Esta excusa sonaba algo ridícula, pero así funcionaba el mundo del espectáculo, donde todo se tergiversaba y el dinero lo decide todo. Carina, por supuesto, no iba a suplicar. Empacó sus cosas y llamó a Daniela para que la recogiera. Al salir del hotel, vio cómo llevaban diligentemente cajas de frutas y bebidas importadas al set.—Sofía invita a todos a disfrutar de estas bebidas y frutas frescas, traídas por avión. El señor Lombardi las envió especialmente —anunciaba Camila, la mánager de Sofía, dirigiéndose a los trabajadores para que repartieran entre el respectivo elenco y el equipo.—Gracias Sofía, gracias señor Lombardi —agradecían todos entusiasmados.Sofía, al ver a Carina, se acercó lentamente con una bebida en la mano.—Ferguson siempre se preocupa tanto por mí. Carina, mira este es el trato que merece una señora Lombardi.Carina, lejos de sentir envidia, se burló:—Publicidad, imagen, alarde de amor. Sofía, mejor usa toda esa energía para mejorar tu actuación. Así evitarás h
Carina dejó la maleta en un rincón y subió apresurada por las escaleras de madera.—María, primero me daré un baño. ¿Puedes subir el postre a mi habitación?—Claro que sí.Carina entró en el dormitorio principal y disfrutó de un relajante baño en la amplia bañera de hidromasaje. Luego se secaba el pelo frente al espejo del baño cuando vibro su celular.Apagó el secador, se envolvió en una toalla grande y contestó la llamada.—Tienes cinco minutos. Baja en este momento —era la voz profunda y tenebrosa de Nicolás.—Cinco minutos no... —Carina no pudo terminar la frase "no son suficientes" porque Nicolás ya había colgado.Se miró sorprendida al espejo, prácticamente desnuda excepto por la toalla. ¿Cómo esperaba Nicolás que bajara en cinco minutos? Era de verdad una broma de muy mal gusto.Carina se vistió a toda prisa, sin tiempo alguno, ni para recogerse el pelo, y bajó corriendo las escaleras.En la entrada del edificio había estacionado un lujoso auto negro. Emilio, de pie junto al veh
—¿"El Infiltrado"? —preguntó Ignacio. Prisma Studio tenía muchas producciones en marcha, pero sin duda alguna "El Infiltrado" era la más destacada del año.Nicolás se limitó a mover suavemente su copa, sin confirmar ni negar.—Si es tu gente, por supuesto daré instrucciones para que reciban un trato especial —añadió Ignacio con total naturalidad. Ambos eran hombres astutos y podían adivinar con facilidad las intenciones del otro. A Ignacio no le importaba hacerle este pequeño favor a Nicolás.Nicolás sonrió levemente, su mirada se posó en la distancia. Allí, Carina estaba tomando unos pastelillos de una bandeja, acompañada de Max y de una actriz conocida suya.—¿Así que planeas volver oficialmente? Me parece bien. Siempre dije que retirarte era un desperdicio de talento —comentó con firmeza la actriz, que rondaba los treinta y tantos y era considerada una veterana para Carina.—Sí, decidí seguir su consejo y volver a brillar en este mundo —respondió Carina sonriendo.—Carina, el ritmo
Carina dudó un momento. —No necesitas hacer esto la próxima vez. Estoy demasiado endeudada, no podré pagarte.La cálida mano de Nicolás sostenía su muñeca, sus emociones parecían contenidas y controladas. Después de un breve momento, soltó una risa amarga y la soltó. Carina corrió apresurada al ascensor y cuando llegó a su apartamento, aún se sentía algo aturdida.—¿Ya volviste, Carina? —María la recibió sonriendo—. ¿Fuiste a una gala? Estás preciosa.—Sí —respondió Carina brevemente, sentándose sola en el sofá, absorta en sus pensamientos.La luz de la lámpara de cristal caía con firmeza sobre ella, haciendo brillar los diamantes en su vestido. Por supuesto que el vestido que él eligió era realmente hermoso, siempre había tenido buen gusto.—¿Qué te pasa? ¿No estás contenta? —preguntó María, algo preocupada por su silencio.—No es nada, solo estoy cansada. Vaya a descansar, no se preocupe por mí —Carina negó con la cabeza, esbozando una sonrisa forzada.No es que no estuviera content
