Lucía expuso a Omlio detalladamente sus ideas sobre unas escenas del guion.A Omlio se le iluminaron los ojos poco a poco mientras escuchaba, y tuvo que admitir que, efectivamente, las ideas de Lucía harían la trama más completa y los personajes más vivos.—Bien, los cambiamos como tú digas. —Omlio miró a Lucía con aprecio.—¡Gracias, director!Omlio sonrió: —Debo agradecértelo, la historia se desarrolla mejor con tu modificación. Si crees que hay que modificar otras partes, puedes acudir a mí.Lucía se sorprendió, no esperaba que Omlio aceptara, asintió y dijo: —¡De acuerdo!Tras unas horas de preparación, Genimo se encontraba en un estado mucho mejor cuando volvió a actuar con Lucía.En una tarde de verano, Tiana llevaba un vestido de seda rosa y caminaba por el sendero de piedra hacia la familia Guzmán con un paraguas en una mano y una cesta en la otra.La cesta contenía una hoja de loto y una flor de loto, y desde la distancia parecía como si un hermoso cuadro hubiera cobrado vida.
La mujer era como una leona enfurecida, y se abalanzó sobre Fabrizo con las garras abiertas.Fabrizo inconscientemente esquivó, y la mujer casi cayó al suelo.Tiana se quedó atónita ante esto, nunca se imaginó que las cosas llegarían tan lejos.Se sentía culpable, miserable y confusa. No sabía cómo manejar la situación y adónde debía ir.—¡Dejen de pelear! —Tiana por fin encontró su voz y gritó con fuerza.Sin embargo, los dos enfadados no pudieron oírla.La mujer se abalanzó de nuevo sobre Fabrizo, y él no tuvo más remedio que estirar la mano y esquivarla.La escena era caótica mientras se empujaban en la puerta.Tiana los miraba con los ojos empañados por las lágrimas.De repente se sintió graciosa y estúpida.Pensaba que había encontrado el amor verdadero, pero se metió en una situación tan embarazosa.Se dio la vuelta para escaparse de este lugar, pero descubrió que sus piernas pesaban como el plomo.En este momento, Fabrizo se liberó de los enredos de la mujer y caminó rápidamente
Fabrizo suspiró: —Sé que es injusto para ti, pero ya no siento nada por ti, y continuar nos hará sufrir a los dos.La mujer guardó silencio y luego preguntó: —¿De verdad amas a esa mujer?Fabrizo asintió sin dudar: —Sí, la amo, dejaría todo por ella.La mujer se secó las lágrimas de los ojos: —Bueno, ya que decidiste, no te voy a obligar, pero tienes que darnos una explicación a mí y a hija.Fabrizo asintió: —Organizaré sus vidas para que estén bien alimentadas y vestidas.La mujer miró a Fabrizo con impotencia y tristeza.Sabía que no podía hacer nada para recuperar a Fabrizo, tenía que aceptar esta realidad.—Espero que puedas hacer lo que dices.Fabrizo se levantó: —Lo haré, cuida de ti y de hija.Después de decirlo, se dio la vuelta y salió de casa.—¡Muy bien! Pasamos a la siguiente.La siguiente escena era el primer encuentro entre Fabrizo y Tiana, y Lucía solo tenía que interpretar una adolescente que estaba enamorada.El montaje estaba listo y empezaron a rodar.Lucía y Genimo
Tiana oyó la voz de Fabrizo y su corazón latió con fuerza. Dudó un rato, al final se levantó y bajó lentamente las escaleras.Los pasos de Tiana eran pesados y lentos, como si estuviera tomando una decisión difícil a cada paso. Cuando por fin se paró frente a Fabrizo, sus ojos estaban llenos de emociones encontradas.—Fabrizo, acabemos con esto. —La voz de Tiana era temblorosa, pero firme.Los ojos de Fabrizo se abrieron de golpe: —No, Tiana, te amo, no podemos terminar con esto.Tiana apartó la mirada, intentando contener las lágrimas de sus ojos: —Estás casado, no está bien que hagamos esto, no puedo seguir haciendo daño a la gente.Fabrizo estiró la mano para agarrar el brazo de Tiana pero ella lo esquivó.—Tiana, lo solucionaré, dame tiempo.—No hay tiempo, tenemos que separarnos. —La determinación de Tiana desesperó a Fabrizo.Mientras tiraban, de repente Fabrizo besó a Tiana.Los ojos de Tiana se abrieron de par en par e intentó forcejear, pero Fabrizo la sujetó con fuerza, incap
