Me pasé cinco días en el hospital y cuatro en mi casa. El miércoles fui al colegio y una mágica rosa apareció en mi casillero, eso me hizo sentir querida, la olí y la dejé ahí más tarde me acompañaría a casa. Fui a la primera y a la segunda lección, como todavía no me sentía bien, no me dio tiempo de molestar como era debido, y tampoco quería decir nada para que no me enviaran a casa. La profesora me dejó cabecear por ratos y Hall me ayudó en todo lo que pudo como era de esperarse. Mis compañeros se comportaban con cierta simpatía y mi profesora con algo parecido al compadecimiento, mejor dicho; lástima. Y así se comportaron el resto de mis profesores.  

En la tarde faltando unas tres horas para que terminara el día escolar me llamaron a dirección y Mari me dijo que llevara mis cosas. Pasé y dejé mis libros y cuadernos en el casillero y cogí mi rosa. Marry me dio un chocolate y me dijo que me había extrañado. La quiero u