Capítulo 863
— ¡Ella no nos tomaba como sus padres! ¡Todo es culpa suya, si nos hubiera dado el dinero, esto no habría pasado!

Al oír sus irracionales explicaciones, la policía se enfadó.

—¡No consideraban que era su hija, sólo la usaban como un cajero automático!

Estos padres chupasangres eran como sanguijuelas, una vez que conseguían su sangre, era imposible deshacerse de ellos.

Miriam hizo bien en alejarse de ellos, pero cayó en la trampa de Benjamín y al final se suicidó en la oficina.

—¡Gente como ustedes no merecen ser padres, ni siquiera seres humanos!

La madre de Miriam se puso azul de ira y dijo enfadada: —¿Cómo te atreves a hablar así con nosotro? Eres muy grosero, ¡voy a denunciarte!

El policía la miró fríamente y dijo con voz fría: —¡Puedes hacerlo si quieres!

Tras decir eso, el policía se levantó y se fue.

En cuanto el policía se marchó, la madre de Miriam se puso preocupada.

Al pensar en la posibilidad de ir a la cárcel, sintió miedo.

Si lo hubiera sabido, se habría marchado cuando re
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