KassEstaba tumbada sobre algo blandito. Era suave y muy cómodo. No quería despertar y me acurruqué más contra lo que parecía un mullido colchón.De pronto recordé que me había desmayado. Abrí mis ojos y ¿dónde mierda estoy?. Era una habitación cálida. Las paredes estaban pintadas en tonos pastel. Estaba tumbada en una gran cama con mantas en tonos rosa palo y beige. Al lado un gran ventanal en el que se movían las largas cortinas de gasa en tonos rosados debido a que las ventanas estaban abiertas. Una puerta blanca en la pared de la derecha y otra igual en la pared de la izquierda, eso era lo único que había en la gran habitación. De pronto la puerta se abrió entrando un Will sonriente. —Despertaste,¡ que bien! — se sentó en la cama y fue a agarrar mi mano pero yo la moví antes de que pudiera alcanzarla —¡Oh!, vamos. No seas rencorosa. Siento haberte traído así pero no me dejaste otra opción. Yo quería traer a mi sanadora, luego hubiera ido a por mi hija y luego a por tí y ya esta
KassNo sabía los días que habían pasado. El tiempo aquí pasaba de manera diferente o esa era mi percepción. Me pasaba casi todo el tiempo durmiendo, era algo extraño, cuanto más dormía más cansada me sentía. Me levanté de la cama que ya se había convertido en mi sitio favorito de esa casa y salí de la habitación para distraerme un poco. Había intentado varias veces escapar pero cuando llegaba a la puerta de entrada no conseguía abrirla y si intentaba escapar por una ventana caía y volvía al mismo sitio. Estaba atada a este lugar y empezaba a volverme loca. Como cada rato que pasaba consciente, me escabullí para intentar averiguar una forma de huir. Iba andando por uno de los pasillos de la planta baja cuando vi salir a una chica de servicio con unas ropas llenas de sangre de una puerta que no había visto nunca. Me escondí para que no me viera y cuando escuché que se había alejado por otro pasillo me acerqué a la puerta. Al principio no conseguí abrirla, tenía que tener algún truco
AlexHabían pasado cinco días, ¡cinco!, desde que aparecieron esas quemaduras en el pecho de mi pareja. Aparentemente Kass estaba bien, físicamente todo estaba normal. Lenora me decía que solo tenía que encontrar el camino a mí pero yo ya estaba desesperándome. Llevaba cinco días con sus cinco noches encerrado en este cuarto. Sólo me separaba de Kass para ducharme y comer lo que Tyler, Jack o Mérida me traían a la habitación. Acaba de cenar un poco de bistec con verduras que me había hecho Eli. Recogí todo y puse la bandeja fuera en el pasillo como hacía siempre. Lenora insistió en que me separara de Kass lo mínimo. Me quité la camiseta quedando en bóxers y me metí en la cama abrazando a mi pareja. —Creo que Eli todavía no le ha dicho a Tyler que van a ser padres— me había acostumbrado a hablarle como si pudiera escucharme, así la sentía más cerca de mí —¿Sabes?, posiblemente cuando estés embarazada me entere yo antes que tú. Los Alfas tenemos el oído más desarrollado que el resto d
AlexDespués de muchas comprobaciones, investigaciones y reuniones estábamos casi seguros de dónde se encontraba el escondite de William .Todo estaba organizado para partir al día siguiente y rescatar, por fin, a mis amigos. Savina había tenido una visión nada alentadora ya que fracasábamos en el rescate pero en su visión la misión se realizaba de noche y estaba Kass así que la verdadera misión la haríamos de día y, por supuesto, mi pareja se quedaría segura en casa. Preparé el armamento que íbamos a llevar la noche antes. Normalmente los lobos luchábamos cuerpo a cuerpo pero tenía tantas ganas de matar a ese hijo de perra que una bala incrustada en su cráneo también me parecía perfecta. Lenora vino a mi casa con su pareja. Era raro que viniera con él ya que normalmente siempre la acompañaba Sasha, su hija y mano derecha en el aquelarre. Lenora había estado ausente unos días y me preguntaba si su visita tendría que ver algo con eso. —Buenas noches Lenora, Theodor, ¿a qué debo su v
