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Sempiterno
Sempiterno
Por: DanielaPADiaz
Capítulo 1: El comienzo

2010

Iba de camino al parque donde había citado a Luke, mi novio, necesitaba decirle algo muy importante, cuando llegue al parque él ya me estaba esperando sentado en una banca.

—Hola. — me saludo dándome un corto beso en los labios cuando me senté a su lado

—Luke, tengo que decirte algo. — digo limpiando mis manos en el pantalón, ya que no dejaban de sudar

— ¿Qué pasa?— pregunto con la vista fija en mí

—Primero respóndeme esto, ¿me amas?

—Claro que te amo, ¿por qué estás tan nerviosa? — la confusión era bastante evidente en su voz

—Es que lo que te tengo que decir es muy importante y no sé cómo decirlo, ni como vayas a reaccionar cuando lo sepas. — respondí lo más honesta que pude

—Amor, puedes decirme lo que sea todo va estar bien. — escucharlo hablar así hacia que me sintiera mejor, ambos nos amábamos y podíamos enfrentar la situación juntos

—Estoy embarazada. — dije y busque en mi mochila los resultados de las pruebas que me había realizad el médico— Son las pruebas de embarazo.

Él las tomo y conforme Luke iba leyendo se ponía cada vez más pálido.

— ¿Desde...desde cuándo lo sabes?— pregunto cuando termino de leer y dirigió su vista hacia mí

—Me entere hace unas horas, pero empecé con náuseas y mareos desde hace unas semanas por eso decidí hacerme las pruebas ayer y hoy me entregaron los resultados de las pruebas.

— ¿Qué vas hacer?— pregunto, no me pasó desapercibido que su pregunta solo me involucraba a mi

— ¿Cómo que, que voy hacer? pues voy a tenerlo, sé que va a ser difícil, pero tú y yo...— no pude continuar hablando porque Luke me interrumpió

—No, Emily, conmigo no cuentes yo...yo no puedo hacerme cargo soy muy joven para ser papá, lo siento, Emily, pero no puedo. — dijo parándose

—Dijiste que me amabas. — dije con voz estrangulada

—Y lo hago, pero esto es demasiado, lo siento. — fue lo último que dijo antes de darse la vuelta y dejarme sola

Me sentía traicionada y un poco asustada, pero sabía que mis padres me apoyarían, ellos nunca me dejarían sola, me fui del parque y empecé a caminar para mi casa, mientras lo hacía no dejaba de pensar la manera correcta de darles la noticia.

Di un gran suspiro antes de entrar por la puerta, en cuanto tuve un pie adentro de la casa vi a mis padres en la sala, al escuchar la puerta ambos levantaron la cabeza para verla y me dedicaron una sonrisa.

—Mamá, papá tengo que decirles algo. — dije mientras me sentaba en el sillón que estaba enfrente de ellos

— ¿Qué sucede, pequeña?— pregunto mi padre, sabía que él me amaba y nunca me dejaría sola

—Estoy embarazada. — solté de golpe

Mi padre se levantó del sillón donde estaba sentado, se puso frente a mí y me dio una cachetada que me hizo girar la cara por la fuerza con la que la dio, lo mire asombrada, él nunca me había pegado.

—Te quiero fuera de esta casa. — ordeno, voltee a ver a mi madre para que me diera algo de apoyo pero ella bajo la cabeza

—Papá. — intente tocarlo pero él se alejó de mí como si mi tacto le diera asco

—Recoge tus cosas y vete, desde este momento ya no tengo hija.

Sin poder evitarlo empecé a llorar, mi padre, el hombre que me crio me estaba dando la espalda.

Asentí y me limpie las lágrimas algo que me había enseñado mi padre era a no mostrarme débil, me di la vuelta y subí las escaleras, entre a mi cuarto y agarre una mochila lo bastante grande para echar un poco de mi ropa, agarre todo el efectivo que tenía y lo eche en la mochila, salí de mi cuarto y baje las escaleras, al final de estas se encontraban mis padres.

—Ya recogí mis cosas, deje el celular y las llaves del carro encima de la cama.

—Está bien. — fue lo único que me dijo mi padre, pero cuando lo dijo ni siquiera me miro a la cara

Camine hacia la puerta, pero al sentir el roce de algo frio en mi pecho recordé el collar de que mi padre me había dado al nacer, regrese sobre mis pasos y me detuve justo enfrente de mi padre, arranque de mi cuello el collar, agarre su mano e hice que la abriera para poner en ella el collar.

