6. Por Mí

(Horas más tarde)

No veía la hora de llegar a casa, ha sido un día extremadamente agotador e insoportable. No solo me siento exhausta por toda la información que obtuve hoy, sino que también por tener que haber soportado al imbécil de Landon. Nunca imagine que aquel niño con el que me divertía cuando nuestras familias se juntaban en navidad, se transformaría en el hombre arrogante que es ahora, no solo me ha juzgado, sino que me ha descalificado para la responsabilidad que mi padre me ha hecho asumir.

Sentí muchas ganas de explicarle porque nunca me he interesado en la empresa, estuve a casi nada de gritarle en la cara que por culpa de ese “imperio”, yo deje de tener una familia, que tuve que aprender muchas cosas sola y que el mundo me ha dado varios golpes que tuve que soportar en silencio.

—Alexa, buenas noches, te he preparado la cena. — Me dice mi nana Ruth haciéndome sonreír a pesar de lo cansada que estoy.

—Nana, te he dicho que no es necesario que lo hagas, tú no eres una empleada de esta casa. — Le regaño mientras me acerco a ella y luego le abrazo con fuerza como hago casi siempre.

Ella me rodea con sus brazos y deposita un tierno beso en mi frente –Lo se mi niña, pero no quiero que vuelvas a caer en esa horrible enfermedad, necesitas alimentarte bien. — Comenta y si, la ha que más ha sufrido cuando sufrí de anorexia ha sido ella.

Como siempre, mi padre estaba muy ocupado en su empresa mientras que yo estuve internada por meses en ese centro de rehabilitación y la única que siempre se preocupó por mí, fue ella. — Esta bien, pero cenemos juntas. — Le propongo y como siempre, ella acepta con gusto.

[…]

A veces siento que la única que me escucha de verdad es ella, siempre me da consejos, me calma, y hace que todo sea un poco más fácil. Es tanta la paz que ella es capaz de transmitirme, que el irme a descansar resulto ser más fácil de lo que creía. Afortunadamente, el insomnio no ha ganado esta noche.

Al día siguiente

Hoy me he levantado con una nueva actitud, he decidido demostrarle a todo el mundo de lo que soy capaz de hacer y no para que mi padre este orgulloso, ni para que Landon cambien de opinión en cuanto a mí. Quiero hacerlo por mí, por sentirme bien, por demostrarme que soy buena y que puedo llevar a cabo cualquier cosa que yo me proponga. Con toda la mejor actitud, voy a mi guardarropa, elijo un vestido color rosa pastel, zapatos que vayan acorde y dejo toda la ropa sobre la cama para luego irme a duchar.

[…]

Una vez más recorro el camino hacia la ahora mi oficina, pero esta vez hay mucha menos gente y es que en realidad, he llegado más temprano que la mayoría. Al llegar al piso 55, las luces aun están apagadas y es que soy la primera en llegar y eso me hace sonreír.

—Al menos tendré un momento de paz antes que él llegue. — Me digo en voz alta mientras voy caminando el pasillo hasta llegar a mi oficina.

Acomodo mis cosas, me siento en la silla y sobre el escritorio veo decenas de archivos con una pequeño post—it que dice “Léelos para que te familiarices con todo.”

Comienzo a creer que él no me quiere aquí, o que simplemente no me soporta… quizás solo intenta demostrarme que estar a cargo de esto no es ningún juego, o quizás son ordenes de mi padre el que me haga la vida imposible.

Decido no centrarme mucho en las diferentes posibilidades que surgen en mi cabeza y simplemente comienzo a abrir los archivos para ver que hay dentro. –Bueno Alexa, haz de cuenta que has regresado a la universidad y debes estudiar para un examen. —Me aliento y comienzo a leer la cantidad de documentos que él me ha dejado sobre mi escritorio.

No sé exactamente cuánto tiempo llevo leyendo y analizando cada documento para comprender los cientos de detalles de cada una de las adquisiciones, solo sé que un ruido en la puerta me hace levantar la mirada para darme cuenta que es el quien está parado bajo el marco de mi puerta.

—Haciendo la tarea, me agrada. — Dice sarcástico y le sonrió de la misma manera.

—No creas que haciendo esto tendrás lo que necesitas para ir a decirle a mi padre que no estoy a la altura de la circunstancia. — Respondo firme y se sonríe.

—No lo hice con esa intención, hay otras maneras de hacerlo. —

—¿Y entonces?— Pregunto confundida.

—A la diez tenemos reunión con la junta directiva y no quiero que se den cuenta que no estas al tanto de lo que sucede aquí.— Me explica y mira el reloj. –En dos horas en la sala de juntas del piso 54.— Dice sin más y se da la vuelta para irse.

“Imbécil.” Pienso y miro todos los documentos que me quedan por leer.

—Tu puedes Alexa, no le des el gusto a este hombre.— Me aliento y continuo con mi trabajo para estar lista en dos horas para la junta.

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