Carina intentó ignorarlo por completo y pasar de largo, pero cuando estaba a su lado, Ferguson de repente la agarró del brazo y le dijo con rostro sombrío:—Nunca me di cuenta de que tuvieras tanta ambición. Ten cuidado de no ahogarte en ella. ¿Crees que alguien como Nicolás Benítez se casaría contigo? No sueñes con eso, solo está jugando contigo.—¿Has terminado? —Carina se soltó de su agarre con impaciencia—. Ferguson, mejor ocúpate de tus asuntos y deja de meterte en los míos.—¡Carina, lo digo por tu bien! No seas ingrata —gruñó Ferguson enojado.Carina siguió caminando despreocupada hacia el ascensor como si no lo hubiera oído.Emilio, que llevaba el equipaje, se detuvo al pasar junto a Ferguson y se ajustó las gafas.—Señor Lombardi, un pequeño consejo: las enfermedades entran por la boca, y los problemas salen por ella. Piense bien qué puede decir y qué no —la sonrisa forzada de Emilio transmitía una amenaza velada.Carina descansó en el hotel esa noche y al día siguiente fue di
Al escuchar esto, el rostro de Sofía se ensombreció al instante, contorsionándose de rabia.¿Cómo había conseguido Carina, una simple divorciada de segunda mano, conquistar a Nicolás Benítez? Si el presidente de los Benítez era tan fácil de atrapar, ¿no significaba que ella también tendría una oportunidad? Al fin y al cabo, ¡le había quitado a Ferguson a Carina!...Las escenas de Unai, el personaje de Carina, no eran muchas y el rodaje transcurrió sin problema alguno hasta pocos días antes de terminar, cuando ocurrió un accidente. Ese día filmaban una escena de persecución. El protagonista y Carina huían en auto de sus enemigos.El actor masculino conducía a gran velocidad y Carina iba de copiloto, asomándose de forma ocasional para retomar su revolver en contra del auto de sus perseguidores. La tensión en el set era palpable. Justo cuando Max iba a gritar "¡Corten!", ocurrió el accidente.En la carretera supuestamente despejada, apareció de repente una persona. El actor al volante fr
Hace tres años, cuando Carina despertó en el hospital tras el accidente, la primera persona que vio fue Ferguson. Él la cuidó con devoción, ayudándola a superar poco a poco la desesperación.En aquel entonces, una gran parte de la razón por la que Carina decidió casarse con él fue porque Ferguson le había salvado la vida. Esa era de una forma u otra la manera de pagar esa deuda.—¿Por fin despertaste? ¿Te duele la cabeza? ¿Quieres que llame al médico? —preguntó Ferguson, con los ojos llenos de preocupación.Carina frunció el ceño y se tocó instintivamente la frente, sintiendo el áspero vendaje.—Tranquila, solo es una herida superficial, no dejará cicatriz. Pero el médico dijo que tienes una conmoción cerebral moderada y necesitas quedarte en observación por un largo tiempo —explicó Ferguson, tomándole la mano.Carina retiró su mano con disgusto. —Estoy bien, puedes irte.—No seas tan malgeniada, estás enferma. No puedo dejarte sola —Ferguson se levantó y le trajo un vaso de agua tibia
Gael añadió con sarcasmo: —¿Estás cegado por el amor? Hace tres años te lesionaste una mano por salvarla, ¿y ahora qué? ¿Quieres dar tu vida por ella?—¿Has terminado? Gael, hablas demasiado —Nicolás le lanzó una mirada sombría.Su mano derecha colgaba a un lado, apretada en un puño, pero si se miraba de cerca, se podía ver que temblaba con ligereza.A pesar de tres años de rehabilitación continua, no había mejorado mucho. Apenas podía sostener un bolígrafo, realmente estaba inutilizada.—Mi padre estuvo recientemente en Europa en un intercambio académico y consultó tu caso con expertos. Han desarrollado un nuevo plan quirúrgico que podría darte una oportunidad de recuperación total. Piénsalo —sugirió Gael suspirando.—Mmm —respondió Nicolás sin emoción, sin que quedara claro si lo había escuchado realmente....Carina no sabía que Nicolás había ido al hospital. Estuvo en observación un día, sin presentar síntomas graves como dolor de cabeza intenso o náuseas.—El médico dijo que, si n