—Me contaste que al nacer me habías dado este collar como promesa de que me cuidarías y protegerías de todo, hoy rompiste esa promesa. — Dije con coraje— Hace un momento dijiste que ya no tenías hija, ahora soy yo la que te dice que no tiene padre. — me di vuelta y camine de nuevo hacia la puerta para salir de la casa, pero esta vez no mire atrás

Decidí caminar de regreso al parque donde había estado con Luke, me senté abajo de un árbol y me permití llorar, las personas que yo más amaba me habían dejado sola.

—Te prometo...te juro que saldré adelante, no importa que me hayan dado la espalda mientras te tenga a ti estaré bien. — dije mientras acaricio mi vientre

*

Hacía varias semanas que mis padres me habían corrido de la casa y hace tres días se me había acabado el dinero que tenía y era la misma cantidad de días que llevaba sin comer, me sentía algo débil y para colmo hace una semana habían comenzado las lluvias.

Ahora estaba en un parque tratando de encontrar algo que comer, cuando vi a una pareja de adultos sentados en una banca, sonreí al ver como los dos se abrazaban, tuve que sujetarme con fuerza de un árbol que tenía cerca pues mi vista se tornó borrosa y punto negros aparecieron en mi visión.

Mientras tanto en la casa de los Green...

Después de que Emily se fuera de la casa, el señor Trevor, su padre subió a la que era la habitación de su hija y vio que como había dicho Emily las llaves del auto y su celular estaban en la cama pero junto a ellos había un sobre, el señor Green lo abrió y vio que eran las tarjetas de crédito de su hija, tuvo que salir de esa habitación pues la culpa de haberle fallado a su hija era demasiada.

Ahora estaban comiendo nuevamente solos sin la presencia de su hija, tanto el señor como la señora Green extrañaban demasiado a su hija, desde que ella se había ido, la casa se había quedado sin alegría, pues de nada les servía tener tanto dinero si no tenían a su hija con ellos.

Con Emily...

Desperté en la habitación de un hospital y lo primero en lo que pensé fue en mi bebé.

— ¿Cómo llegue hasta aquí?

Ni siquiera fui consciente de que había hecho la pregunta en voz alta hasta que la respondieron.

—Mi esposa y yo te trajimos. — voltee a ver quién me había contestado y era el mismo señor que había visto en el parque

— ¿Qué me paso?— pregunte asustada por mi bebé

—Te desmayaste, el doctor dijo que era porque llevabas días sin comer. — me explico el señor y creo que noto el miedo en mi rostro ya que volvió a hablar— Tu bebé está bien.

Ni siquiera me había dado cuenta que había dejado de respirar hasta que solté un suspiro de alivio.

—Gracias por ayudarme, señor....

— ¿Pero dónde están mis modales?, me llamo Richard. — me sonrió

No sabía porque pero el señor Richard me inspira confianza.

—Mucho gusto, señor Richard, soy Emily.

La puerta de la habitación se abrió dejando ver a una señora que supuse era la esposa del señor Richard

—Cariño, el doc...— la señora paro de hablar cuando vio que estaba despierta— Que bueno que ya te despertaste, niña. — me sonrió

—Cielo, ella es Emily. — me presento el señor Richard, acercándose a su esposa.

—Mucho gusto, Emily, soy Nina.

—Mucho gusto

—El doctor dijo que ya te puedes ir, ¿quieres que le llamemos a alguien para que pase por ti?—me pregunto la señora Nina

—No es necesario. — respondí apartando la vista

— ¿Y el papá de tu bebé?— pregunto Richard

—Me dejo cuando supo que estaba embarazada. — respondí con la vista fija en la ventana

— ¿Tus padres?

—No tengo.

Creo que fue la necesidad de hablar con alguien o simplemente que ellos me inspiraban la suficiente confianza para hablar del tema, les conté lo que había pasado con Luke pero no mencione el hecho de que mis padres también me habían dado la espalda, la situación de calle hasta la parte antes del desmayo, mientras les contaba mi historia no los había mirado ni una sola vez, pero al terminar de hablar no tuve más remedio que hacerlo, pero sin duda lo que vi en sus miradas no era para nada lo que esperaba la señora Nina me miraba con ternura y el señor Richard me miraba con ¿admiración?