BenAcordamos que yo no iría a la misión de rescate de Logan y Matt. Alex prefería que me quedara cuidando de mi pareja y nuestra hija ya que ella, al igual que nuestra reina, eran los objetivos del asesino de zarinas, Alan, dragón o como se le quisiera llamar. Estábamos acostados en la cama durmiendo,no sé la hora que era pero ya había amanecido. Desperté y me sorprendió no ver a Linda en la cama. Estaría en el baño quizás pero me asusté al no sentir el aroma de Miley en la habitación. Me levanté de un saltó y miré la cuna en la que habíamos conseguido que durmiera desde hacía solo un mes. Efectivamente estaba vacía. Las busqué en el baño, la cocina, el jardín,nada, no estaban por ningún lado. Empecé a entrar en pánico. Me transforme en mi lobo y seguí el rastro de ambas por la calle hasta que salí de la urbanización. ¡Mierda!, esto no era bueno, nada bueno. Empecé a correr siguiendo su rastro y me adentré en el bosque. ¿Para qué leches iba a venir Linda con la niña al bosque en med
AlexNo podía creer que por segunda vez ese mal nacido se había llevado a mi pareja en mis narices. Estaba muy enfadado y frustrado. La ira salía por cada uno de mis poros a borbotones y solté un temible aullido que escucharon en todo el reino. Al momento se escuchó la respuesta de todos los lobos de mi manada y de las manadas vecinas. Habían capturado a nuestra reina y esto no se iba a quedar así. Tyler fue el que me obligó a volver a casa para llevar a las zarinas, asearnos y tener una reunión para formar un nuevo plan. Llegar a casa sin Kass no fue buena idea. El enojo me cegó y empecé a romper todo lo que encontraba a mi paso. —¡Alexander basta! — Jack me detuvo cuando estaba a punto de destrozar las botellas del minibar —¿Crees que yo no tengo ganas destrozarlo todo también?, ¡es mi hija!, la niña que juré proteger con mi vida a su madre minutos antes de morir. ¿Cómo crees que me siento?. Pero perdiendo el control no vamos a encontrarla. Hay que tener la cabeza fría y ser más
KassMe desperté en una habitación distinta a la de la otra vez. El techo era blanco, las paredes blancas, las sábanas blancas, los grilletes y las cadenas plateados, ¡espera!, pero ¿qué mierda era esto?. Estaba encadenada de pies y manos a esta cama pero eso no era lo que más me preocupaba, mi mayor preocupación llegó al darme cuenta de que no podía moverme, independientemente de que estuviera o no encadenada. —¡Wiiiiiiillllll! —lo llamé con todas mis fuerzas. Al menos no había perdido la voz. —¡William!, ¡Ven aquí pedazo de... — quizás insultarle no sería lo más sensato dado que estaba encadenada, paralizada y a su merced. —Abrieron la puerta y pensé que sería el capullo del castaño pero eran las dos niñas zarinas que había visto la otra vez. —¡Ya estás despierta, mami!. ¡Papá nos dijo que esta vez te quedarás para siempre con nosotros! —la morena me miraba con ojitos de ilusión. —Claro, cariño— no pensaba quedarme pero pensaba llevarlas conmigo así que era un mentira a medias
AlexEran las tres de la mañana cuando mi móvil empezó a sonar. Me había acostado hacía una hora y apenas estaba conciliado el sueño. —¿Qué pasa, Evans? — leí en la pantalla el nombre de Tyler. —Ya puedes estar levantando tu culito real de la cama. El bastardo está cerca. Acaba de mandar un mensaje al móvil de Linda. Le ha dicho que la ve en una hora en la entrada de la urbanización,que si no se entregan ella y la niña arrasará Siderim y a todos sus habitantes— —Da la orden de que inicia el juego—Me puse un pantalón corto y ajusté el cinturón con la daga. Por fin iba a poder darle uso. Habíamos repasado el plan un millón de veces. Un grupo se ocuparía de luchar con los demonios para distraerlos mientras que algunos hechiceros y brujas se encargarían de averiguar por donde salían esos seres y taponar o destruir esa entrada del inframundo con su magia. El grupo de Johan y sus guerreros sería el encargado de llevar a los seres que no fueran demonios a las trampas que habíamos colocad