(SARAH MILLER)Lentamente, como si un imán invisible nos atrajera, Ethan se acercó a mí. Su mano se deslizó suavemente por mi brazo hasta alcanzar mi mano, entrelazando nuestros dedos. Su tacto era cálido y firme, transmitiéndome una seguridad que necesitaba desesperadamente. Cerré los ojos por un instante, respirando profundamente su aroma, una mezcla de sándalo y un toque sutil de su perfume. Cuando los abrí, su rostro estaba a solo unos centímetros del mío.El beso, suave al principio, se intensificó rápidamente, transmitiendo una ternura profunda. No era solo consuelo, sino una conexión, un reconocimiento mutuo. En el silencio posterior, la cercanía creó un espacio íntimo, donde solo existíamos él y yo, en medio de la ausencia de Ariana y la incertidumbre.La tensión era palpable. No era el primer beso, pero sí el primero con tal intensidad y necesidad. La ausencia de Ariana, paradójicamente, nos había abierto un nuevo espacio. Sus ojos me miraban con un deseo que resonaba en mí.
(SARAH MILLER)Ethan respondió a mi petición con un gruñido bajo, intensificando sus movimientos. Sentí una oleada de calor recorrer mi cuerpo, un escalofrío que me hizo temblar. El clímax se acercaba, una ola de placer que nos arrastraba a ambos. Jadeé, sintiendo que el mundo se reducía a ese momento, a ese contacto, a esa conexión profunda que compartíamos.Finalmente, llegamos juntos al clímax. Una explosión de sensaciones recorrió mi cuerpo, dejándome sin aliento, con el corazón latiendo con fuerza. Sentí los espasmos de Ethan, su cuerpo tensándose y relajándose al mismo tiempo. Nos abrazamos con fuerza, con las respiraciones entrecortadas, con el sudor perlado en la piel. El silencio que siguió fue un silencio cargado de significado, un silencio que hablaba de la intimidad que habíamos compartido, del amor que nos unía.Me recosté en su pecho, sintiendo el latido de su corazón bajo mi oído. Él me abrazó con fuerza, acariciando mi cabello con suavidad. El aire olía a nosotros, a s
(SARAH MILLER)—Ella está feliz —corrigió Ethan, con una seguridad que me contagió—. Y nosotros también lo estamos, ¿verdad?Asentí con la cabeza, sintiendo una oleada de amor y gratitud hacia Ethan y hacia Ariana. Este amor, esta relación, era algo único, algo especial. Y aunque aún había incertidumbre en el futuro, en ese momento, en los brazos de Ethan, sentí que todo estaría bien.La pregunta me surgió de repente, como un relámpago en medio de la calma que habíamos encontrado en los brazos del otro. Me separé un poco de Ethan, mirándolo a los ojos con una expresión de repentina inquietud.—¿Y si Ariana está embarazada también? —pregunté, con la voz apenas audible. La posibilidad, que hasta ese momento no se me había cruzado por la mente, me golpeó con fuerza. La idea de que Ariana también pudiera estar esperando un hijo de Ethan… me dejó sin aliento.Volví a mirar a Ethan, buscando una respuesta en su rostro. Sus ojos se abrieron ligeramente, reflejando una sorpresa similar a la m
(PARK ETHAN)Había pasado un mes desde nuestra tensa reunión con el director. Un mes de relativa calma, durante el cual nos habíamos enfocado en disfrutar de nuestra pequeña burbuja familiar. Los ultrasonidos, las compras de ropa de bebé, las conversaciones sobre nombres… todo se sentía como un dulce paréntesis en medio de la incertidumbre. Apoyábamos a Ariana con sus planes para la marca de maquillaje, viendo como sus ojos brillaban con ilusión al hablar de sus proyectos. La tensión con su madre seguía latente, como una sombra que se alargaba sobre nosotros, pero intentábamos no dejar que nos afectara demasiado. Yo mismo me había encargado de que no les faltara de nada, usando mis contactos y recursos para asegurar su bienestar. Quería protegerlas, a ellas y a los bebés que venían en camino.Sin embargo, la calma antes de la tormenta nunca dura para siempre. Recibimos una nueva citación de la agencia. El director quería vernos de nuevo, y la formalidad del mensaje, transmitido a tra
