KassImaginaba que Alex volvería tarde a casa de su urgente viaje así que aproveché el día para hacer la compra y limpiar un poco la casa. Más tarde me llamó y me confirmó que no llegaría antes de la cena. Llamé a Jack para almorzar juntos pero estaba de escapada de fin de semana con su pareja. Mi otra opción eran mis amigos y vecinos Eli y Tyler así que fui a su casa. El rubio abrió la puerta y me invitó a pasar con una sonrisa. Cuando llegué al salón mi amiga estaba inmersa en una montaña de papeles. —¿Te han mandado todo ese trabajo para casa? ——Tu amiga quiere ganarse un puesto en la empresa siendo la más eficiente— dijo Tyler pasándome una cerveza. —No me lo han mandado pero quiero estar familiarizada con toda la situación financiera de la empresa para demostrarles que aunque sea una estudiante estoy muy implicada con el puesto y puedo hacer el trabajo de un profesional— cuando a Eli se le metía algo en la cabeza no paraba hasta conseguirlo. —Estoy segura de que vas a ser
Lunes, siempre he odiado los lunes. Odette había recargado pilas en el fin de semana y venía más estricta y con el carácter más agrio que el viernes. Llevaba toda la mañana con la congelación del agua y, para mi sorpresa, había logrado que el pequeño charco que había formado transportando agua del arroyo se enfriara hasta el punto de congelarse pero, según la bruja, era demasiado lenta. Ni siquiera me dejó comer el almuerzo. Llevaba más de nueve horas haciendo el mismo puñetero ejercicio y la cabeza me iba a explotar. —Mañana seguiremos, espero que vengas con más ganas— escupió la bruja mirándome con cara de desagrado. Ni siquiera me esperó para ir hacia los coches, aunque agradecí que no lo hiciera. Me senté sobre la hierba y respiré hondo unas cuantas veces.Odette me había presionado demasiado y empezaba a no soportar a la peli morada con su pedantería y sus aires de superioridad. Estaba claro que la empatía no estaba dentro de sus virtudes. El sitio donde entrenábamos era precio
Eli—Cierro los ojos y sigo viendo números —me quejé. —Ven aquí muñeca— La mano de Tyler tiró de la mía y me sentó en el sofá, sobre sus piernas —Cierra los ojos.—Una corriente eléctrica atravesó mi cuerpo cuando sentí sus manos en mi cabeza dándome un masaje en el cuero cabelludo. —¡Oh,dios,Tay,que manos tienes!— el rubio estaba consiguiendo que me relajara totalmente. —Mis manos también hacen maravillas en otras partes del cuerpo —susurró en mi oído mientras bajaba una mano a mi pecho derecho y pellizcaba mi pezón. —¡Tyler! —chillé a la vez que le daba un manotazo a su mano invasora e intentaba levantarme, sin éxito, de su regazo. —¡Muñeca, no vas a escapar de mí! —su brazo rodeó mi cintura y me inmovilizó pegada a su cuerpo.—Eres un tonto—bufé. Besó la curva de mi cuello justo donde estaba su marca. Las chispas recorrieron mi piel a la vez que su aroma me envolvía completamente. —No te enfades muñeca, es que te deseo tanto que no puedo dejar mis manos quietas— ahora me ten
KassEl fin de semana fue divertido. Leroy y Ben me arrastraron al parque de atracciones el sábado . Yo no tenía ánimos para nada pero al final me lo pasé muy bien. El domingo me llevaron a comer a un thailandes y por la tarde estuvimos bañándonos en la piscina de la casa con los famosos mojitos de fresa de Leroy. No sé si era porque sentían mi tristeza o qué, pero me consintieron de lo lindo. Por las noches me derrumbaba y casi siempre me quedaba dormida llorando. La excusa de las pelis románticas se me había quedado obsoleta. Alex llegó a los pocos días. Me abrazó, me dijo que me había echado de menos, que me quería mucho, pero su rutina no varió ni un ápice. Estaba bastante inmerso en la investigación, de la que no me comentaba nada en los pocos momentos en los que hablábamos. Los días pasaban y yo me sentía como una bomba a punto de estallar con Odette. Con respecto a Alex lo normal era que apenas nos viéramos durante la semana y en el fin de semana compartieramos algún rato junto