Emiliano cerró la puerta del camerino y se acercó a Lucía paso a paso, con los ojos oscuros y sombríos.Lucía paró en el acto de desmaquillarse, se fijaba en él en el espejo: —Señor Moreno, ¿qué quieres hacer? Aquí estamos en el set, y si grito, pronto entrará alguien corriendo. No quieres que todos lo sepan, ¿verdad?Su frialdad hizo que el rostro de Emiliano se tornara más serio.Cuando vio la foto que se había hecho antes con Genimo, estaba tan ocupado que ni siquiera pudo tomar un sorbo de agua antes de venir corriendo, pero por casualidad vio que estaban rodando una escena de besos.Sus pensamientos se convirtieron instantáneamente en rabia, y en ese momento supo claramente que, quisiera Lucía o no, sería imposible que volviera a separarse de ella.Porque en el momento en que la vio rodando la escena del beso con Genimo, solo él supo cuánta fuerza de voluntad empleó para contenerse y no abalanzarse para separarlos.—Lucía, antes dije que solo sería amigo tuyo, y me arrepiento.Sus
Los ojos de Emiliano se apagaron al instante al oír las crueles palabras de Lucía.Miró a Lucía como si no pudiese creer que la otrora gentil mujer dijese palabras tan crueles.—Lucía, sé que hice mal, te suplico que no seas tan cruel. —La voz de Emiliano temblaba con un dolor y un pesar infinitos.Lucía volvió la cara, no quería volver a mirarle.Estaba firme en este momento, no repetiría los errores que había cometido, no se sometería al dolor en el que había estado.—Emiliano, vete, y no vuelvas a buscarme. —El tono de Lucía era frío, sin temperatura.Emiliano no se movió, su mirada estaba clavada en Lucía, como si quisiera grabarla en su corazón.—Lucía, no me voy. Te demostraré mi amor con mis actos.Lucía se rio: —¿Tu amor? Tu amor es barato. Me dejaste tan fácilmente, y ahora dices que me quieres. ¿No te parece ridículo?La cara de Emiliano se puso más pálida, sabía que había herido profundamente a Lucía, pero no quería rendirse.—Lucía, sé que hice mal, dame la oportunidad de c
Lucía asintió con la cabeza en señal de comprensión.Se acercó a la cama de Emiliano y lo miró en silencio.El hombre que había dejado una profunda huella en su vida parecía tan vulnerable en este momento.Se acordó de lo que habían sido, de los bellos recuerdos entrelazados con las dolorosas peleas, haciendo que su ánimo se volviera cada vez más pesado.Sin saber cuánto tiempo pasó, Emiliano abrió lentamente los ojos.En cuanto vio a Lucía, se alegró.—Lucía, estás aquí. —Su voz era débil y ronca.Lucía volteó la cabeza, no quería que él viera las emociones en sus ojos: —El doctor dijo que necesitas ponerte bien y que debes cuidar tu salud.Emiliano la miró con culpa y arrepentimiento en los ojos. —Lucía, siento haberte causado problemas.Lucía se quedó callada un rato y dijo: —Ya que sabes que es un problema, no aparezcas delante de mí nunca más, se acabó lo nuestro. Estoy aquí porque el médico me llamó, y ahora estás despierto. Si todavía te duele, ponte en contacto con tu asistente
Lucía miraba a Genimo con ojos fríos y dijo con firmeza: —Es mi trabajo, y no voy a dejar que mis sentimientos personales afecten al progreso y a la calidad del rodaje. Pero debes saber que tu comportamiento no difiere del acoso sexual, y no te perdonaré este tipo de comportamiento excesivo.Genimo oyó lo que decía Lucía, se mostraba arrepentido.Abrió la boca para decir algo, pero no sabía por dónde empezar.—Lucía, de verdad sé que hice mal. —La voz de Genimo estaba un poco ronca: —En aquel momento fui muy impulsivo, no esperaba causarte tanto daño. Por favor, créeme, no volveré a hacer algo así en el futuro.Lucía levantó la barbilla, con los ojos aún llenos de indiferencia. —Tu garantía no significa nada para mí. Solo espero que durante el rodaje seas profesional y no dejes que tu comportamiento personal afecte a todos.Después de decirlo, Lucía se dio la vuelta e iba a marcharse.Genimo se apresuró a detenerla.—Lucía, te ruego que me des otra oportunidad. —Los ojos de Genimo esta