En el email solo decía que tenía noticias de Isaac, pero no el lugar exacto donde se encontraba, y solo un escueto «tengo noticias».

Natalie encendió inmediatamente el ordenador para ponerse en contacto con Topo, pero no estaba conectado, así que dejó un mensaje y cerró la sesión.

Al otro lado de la Tierra, un hombre barbudo estaba rodeado por diez mercenarios, y el ambiente era tenso, parecía a punto de estallar en cualquier momento.

Frente a diez personas peligrosas, él no tenía miedo, y las comisuras de sus labios incluso mostraban una sonrisa.

—No tenía que enviar a tanta gente solo para atraparme, ¿no?

Uno de los hombres se mofó: —Topo, no es fácil atraparte.

El hombre llamado Topo sonrió, —A Escorpión le costó tanto atraparme, ¿qué quería saber?

—¿Iris te buscó? ¿Qué quería?

Topo enarcó una ceja, —No conviene ser tan directo, ¿no? Si te lo digo, ¿luego quién me contratará?

La mirada del hombre se volvió fría y siniestra, —Si no me lo dices, no creo que puedas vivir hasta mañana,