—Nina puedes salir un momento, por favor. — le pidió el señor Richard

Él y Nina salieron de la habitación, yo aproveche para cambiarme la bata del hospital por mi ropa, busque la mochila que tenía cuando me desmaye y la encontré justo cuando la puerta de la habitación volvía abrirse.

—Emily, Nina y yo queremos proponerte algo. — Dijo Richard, en cuanto ambos entraron de nuevo a la habitación— Siéntate, por favor. — hice lo que me pidió y ambos se colocaron frente a mi

—Queremos proponerte que seas nuestra hija. — dijo Nina, no podía creer lo que me estaba diciendo, mire a Richard para confirmar lo que Nina me decía y él solo asintió

— ¿Por qué querrían hacerse cargo de una chica embarazada? — pregunte aun sin entender lo que pasaba

—Nosotros siempre quisimos hijos, pero por desgracia soy infértil. — Explico Nina tomando la mano de Richard— Tú necesitas alguien que te cuide junto con tu bebé y nosotros queremos una hija a la cual cuidar.

— Tal vez no te podamos dar mucho pero ten por seguro que...— no deje que Richard terminara de hablar y los abrace a los dos con lágrimas en los ojos

—Muchas gracias. — dije llorando

"Gracias por mandarme a dos ángeles" pensé

—No nos agradezcas, para nosotros es un honor tener a una hija tan valiente como tú. — dijo Richard

—Creo que mejor nos vamos a casa, necesitas descansar. — dijo Nina y me acaricio una mejilla

Sé que no debo confiar en las personas tan rápido, pero llámenlo sexto sentido, intuición o lo que quieran pero algo me decía que ellos me ayudarían.

Salimos del hospital y el señor Richard pidió un taxi para que nos llevara a su casa, cuando llegamos vi que tenía un jardín hermoso, la casa era de dos pisos no era ni muy pequeña ni muy grande.

—Vamos, Emily, entra para que veas tu cuarto. — dijo Nina sonriéndome desde la puerta

Al entrar a la casa pude sentir el calor de hogar, coloque mis manos alrededor de mi vientre, Nina me llevo a mi cuarto el cual estaba pintado de color azul cielo, tenía una cama en el centro de la habitación y un pequeño tocador enfrente de la cama.

—Es mejor que duermas un rato. — Nina me dio un beso en la mejilla y salió de la habitación

Camine hacia la cama, me senté en ella y empecé a acariciar mi vientre todavía no veía a mi bebé pero ya lo amaba y sabía que haría lo que fuera por él, me puse a imaginar a quien se parecería si a mí o a Luke.

Me recosté en la cama y me quede dormida pensando en mi bebé.

*

Desperté por el olor a hot-cakes, dicen que a una mujer embarazada se le agudiza el olfato, pero yo embarazada o no me despertaría por ese olor, agarre mi mochila y saque la ropa limpia que me quedaba para luego entrar al baño, Nina me había dicho donde quedaba ayer, antes de traerme a la habitación.

En cuanto estuve presentable baje las escaleras y llame a Nina.

—Aquí estoy, cariño. — respondió desde la cocina

—Buenos días. — salude cuando entre a la cocina

—Buenos días, Emily. — Contesto con una sonrisa— ¿Tienes hambre?

—Si. — Conteste mirando los hot-cakes con la boca abierta— ¿Dónde está Richard? — pregunte cuando vi que no estaba por ningún lado

—Está en la florería. — contesto mientras me servía un plato con hot-cakes

— ¿Florería?

—Sí, cariño, nosotros tenemos una florería.

— ¡Eso es genial, Nina! — dije fascinada las flores siempre me habían gustado

— ¿Te gustan las flores?

—Me encantan.

—Tal vez mañana puedas acompañar a Richard.

—Eso sin duda me encantaría.

—Hoy vamos a ir al doctor.

— ¿Te sientes mal? — pregunte confundida

—No para nada, vamos a ir por ti, pero esta vez vamos a ver cómo está tu bebe, ayer solo te hicieron un chequeo rápido. — explico sentándose a desayunar conmigo

—Aparte de la ropa de ayer y esta que tienes puesta ¿tienes más?

—Me queda un cambio más de ropa.

—En ese caso iremos a comprarte más en cuanto acabemos de comer.

—Eso sería demasiado, Nina.

—Tonterías, desde ayer te convertiste en nuestra hija.