Llegué a casa y me fui directa a la habitación. Cerré la puerta y con la espalda apoyada en ella me deslicé hasta el suelo. No podía dejar de llorar. Deseé volver a Foresthill. Aquello era todo lo que yo conocía, sin lobos, ni brujas, ni dones. Solo gente normal y yo siendo una más, con mis amigas, con mi padre y viendo mucho más a Alex de lo que lo veía ahora. Mi respiración empezó a acelerarse y en ese momento sonó mi teléfono. Era Eli. —Kass, ¿estás bien?, Tyler me ha dicho que te ha visto llegando a la urbanización.¿Estás enferma? — —No, estoy bien— mi voz se entrecortaba por el llanto. —Kass, ¿estás llorando?. Voy para allá— antes de que pudiera contestar la rubia cortó la llamada. Pasaron diez minutos y Eli tocó el timbre de la entrada. Cuando le abrí la puerta de la casa no pude contenerme y me abracé a ella llorando. —Kass, Kass ¿qué tienes, qué ha pasado?——¡La odio!, ¡la odio, Eli!. No pienso ir más a sus entrenamientos. ¿Sabes lo que me ha dicho?, que no entiende como
Alex, semanas antes. Llegué a la manada Red Lake con un profundo dolor de cabeza. Había dejado aquí a Logan y a Matthew investigando. Al igual que en la manada Luna dorada, habían encontrado restos de otro ritual de magia negra. Ya habían tomado muestras de sangre y habían corroborado que eran de la niña que apareció muerta hacía unos días. Esta vez era un poco mayor que la anterior pero su crimen era igual de atroz. —Lenora ya está en el hotel. Llegó hace un par de horas— Logan me había recogido en el aeropuerto. —¿Ha venido sola? — la bruja iba a todos sitios acompañada de su marido, un brujo llamado Theodor.—No, vino con su marido——Nos reuniremos con ellos en cuanto lleguemos——De acuerdo—Media hora más tarde y con una pastilla tomada para la jaqueca estábamos en mi habitación Logan, Matthew y yo reunidos con Lenora y Theodor.—Perdón por reunirlos a esta hora pero hace poco que llegué——No te preocupes Alexander. Entendemos la gravedad de la situación y el tiempo apremia— —
AlexEn cuanto sentí la oleada de dolor e ira a través del vínculo de pareja cogí mi móvil para hacer una llamada. Sabía que Odette no le permitía a Kass llevar su móvil al entrenamiento así que la llamé directamente a ella para saber si mi pareja estaba bien. Empecé a preocuparme cuando la tercera llamada no obtuvo respuesta al igual que las dos anteriores. Me apresuré en bajar al parking del edificio y montarme en mi coche para ir hacia el bosque donde entrenaban. Me sentía terriblemente culpable por apenas pasar tiempo con mi pareja pero, por su seguridad, encontrar al asesino de las zarinas era mi prioridad en estos momentos. Eso ,sumado a la organización de la ceremonia de coronación y a todo lo que estaba teniendo que arreglar por el nefasto trabajo de Víctor como rey, habían hecho que el trabajo se acumulara y ahora me faltaban horas en el día para hacerlo todo. Sabía que Kass estaba triste, lo sentía por el vínculo de pareja y todos los días me proponía lo mismo, llegar a
Despertarme en los brazos de Alex era lo que añoraba desde hacía varias semanas pero precisamente hoy era lo que menos me apetecía. Tenía la cabeza hecha un lío y no me encontraba con fuerzas para justificar mi huida de Siderium. Miré la hora en el móvil y vi que eran las tres de la madrugada. Me levanté con cuidado de no despertarlo y fui al baño. Cuando salí estaba despierto. Empezó a pedirme disculpas pero yo no tenía ánimos para hablar así que le dije que lo dejáramos para el día siguiente. Me acosté en el lado opuesto de la cama dándole la espalda. Tenía sentimientos encontrados y un nudo constante en mi garganta. Alex me pasó el brazo por la cintura y me acercó a él. Me volvió a pedir disculpas y me dijo que nos quedaríamos en Foresthill si yo quería. Una sensación de calidez se adueñó de mí corazón. Mi pareja se quedaría conmigo. Esas palabras aflojaron un poco el nudo de mi garganta. Estuvimos un rato despiertos, en silencio, pero al final el calor que me daba su cuerpo sum