22-April Dolor... algo no está bien. Los párpados no escuchan mi despertar. «¡Au!, Mi cuello…»; el dolor aumenta cuando intento levantar mi cabeza. Siento miedo, me muevo lentamente a pesar de la confusión; «la última vez tenía mangueras por todos lados». Quita esos horribles recuerdos, al menos los pitidos desquiciantes de aquella vez ahora no se escuchan. «OK, Eipy eres libre de mangueras y aparatos, ahora comienza a registrar tus miembros con cuidado... Mm...» Abro medio ojo con desconfianza, el sol me deja ciega, vuelvo a cerrarlo. El exceso de luz y lo poco que logre distinguir me indica que estoy en mi habitación, frente a la ventana. «Me odio por no cerrar las cortinas», ¿Dónde estoy acostada?, esta textura no está en mi registro, es medianamente cómoda, no muy mullida, agradablemente tibia, Aun así, es extremadamente desconocida «Y si abres los ojos, April.» Supongo dolor será por mi horrible postura, no suelo dormir boca abajo «No suelo dormir, mejor dicho». Me remu
«¡Tim!, ¡lastimé a Tim con la navaja!» ahora si me puse pálida, puedo sentirlo, miré mi mano tratando de juntar las piezas observando la venda que la envolvía. Ethan notó mi mirada mientras terminaba de servir el vaso de agua, se giró hacia mí.— ¿Tim? ¿Lastimé a Tim!?... -pregunte en un susurro ahogado. Al ver mi desesperación, se apresuró a contestar.— ¿Qué? ¡No! ¡No!, ¡no!, el infeliz está bien... lamentablemente...- aclaró entre dientes lo último y se acercó en un intento de tranquilizarme. Algo que provocaba exactamente lo contrario. Pero sin percatarse de mis nervios siguió explicando seriamente.— supongo que lo que quisiste fue evitar hacerle daño... apretaste la navaja en tu puño. Y bueno... Por lo general el filo de ese tipo de elemento corta. Por eso tienen un mango. Tú sabes... no se agarran del filo. Supongo que fue para no clavársela a esa ave de rapiña asquerosa... y bueno ahí está el corte, fue culpa del estúpido ese. Te asustó. - dijo con cierta ira en sus ojos, inte
24- April Salgo de mi horrible, confuso y culpable baño, de supuesta relajación. Sé lo que viene. Una llamarada Jonás en minutos; intento preparar mi mente, para el hecho. No tardó en llegar a mis oídos su voz, cuando pisé la cocina. Irritado y adormecido, aún así me golpea los tímpanos … — ¡¿Se puede saber qué coño se le chifla en la cabeza a esta hija de Satanás?! — me encuentra en cuanto cruzó el marco de la puerta. Su cara destila gritos contenidos de: “te odio m*****a perra”, y no exagero. Indignado, golpea el instrumental de la cocina; mientras, intenta preparar el desayuno, eso creo. —Nada… todo… ¡Ay! ¡No sé! … No entiendo nada— me siento resignada a esperar el café de Jonás que refunfuña por mi respuesta, repitiéndola entre dientes. ¡Que no sabe, ayj..., la señorita no sabe! ¡No sabe!. Repite. ¡Dios salve a la cafetera! Cassius entra tomándose la cabeza con un gesto dolorido. Jonás me señala con la espátula y sin hablar me dice claramente. "Eres una idiota, te vas a a
25-Ethan Me pidió que me largara. Así, sin más. Y fue lo que hice, con un peso espantoso sobre los hombros, confundido en demasía. Y aquí estoy, cayendo en la cuenta, que había amanecido, por primera vez en la vida con una mujer como “Manta”. «Mierda»... Ese, no soy yo, muy probablemente tampoco sea ella. Sus palabras me provocaron entre gracia y ternura, hasta que sus gestos denotaban miedo. Una sensación espantosa, la de ver en sus ojos miedo, ¿De mí? «Mil veces mierda» no me gustó nada. No puede tenerme miedo, eso no … Me provocó temblores, pero no de ese tipo. «Ok, tengo que parar» Sacudo mi cabeza, orillo la moto a un costado de la ruta, sobre un llano de césped. El aroma de los pinos húmedos me tranquiliza. Este lugar tiene efectos opiáceos sobre la gente, estoy casi seguro. Tanto estímulo, me va a hacer mal. Me considero un ser bipolar, ciclotímico, pero aquí, creo que todos lo son. Y esa bella señorita es la reina. Estoy seguro, que en un momento pude ver una so
26-April —Hola — suelto con un nudo en la garganta, que apenas me deja modular. Mientras me pregunto que demonios estoy haciendo y porque este ser con esos ojos de cristal, luce como si hubiera bebido. —Hola, ¿pasas? Esa seriedad me resulta un poco chocante, digamos que en lo poco que lo conozco nunca lo vi así. La realidad es que ni lo conozco. —Ejem … Quería disculparme por lo de esta mañana. Bueno… por todo, en realidad. Creo que debería disculparme por haberme cruzado en tu camino. La verdad es que… Me porté como una perra m*****a hoy. Y tú, fuiste amable… bastante amable, Ni siquiera sé, ¿por qué?, ¿cómo? Yo… Me interrumpe con su mano, en mi hombro, gracias al cosmos. No sé lo que iba a decir. —April, ya está, no pasa nada, tranquila, ¿perra m*****a?, ¿tanto así? Yo lo vi más bien como una persona confundida, reaccionando como puede. —denominativos propios de Jonas, puf … em… En fin. Igual lo siento, no debí tratarte así, estuve mal, no tenías la culpa de nada. — Ya está,
27-Ethan Su barco era una antigüedad, que me fascinaba, porque adoro la restauración, es uno de mis hobbies. Ella no lo sabía, y me miraba como si me hubieran salido tres cabezas. Pero yo, estaba en un limbo, esta mujer me llevaba al inframundo, tenía hasta un puto barco, para llamar mi atención. A cada instante me preguntaba ¿cómo voy a hacer para que me guste menos? y volver a la m****a de vida en la ciudad.. Lo peor es que deje de analizar, me deje llevar por estos tres y su dinámica. Y aquí estaba con los restos de comida en frente, sentados en unos almohadones viejos en popa de un barco destruido, sobre un picadero, dentro del astillero del puerto de Green Port. Como un estúpido observándola conversar con sus amigos, reírse de los cánticos de Jonás. No puedo negar que es gracioso. No es que yo vaya soltando risas por ahí, pero entre él y Cassius las cosas se van de los márgenes, la han hecho poner rojiza en varias ocasiones, podría decir que casi tantas como a mí.Tienen la bell
28-Abril La noche de cine, había consistido en comer porquerías, Ethan exagero bastante, pero ni un fallo, como si supiera mi maldito gusto, todas para ahogar estómagos en azúcar. Pero ni eso me permitió ver más de quince minutos de película, luego de tomar la medicación, dopa caballos, correspondiente a esa hora de mi vida desde mi despertar a la vida. Me dormí en el hombro de Ethan. Hasta saltar en el lugar como cada vez que mi cuerpo entra en ese modo de relajación y esa m*****a pesadilla vuelve a mí. Salí de la casa, porque correr no podía. Camine un poco frente a la laguna, la noche estaba fría y estrellada, pero mi agitación no me permitía permanecer encerrada. Desde pequeña tenía una pesadilla recurrente. Corría y corría, sentía dolor en mis piernas, pero nunca me sentía lo suficientemente veloz. Y me desesperaba como si algo me persiguiera, temía tanto girar, que seguía corriendo hasta sentir mis piernas doblarse, y el suelo sobre el que debería golpear, desaparece. La sensa
29-Ethan Soy un genio, un poco maldito y algo atrevido. Eso también, puede ser. Pero resulta que al abrir esa carpeta se me antojó que no solo quería conocerla un poco más, quería saber hasta los ingredientes de ese perfume extraño que usa. Noté que no habla mucho, más que para echarme a volar o soltarme alguna pista de su vida. Su otra yo, como dice, creo que me adora. Y esa Eipy que aún no me acepta, me obliga a usar mis recursos y me vuelvo un poco demoníaco. Además, está el plus de que son tan divertidas sus reacciones, y no puedo detenerme. Me provoca, me convierto en su jodido satélite. Es un planeta con demasiados recovecos y yo, cada vez que le doy una vuelta, le encuentro un paisaje nuevo. Se está volviendo adictiva. ¿Me preocupa? No, para nada. Solo el hecho de que me va a costar un infierno. Pero soy Ethan Drake, y cuando concentro mi atención en alguien, será muy difícil que pueda huir de mí. Tóxico... completamente, pero el detalle es que mi atención no suele concentra