Capítulo 3

Narra Nicholas

Me he propuesto desde muy joven ser un hombre exitoso, aunque desde que nací ya la fortuna venia conmigo, pues ser un Brown requería de responsabilidad, mi padre Gregory Brown tiene la compañía vinícola más grande del país, siempre ha sido reconocido por su trabajo y por su dinero, desde mucho fue catalogado como el empresario número uno de la industria, es inteligente y astuto, donde el metía sus manos para empezar un proyecto, ese tenía el éxito asegurado.

Mi padre quedó viudo muy joven, mi madre murió de cáncer de páncreas cuando yo tenía tan solo quince años de edad, en esa época mi padre estaba en su mejor momento, pero al pasar por un episodio tan traumático, mi hermano mayor se hizo cargo de la compañía por un tiempo, recuerdo que al estar solo los dos en casa tenía que presenciar sus crisis de culpa, pues él decía que mi madre había muerto por él, que de haber descubierto su enfermedad con tiempo ella aun estuviera viva, pero no lo creo de esa manera, en mi mente siempre estuvo la rapidez de esa enfermedad al llevarse a mi madre, casi que ante nuestros ojos se fue consumiendo y no hubo poder humano, ni poder económico que sirviera para salvarla; esa situación llevó a que mi padre nos inculcara lo importante que debe ser la familia, a preocuparnos primero por nuestros seres queridos y luego de lo demás, el me daba lecciones diarias; como de encontrar a una buena esposa, que una buena mujer podía marcar nuestra vida de forma positiva, que él pudo ser exitoso gracias al apoyo de ella, etc. Así mismo, me decía que la mujer que yo tenía que buscar debía ser tan buena como mi madre, que sea amorosa, que sea inteligente y que siempre la valorara, que el día que tuviera mis hijos les dedicara mucho tiempo, que nunca desaprovechara las ocasiones especiales, los cumpleaños, aniversarios, etc. Él se veía muy destrozado y con su conciencia matándolo por no estar en momentos en los que simplemente el trabajo no lo dejo estar con nosotros; mi manera de ayudarle era darle un fuerte abrazo y llorar junto a él.

Con el paso de los años yo seguía estudiando y preparándome, quería conceder todos los deseos de mi madre, quería que terminara la escuela y la universidad con honores y lo conseguí, mi padre luego de aquel bajón, pudo levantarse y seguir adelante, junto con mi hermanos le dieron más impulso a la compañía. Yo quería trabajar con ellos, pero a la vez tenía una meta en mi mente y un impulso en mi corazón en querer abrir mi propia compañía vinícola, era un proyecto ambicioso en el cual trabajé, y el día que se los presenté a mi padre y a mi hermano mayor no parecieron muy felices, ambos querían que yo siguiera en Gregor Wine, la compañía de papá, pero me negué y a la vez me molesté por no recibir su respaldo, mi padre fue impulsador de muchos otros chicos que en su momento pidieron ayuda pero se negó conmigo. En medio de mi indignación me propuse hacerlo yo solo, con los fondos que tenía construí la que hoy en día es la competencia de directa de Gregor Wine, cree Brown Wine.

Claramente por el tiempo de experiencia que lleva mi padre tiene catalogado el título del número uno, pero yo que casi con las uñas hice todo, tengo el segundo lugar, lo que para mí es más que suficiente.

Las relaciones familiares se vieron afectadas cuando decidí separarme del negocio de la familia y en crear otra empresa, mi padre y mi hermano se volvieron distantes, cabe decir que nunca existió la rivalidad ni la intención de dañar al otro, solo que cada quien trabaja en su lado ignorando lo demás.

