18-ethan Giré para volver con mi hermana y… «Ok, que me castren, porque va a ser la única forma en la que me alejen de esa mujer. Está decidido» Pasé la saliva, tratando de encontrar algo para decir. Después de lograr con esfuerzo dejar de parecerme a un pez. «Algo que en lo posible, que no se refiera a mi miembro, estaría bien.» —Hola, Eipy — es lo único que sale de mí. Soy el rey de la imaginación. «Puf, malísimo lo mío», —Hola, Ethan — una cachetada y escucharla era para mí en este momento, la analogía a una escena pornográfica. «Mierda, m****a, me siento un enfermo», cada vez que dice mi nombre, y baja su mirada me corta el aire. «Habla estúpido» —Estás… Emm… — me interrumpió antes de que pudiera encontrar la palabra para definir lo imposible. «Imposible encontrar una neurona que se active en este momento, ¡Me bloquee!, Aquí, yo Ethan Drake, cayendo del trono en picada» —Sí, llegué hace unos minutos — vi como Jonás negaba con su cabeza. —Que estás, muy bonita. Eso quería de
18-Ethan Apoyado con mi espalda sobre la barra hago un análisis general del salón, hecho un vistazo para ver si el tal Tim anda dando vueltas. Había bastante gente, no algo impresionante, pero el salón está a tope de susurros mezclados con música suave. Se notaban todos de la misma edad de Jack y Pav, algunos de la edad de Jim y Daisy, a quienes me presentaron cuando volvimos con Matt a la casa de Jack. Carol se parecía mucho a su madre, además de ambas ser pelirrojas, la mayor era muchísimo más dulce y con una voz suave, pero de fondo el mismo tierno carisma. Me dio un abrazo tan cálido que hasta me sorprendió, luego siguió atendiendo invitados prometiéndome un almuerzo o cena en estos días. «Eran todos más amables de lo que estoy acostumbrado, no paro de sorprenderme… Mi madre jamás se caracterizó por ser amable con nosotros» Dash se giró para ver el escenario y le susurro algo a Léi a en el oído, los pequeños correteaban con otros niños invitados, Pav detuvo a Molly y Zack, y
20-Ethan — ¿Qué m****a le hiciste? — Gritó Cassius cuando siguió mi mirada de furia encontrando sangre de su mano. Me costó entender, ¿De dónde venían las manchas rojas de sangre?, sus manos apretaban con fuerza el filo de una navaja. Traté de quitársela, solo logré que se tensara y que ajustará el agarre poniéndose a la defensiva, hiriendo más su pequeña mano. «¡Joder Eipy!, es una jodida hoja de metal, no una esponja.» Respira, Ethan. Piensa, piensa… Cassius se disputaba entre detener a Jonás, estaba desquiciado, alejó a Tim a empujones. «Lo ahorco, o me concentro en ella». Un grito de Timothy la asusta demasiado, enseguida tomó la decisión, Cassius se encargará de separarlos; dejándome con un gesto clarísimo, “la cuidas” al que y asentí seguro. «No tenía que pedirlo… Igual no estoy seguro de lo que estoy haciendo ahora, en verdad estoy nervioso». Mis problemas de ira amenazan con salir. Seguí observándola, para ver por donde acercarme, pensando mis movimientos de forma pr
21- Ethan Camino con ella en mis brazos hasta el primer sillón, Jonás sigue mis movimientos, callado. Se mueve por inercia, así condujo hasta aquí, de a segundos mirando por el retrovisor controlándola, angustiado. En cuanto intento acostarla se aferra a mi camisa de forma desesperada, su corazón bombea moviéndose visible en su pecho. — ¡Mierda Eipy! —Jonás nota lo mismo, el sonido jadeante de su respiración, asusta. Es como si se estuviera ahogando. — ¡Cassius trae algo rápido! —corre a buscarlo, «no sé por qué, pero no está mejorando… debería estar más relajada ahora… » En el auto comenzó a temblar, y ahora perdí el control. «¡Piensa Joder Ethan!». —Eipy… Ey… April. — quiero alejarla para poder verla, pero se resiste a mirar — April, estás en tu casa, con Jonás… con Cassius — tiembla más aún, lanza un sollozo desgarrador y mil lágrimas caen juntas en el mismo parpadeo. Siento un dolor en mi pecho, mis movimientos son instintivos, llevó su carita a mi pecho, la abrazo, por qué
