Capítulo 1295
—Señor Ávila, ¡no diga eso tan en serio!

Esteban suspiró y empezó a ponerse nostálgico.

—¡A decir verdad, somos nosotros los que le debemos a usted!

Darío frunció el ceño impaciente, —Basta, deja de decir esas hipocresías delante de mí. Si de verdad crees que la familia Aguilar me debe, no vuelvas a verme en el futuro.

Ahora ya no quería involucrarse en absoluto en los problemas de Imperialia.

Esteban frunció el ceño y dijo con impotencia: —Señor Ávila, no tengo más remedio que pedirle ayuda... No puedo olvidar la muerte de mi mujer...

El rostro de Darío estaba inexpresivo, como si Esteban estuviera hablando de algo que nada tenía que ver con él.

—Si no hubieras sido avaricioso, ella no habría muerto. Rechacé la clave secreta porque no quería involucrarme. No vuelvas a venir.

Al ver que Darío se daba la vuelta para marcharse, Esteban por fin no pudo contenerse: —Señor Ávila, mi mujer también es su nieta. ¿De verdad no le importa?

Al instante, el pálido cuerpo de Darío se quedó inmóvil.
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP