Capítulo 939
Ricardo se sintió culpable, se acercó a la cama y se sentó, acarició suavemente la espalda de Beata, —Vas a quedar embarazada, que descanses bien, no pienses demasiado.

En este momento, recibió una bofetada de Beata.

La bofetada le costó todas sus fuerzas, después de abofetear a Ricardo, su cuerpo cayó con fuerza sobre la cama, su cara se torció.

—¡Ricardo! ¡Te odio! Sabes muy bien que odio a Linda, y que mi bebé no habría abortado si hubieras estado con otra mujer. Ustedes dos lo mataron al bebé. ¡Son asesinos!

Ricardo no esperaba que ella le golpeara, y cuando reaccionó ya era demasiado tarde para esquivar y recibió la bofetada.

Sentía dolor en la cara, y el poco sentimiento de culpa desapareció al recibir la bofetada.

—Beata, como acabas de tener un aborto, hablo contigo con mucho cuidado, pero te atreviste a pegarme. Escucha, sí estoy con Linda. No puedes darme un hijo, ¿pero no puedo buscar a otra mujer? Linda es más joven que tú y su hijo será mejor. Si no te hubieras empeñado en
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