(PARK ETHAN)—No, no otra vez —dijo Ha-nuel, con un gesto de desaprobación tan marcado que sus cejas casi se juntaban en el entrecejo. Se cruzó de brazos, con la mandíbula tensa—. Ese material puede ser denunciado si sale a la luz. Es una clara invasión a la privacidad, y ustedes, como empresa, pueden y deben hacer la denuncia con la intención de cuidar nuestra imagen, la imagen que ustedes mismos se han encargado de construir. No entiendo por qué no lo hacen.—Lo siento, pero no es posible —la respuesta del director Kim me hirvió la sangre de coraje. Su tono era plano, carente de cualquier atisbo de empatía. Se limitó a encogerse de hombros, como si el asunto no fuera de su incumbencia—. Escapa de mis manos y de la empresa. Las imágenes ya están circulando fuera de nuestro control.—Si es así como la van a manejar, entonces podemos rescindir nuestro contrato —una pequeña sonrisa, fría y calculadora, se dibujó en mis labios al escuchar a Tae-yang. Su voz, normalmente suave y melódica,
(PARK ETHAN)Una vez que estuvimos en mi sala de producción, uno de los espacios que habíamos convertido en nuestro santuario creativo, con sus paredes cubiertas de bocetos, letras de canciones y fotografías, la tensión acumulada comenzó a liberarse.—Yu-jin, ¿has podido mover lo que requerimos para iniciar por nuestra cuenta? —pregunté, rompiendo el silencio. Necesitaba saber si teníamos alguna posibilidad real de independizarnos.—Sí, he estado trabajando en ello —respondió Yu-jin, con un tono de voz cansado pero decidido. Se pasó una mano por el pelo, despeinándose el flequillo—. Ya tengo contactados a algunos productores independientes y he comenzado a gestionar los permisos para crear nuestro propio sello.—¿Qué vamos a hacer? —preguntó Min-ho, con la voz llena de incertidumbre. Se dejó caer en uno de los sofás, con una expresión de preocupación en el rostro.—No podemos permitir que esas fotos nos afecten —dijo Tae-yang, con un tono de voz firme y decidido. Caminaba de un lado a
(PARK ETHAN)—¿Cuándo lo vamos a anunciar? —preguntó Ji-woo, con la mirada fija en un punto indeterminado del suelo de parqué de mi estudio. El ambiente, aunque tenso por la situación con la agencia, se sentía ahora más ligero, con una chispa de emoción ante la perspectiva de un nuevo comienzo.—Tiene que ser cuando tengamos lista la nueva empresa —respondió Yu-jin, con un tono de voz práctico—. Y no falta mucho. Ya tengo casi todos los trámites avanzados. Solo debemos calcular cuánto va a poner cada uno para el capital inicial.—Eh, yo considero que saquen las cuentas y lo dividimos entre siete —propuso Min-ho, con una expresión seria—. El resto lo puede poner Yu-jin como nuestro manager y nuestro socio, si es que aceptas serlo —añadió, dirigiendo una mirada interrogante a Yu-jin.—Sí, estoy de acuerdo —respondí, asintiendo con la cabeza. Miré a los demás, buscando su confirmación.—Por mí también está bien —dijeron Tae-yang, Jae-hyun y Ha-nuel al unísono.Yu-jin sonrió con alivio. —
(PARK ETHAN)—Es una posibilidad —dije, con la voz baja—. Tenemos que tener cuidado.El ambiente en mi estudio, que antes se sentía como un refugio, un espacio donde la música fluía libremente y las ideas bullían sin restricciones, ahora se impregnaba de una nueva capa de tensión. El silencio se había vuelto más pesado, cargado de la incertidumbre que nos rodeaba. La amenaza era real, y venía de varias direcciones: la presión de la agencia, la posible presencia de un sasaeng y, sobre todo, la sombra alargada de la madre de Ariana. Teníamos que ser fuertes, unidos, para superar todo lo que se nos venía encima. La idea de que alguien estuviera invadiendo nuestra privacidad, manipulando nuestra vida personal para sus propios fines, me hacía hervir la sangre.Miré a mis compañeros, a mis amigos, a mi familia. Sus rostros reflejaban la misma mezcla de preocupación y determinación que sentía yo. Yu-jin, con su mirada analítica, repasaba mentalmente los posibles escenarios legales. Tae-yang,