22-April Dolor... algo no está bien. Los párpados no escuchan mi despertar. «¡Au!, Mi cuello…»; el dolor aumenta cuando intento levantar mi cabeza. Siento miedo, me muevo lentamente a pesar de la confusión; «la última vez tenía mangueras por todos lados». Quita esos horribles recuerdos, al menos los pitidos desquiciantes de aquella vez ahora no se escuchan. «OK, Eipy eres libre de mangueras y aparatos, ahora comienza a registrar tus miembros con cuidado... Mm...» Abro medio ojo con desconfianza, el sol me deja ciega, vuelvo a cerrarlo. El exceso de luz y lo poco que logre distinguir me indica que estoy en mi habitación, frente a la ventana. «Me odio por no cerrar las cortinas», ¿Dónde estoy acostada?, esta textura no está en mi registro, es medianamente cómoda, no muy mullida, agradablemente tibia, Aun así, es extremadamente desconocida «Y si abres los ojos, April.» Supongo dolor será por mi horrible postura, no suelo dormir boca abajo «No suelo dormir, mejor dicho». Me remu
«¡Tim!, ¡lastimé a Tim con la navaja!» ahora si me puse pálida, puedo sentirlo, miré mi mano tratando de juntar las piezas observando la venda que la envolvía. Ethan notó mi mirada mientras terminaba de servir el vaso de agua, se giró hacia mí.— ¿Tim? ¿Lastimé a Tim!?... -pregunte en un susurro ahogado. Al ver mi desesperación, se apresuró a contestar.— ¿Qué? ¡No! ¡No!, ¡no!, el infeliz está bien... lamentablemente...- aclaró entre dientes lo último y se acercó en un intento de tranquilizarme. Algo que provocaba exactamente lo contrario. Pero sin percatarse de mis nervios siguió explicando seriamente.— supongo que lo que quisiste fue evitar hacerle daño... apretaste la navaja en tu puño. Y bueno... Por lo general el filo de ese tipo de elemento corta. Por eso tienen un mango. Tú sabes... no se agarran del filo. Supongo que fue para no clavársela a esa ave de rapiña asquerosa... y bueno ahí está el corte, fue culpa del estúpido ese. Te asustó. - dijo con cierta ira en sus ojos, inte
24- April Salgo de mi horrible, confuso y culpable baño, de supuesta relajación. Sé lo que viene. Una llamarada Jonás en minutos; intento preparar mi mente, para el hecho. No tardó en llegar a mis oídos su voz, cuando pisé la cocina. Irritado y adormecido, aún así me golpea los tímpanos … — ¡¿Se puede saber qué coño se le chifla en la cabeza a esta hija de Satanás?! — me encuentra en cuanto cruzó el marco de la puerta. Su cara destila gritos contenidos de: “te odio m*****a perra”, y no exagero. Indignado, golpea el instrumental de la cocina; mientras, intenta preparar el desayuno, eso creo. —Nada… todo… ¡Ay! ¡No sé! … No entiendo nada— me siento resignada a esperar el café de Jonás que refunfuña por mi respuesta, repitiéndola entre dientes. ¡Que no sabe, ayj..., la señorita no sabe! ¡No sabe!. Repite. ¡Dios salve a la cafetera! Cassius entra tomándose la cabeza con un gesto dolorido. Jonás me señala con la espátula y sin hablar me dice claramente. "Eres una idiota, te vas a a
25-Ethan Me pidió que me largara. Así, sin más. Y fue lo que hice, con un peso espantoso sobre los hombros, confundido en demasía. Y aquí estoy, cayendo en la cuenta, que había amanecido, por primera vez en la vida con una mujer como “Manta”. «Mierda»... Ese, no soy yo, muy probablemente tampoco sea ella. Sus palabras me provocaron entre gracia y ternura, hasta que sus gestos denotaban miedo. Una sensación espantosa, la de ver en sus ojos miedo, ¿De mí? «Mil veces mierda» no me gustó nada. No puede tenerme miedo, eso no … Me provocó temblores, pero no de ese tipo. «Ok, tengo que parar» Sacudo mi cabeza, orillo la moto a un costado de la ruta, sobre un llano de césped. El aroma de los pinos húmedos me tranquiliza. Este lugar tiene efectos opiáceos sobre la gente, estoy casi seguro. Tanto estímulo, me va a hacer mal. Me considero un ser bipolar, ciclotímico, pero aquí, creo que todos lo son. Y esa bella señorita es la reina. Estoy seguro, que en un momento pude ver una so