Yo amo a mi padre y amo a mi hermano, por eso a pesar de todo, al conocer a Dilaila y al decidir casarme con ella, hice el respectivo protocolo que mi padre tenía en casa, un día aparecí con ella en su despacho y la presenté, temía que me insultara a mi o a ella, pero nos recibió mejor de lo que esperaba, tenía años de no compartir con él una comida y ese día fue el renacer de nuestra relación, cabe decir que por temporadas nos molestamos porque nunca olvida nada, pero al final alguno de los dos vuelve; su nivel de orgullo cedió un poco cuando nació mi hijo mayor Jackson, fue su primer nieto y eso le sacó el lado sensible al estricto y cascarrabias de Gregory, el ama a mis hijos y aun cuando me molesto con el mis hijos no tienen por qué hacer parte de esas discusiones, a la final serían los únicos que tendría porque mi hermano mayor quedó como un solterón, el pobre Robert le dedico su vida entera a la compañía y se olvidó en buscar una esposa.

En mi empresa Brown Wine, no solo quise inculcar lo que aprendí de mi padre, pues el sector vinícola es lo que nos ha acompañado por muchas generaciones, también quise darle mi sello, quise apoyar a quien no tenía un respaldo, quise darle la oportunidad aquel que en algún momento de su vida le dijeron que no, quise ayudar dándole empleo a muchos, capacitando al que no sabía nada para que pudiera ocupar un lugar en mi empresa, quise construir una familia grande donde todos nos apoyemos, aunque siempre manteniendo el respeto y las respectivas jerarquías que deben existir para no perder el rumbo del líder de la manada, a pesar de tener esa ideología una de las personas que tenía destinada para mi compañía quiso retirarse de la manada y emprender solo su camino, esa personas fue mi hijo Jackson, lo que afectó nuestra relación.

- ¿Me voy a morir? – pregunto al médico que luego de casi forzarlo me ha dado mi diagnostico

- Rayos, eres tan negativo Nicholas, de no estar en esa camilla ya te hubiera dado un golpe, que manera de ver las cosas – dice el doctor Domínguez quien es un amigo de infancia

- No maquilles nada conmigo, antes de ser tu puto paciente fui tu amigo, así que dime la gravedad del asunto

-Ese fue el error, por ser mi amigo dejé pasarte muchas cosas, debí pedirte que vinieras a los controles pero por estar siempre en la confianza solo venias a contarme chiste y liego te ibas sin dejar que revisara

- Sabia lo que tenía desde hace mucho, mi madre murió de cáncer de páncreas, lo mismo que le pasaba a ella me venía pasando a mí, no hubo forma de retenerlo.

- ¿Por qué no dijiste nada?

- ¿Para qué? – digo levantando mis hombros

- ¿Cómo que para qué? Nicholas el tiempo es lo único que perjudica, es mucho más fácil si las enfermedades se detectan a tiempo

- ¡Nah! mi madre pasaba más en el medico que en casa y aun así no descubrieron nada hasta que la enfermedad avanzó como una carrera de caballos, en un abrir y cerrar de ojos se fue de nuestro lado.

- No te comprendo, amigo

- No le tengo miedo a la muerte, si me llego a ir en algún momento me iría feliz, ya hice lo que debía hacer, es todo lo que puedo decir – respondo a mi amigo quien parece, preocupado, asombrado y a la vez enojado conmigo.

- ¡Oh! cariño

Mi esposa entra a la donde me encuentro y corre a darme un abrazo, me aprieta con fuerza y llora desconsolada

- Estoy bien, mi cielo, estoy bien – digo dándole palmaditas en su espalda

- ¿Por qué no venias a tus controles? – pregunta con sus ojos llenos de lagrimas

- Porque estaba ocupado

La verdad no iba a perder mi tiempo sabiendo lo que tenía, me sentía mejor en mi empresa que aquí, además siempre que venía se llenaba mi cabeza con malos recuerdos.

- Ya es hora Nicholas, lo sabes – dice ella sabiendo que yo sé a lo que se refiere

- No lo sé cariño

- Jackson ha debido estar frente a muchas cosas de la compañía hace tiempo, solo deja tu orgullo a un lado y llámalo, es tu hijo, la única persona en la cual puedes confiar.

- En la compañía está Grace, así que no te preocupes – digo para aliviar sus regaños

- Grace es excelente en su trabajo, lo sabemos pero debe haber un jefe, así que llamaré a Jackson, si tú no lo haces yo lo haré, porque a partir de hoy  tú debes quedarte aquí, ahora más que nunca voy estar atenta con tu salud Nicholas David Brown.

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