incluso le golpeó la cara.

Al final, ella se desmayó del dolor.

Cuando volvió a despertarse, Tadeo ya se había ido a trabajar y ella seguía tumbada en el frío suelo del estudio.

Cuando pensaba en la mirada loca de Tadeo la noche anterior, Matilda tenía miedo y ni siquiera quería volver a ver a Tadeo.

Beata vio los moratones de sus muñecas y enseguida se le saltaron las lágrimas.
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