Violet
Miro la habitación ridículamente grande que me han dado, bueno, mejor dicho en la que me han encerrado por si quiero escapar.
Esto es un asco.
Estaré aquí perdiendo el tiempo hasta quien sabe cuándo y tengo que buscar a mi manada.
«Tranquila, saldremos de aquí»
Habla mi loba.
«Hasta que al fin apareces ya me estaba preguntando si me habías abandonado»
«No digas tonterías, estoy dentro de ti no puedo abandonarte»
Responde haciéndome rodar los ojos.
Miro a mí alrededor algo que pueda servirme para escapar pero no veo nada más que la cama, dos mesas de noche, una lámpara, y una pequeña estantería de libros.
Libros.
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Violet.Meto la mano en mi bolsillo palpando el collar de Regina, suspiro al comprobar que no se ha caído.Llegamos a la mansión y vamos al comedor, estuvimos un rato nada más afuera, ya tengo un día aquí, desde la noche de ayer, mentiría si dijera que no extraño a Kale.Suspiro y me siento al lado de Héctor quien mira con atención mis expresiones.— ¿No tienes familia? — pregunto algo aburrida.— No, sólo tengo un amigo, León. — dice y casualmente un chico de cabello rubio entra con la cabeza baja— Majestad. — dice este mirando con miedo a Héctor.— León, que bueno que llegas, siéntate. — dice y este obedece.— Esta es...?— pregunta Le&o
CAPITULO 21VioletAl salir de aquella mansión siento una punzada en el pecho, como si mi vida estuviera allí, aunque no lo estuviera, en tan poco tiempo todo se desmoronó, y por eso no puedo evitar que lágrimas salgan descontroladas de mis ojos, Sandler me envuelve en sus brazos y sé que ya no tengo que fingir que soy fuerte, cuando en realidad no lo soy, ahora sólo quiero llorar, no quiero ver a nadie, pero sé que eso no me ayudara en nada.Miro a Sandler que me ve preocupado y puedo ver sus ganas de regresar y darle un puñetazo a Kale.Se lo merece.Mi loba esta desconsolada, puedo sentirlo. Y yo, yo no estoy muy lejos de eso.— Todo estará bien Willow, el no te merece. — dice Sandler cargándome.Me apoyo en su pecho y asiento.
VioletMe despierto temprano como siempre y tomó mi bolso, salgo de mi habitación y miro el collar de Regina, dudo un poco pero finalmente decido ponérmelo. Al hacerlo empiezan a salir varias luces, divididas, una de color rojo fuego, una azul, y otra de color morado. Siento algo raro en mis ojos y una extraña energía empieza a pasar por todo mi cuerpo, abro los ojos al escuchar la voz de Sandler.— ¿Willow? ¿Qué tienes? — dice Sandler preocupado, este me ve a los ojos y los abre como platos frunzo el ceño y parpadeo.— Si... Estoy bien sólo... Déjame contarte. — digo y el no deja de ver mis ojos.Le cuento todo lo referente al collar y el asiente comprendiendo todo.— Ahora entiendo lo de tus ojos. — dice el suspirando.— &i
Violet3 días después.Ya habían pasado tres días desde que salí de la manada.Ya habíamos pasado por casi todas las manadas, pero ya era tiempo de ir a la nuestra ya que conmigo iban 2500 personas.Teníamos que descansar, instalarnos en la manada, no sé cómo estaría, así que aquí estamos, luego de tres días frente a las puertas de la manada.— Syran — llamó al pelinegro, este se acerca a mi rápidamente — Indícame como entraremos, me dijiste que tenía la esfera. — digo, el asiente saca un caja de madera, tendiéndomela.Abro la caja y tapó mis ojos por la resplandeciente luz azulada que sale de ella. Esta va cesando y yo dirijo mi mirada allí donde evidentemente una esfera de hielo
VioletHabía pasado una semana desde que llegamos a la manada, con ayuda de una de las manadas cercanas pudimos reconstruir todo, todo estaba en orden, ya estábamos instalados y estábamos empezando a prepararnos para construir el Instituto, el hospital y un orfanato.Todo estaba bien.Menos yo.Porque estar separada de mi mate tantos días ya empezaba a pasarme factura.Y yo no podía permitirme eso, no encontraba una solución, necesitaba restablecerme ya que una manada con un Alfa débil era una manada débil. Así que ahora me encontraba con mi beta y mi delta, también Zahira estaba presente para buscar una solución.No quería ver a Kale, mi corazón dolía cada vez que recordaba lo que hizo.— Entonces... ¿Qué
KaleLlegó a la manada de mi Luna y veo varias personas afuera de sus casas, son las 9:00 am y yo voy corriendo, temiendo que le pase algo a mi Luna.Aunque hice lo que hice con Melanie mi Luna siempre tendría el primer lugar, ya no quería a Melanie en mi vida, pero siempre que aparecía una extraña fuerza me atraía hacia ella.Estaba mal, muy mal, y me sentí como un tremendo idiota al hacerle eso a la persona que amo, que desde que llegó a mi vida sólo trajo alegría, tanto a mi como a mi Manada, pero ya no podía volver atrás, si pudiera, lo haría sin dudarlo, ella era todo para mí, y no sabía que haría si algo le pasara.Llegó a la puerta del castillo y wow, era gigante. Pero no había tiempo de detallarlo, necesitaba ver a Violet.Toc&oacu
VioletKale me mira expectante a mi respuesta.— No. — respondo haciendo que el semblante de su rostro decaiga notablemente.— ¿No? ¿Quieres que me vaya? — pregunta mirándome dolido.Ruedo los ojos con exasperación.— Sí, quiero que te vayas porque llevas un mes aquí y tú Manada esta allá sola, desprotegida — cuestiono con el ceño fruncido.— Vine porque ambos nos debilitamos sin la presencia del otro. — dice sin dejar de mirarme.— Si, solo que por alguna razón tú estabas intacto, la única afectada fui yo, te pido que te vayas a hacerte cargo de tu manada. — le pido preocupada, si llega a haber un ataque todos están frágiles sin su Alfa.—
En algún lugar del reino vampírico.— Quiero el collar de mi madre. — dice la galante mujer al hombre.— No sabemos dónde puede estar el collar de Regina. — responde con fastidio.— Sabes dónde está, solo que no tienes las agallas de buscarlo. — afirma con burla moviendo su cabello pelirrojo a un lado, sus ojos rojos brillaban con algo más que un simple deseo de recuperar el collar que un día perteneció a su madre.Y era la ambición, esa mujer era capaz de todo por el poder, y eso era algo que su madre le había facilitado, la difunta reina había tenido dos hijos, solo uno de ellos era sincero con respecto a todo lo que hacía, a diferencia de su hermana, para esa chica las mentiras era un juego de niños, experta.— No voy a arriesgar