Capítulo 1051
Sin embargo, Beata estaba pensando en cómo conseguir que Natalie la perdonara, ya no sentía nada por Matilda, que había matado a su bebé.

Era como una gota de agua que cayó al océano, desapareció sin dejar rastro y a nadie le importaba.

...

Pronto se hizo de noche y Natalie cogió las cosas para irse.

Acababa de llegar abajo, y una mujer delgada se acercó a ella.

Al ver a Beata, Natalie se impacientó, otro día no fue a firmar por Beata, pensaba que Beata debería haber entendido, pero no dejó de molestarla.

Al ver los ojos gélidos de Natalie, el cuerpo de Beata temblaba y paró a unos pasos de ella, le entregó la caja en su mano con cuidado a Natalie.

—Natalie... Es el regalo de cumpleaños para ti, espero que te guste.

Ante la atenta mirada de Beata, Natalie no sintió nada, sólo como si estuviera mirando a una desconocida.

—Señora Jiménez, de verdad que no tienes que hacer esto. Aunque haces más por mí, no podrás compensarme por el daño que me causaste antes, he aceptado el hecho de que R
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