Capítulo 372
— Sí, concreta la hora y el lugar y mándamelo al móvil.

Al colgar, Natalie llamó a Leonardo.

—Esta noche voy a cenar con el señor Ruiz, no hace falta que vengas a recogerme.

Tras unos segundos de silencio, llegó la voz descontenta de Leonardo: —¿Fausto?

—Sí

—Voy contigo.

La mano de Natalie, que daba vueltas al documento, dio un respingo y frunció el ceño: —Hablaremos de negocios y es inconveniente que estés allí.

Leonardo no dijo nada, pero tampoco colgó.

Al notar que estaba descontento, Natalie dijo con impotencia: —Realmente se trata de negocios, y volveré en cuanto terminemos, ¿de acuerdo?

—Entonces tienes que volver antes de las nueve, ¡y no bebas!

Natalie sonrió: —Vale, lo que tú digas.

...

A las seis de la tarde, Natalie llegó al restaurante con el que había quedado.

Después de sentarse frente a Fausto, sonrió y dijo: —Había un poco de tráfico, llego tarde. Lo siento.

Fausto le dio el menú y le dijo: —No llegas tarde, yo he llegado temprano.

Natalie cogió el menú y pidió dos de
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