Capítulo 813
Por otro lado, Natalie salió del centro comercial con Nora y ambas rieron a carcajadas.

—¡Me encantaría ver la cara de Matilda cuando se entere de que este centro comercial tiene los peores beneficios de todos los centros comerciales de Imperialia!

Natalie enarcó una ceja, —¡No te preocupes, ya verás!

—Ya es tarde, te llevo a casa, quedaremos otro día.

—Vale.

Llegó a Bahía de Oro después de las nueve de la noche.

Natalie entró en el chalet y vio a Leonardo sentado en el sofá leyendo el documento.

Se detuvo en seco y frunció el ceño: —Señor Ramos, ¿por qué no lees el documento en el estudio?

Leonardo levantó la mirada hacia ella, sus ojos eran como un lago en calma, haciendo que Natalie se sintiera esquiva.

—¿No te dije que me llamaras Leo?

Natalie frunció los labios, —Lo siento, todavía no estoy acostumbrada... Se me olvidó...

—No pasa nada, te lo recordaré, y aún tenemos mucho tiempo para que te acostumbres.

Al ver su profunda mirada, a Natalie se le aceleró el corazón y se apresuró a
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