Seguí insistiéndole a Nina que no era necesario comprarme ropa, pero no desistió y me llevo a comprar ropa, una vez cambiada con la ropa nueva fuimos al doctor, estábamos esperando nuestro turno cuando vi a una pareja saliendo de un consultorio, la mujer estaba embarazada y el señor estaba sonriendo mientras le tocaba la pancita a su mujer, sin poder evitarlo una lagrima resbalo por mi mejilla.

— ¿Estas bien, Emily? — pregunto Nina

—Sí, sólo estaba pensado en que le voy a decir a mi hijo cuando me pregunte por su padre. — respondí, Nina me miro con tristeza

—Él no va a preguntarte por su padre, ¿Sabes por qué?

Negué ya que no tenía la respuesta a su pregunta.

—Porque va a tener todo el amor de su madre y también nos va a tener a Richard y a mí.

—Gracias, Nina.

—No es nada, pequeña.

—Emily Green. — llamo el doctor, Nina y yo nos paramos y entramos al consultorio

— ¿A qué vienen? — pregunto el médico cuando estuvimos sentadas

—Venimos para que nos diga cómo está mi nieto. — dijo Nina mientras ponía su mano en mi panza

—Bien, pasa al baño y ponte la bata que está ahí. — pidió apuntando hacia una puerta que estaba atrás de nosotras, cuando salí del baño el doctor ya me esperaba

—Acuéstate en la camilla, voy hacerte un ultrasonido para ver cómo va el desarrollo de tu bebé. — Después de decirme eso, me puso un gel y luego empezó a mover el ultra sonógrafo en mi vientre mientras él veía la pantalla

Una risa broto de mi cuando el sonido de los latidos de mi bebé inundaron el consultorio, una dicha enorme envolvió mi corazón.

—Listo, puedes cambiarte.

Me pare de la camilla y me volví a meterme al baño para cambiarme, al salir me senté de nuevo junto a Nina

— ¿Cómo está mi bebé?

— Está muy bien, tienes dos meses de embarazo ¿estas tomando ácido fólico? — pregunto

—Lo tomaba pero ya se me termino.

—Entonces te voy a recetar el ácido fólico.

Cuando llegamos a la casa Richard ya nos estaba esperando, le conté que mi bebé estaba bien y cada vez que Nina o Richard hablaban de mi hijo le decían nieto.

Ambos habían estado viendo la foto del ultrasonido de mi bebé

2014

Cuatro años habían pasado desde que mi hijo nació, cuatros años desde que Nina y Richard decidieron cuidar de mi como unos verdaderos padres y amaron a mi hijo como si fueran sus abuelos, lamentablemente Nina y Richard habían muerto hace un año en un accidente automovilístico y para mi sorpresa me heredaron su casa y la florería.

—Mami, ya abre los ojos. — sentí como empezaron a darme besos por toda mi cara

—Estoy despierta. — dije mientras abría mis ojos, lo primero que vi fueron esos ojitos verdes que tanto amo y su cabello rubio, mi hijo me sonrió cuando vio que abrí los ojos

—Mami, tengo hambre.

— ¿Tú? ¿Cuándo no tienes hambre? — me levante y cargué a mi Aarón, empecé a bajar las escaleras con él en mis brazos— ¿Quieres hot-cakes?

—Sí, sí. — me contesto mientras daba saltitos en mis brazos y daba pequeños aplausos

Aarón había heredado mi amor a los hot-cakes y mi personalidad o por lo menos eso era lo que me decía Richard, pero en todo lo demás era idéntico a Luke, era una copia exacta de él, su mismo cabello y sus mismos ojos.

Empecé hacer los hot-cakes, cuando acabe de hacerlos, les añadí un poco de miel de maple y se los serví a mi hijo.

—Cuando acabemos de desayunar vamos a ir a la florería. — dije empezando a comer

—Hoy vag...mos com misg aguelos.

—Aarón, te he dicho que no hables con la boca llena. — lo regañe

Terminó de comerse lo que tenía en su boquita y volvió a hablar.

— ¿Hoy vamos con mis abuelo?

—Sí, pero antes vamos a ir a la florería.

Cuando Aarón y yo terminamos de desayunar subí con él a su cuarto y le cambie su pijama por un pantalón de mezclilla, una camisa blanca con rojo y unos tenis.

Me fui a mi cuarto y me cambie, me puse unos jeans con una blusa de manga tres cuartos color crema con unos botines negros.

Cuando baje al primer piso encontré a Aarón viendo la televisión

—Ya vámonos, mi amor. — dije y agarre mi bolsa, Aarón agarro sus dinosaurios para luego darme la mano para salir de la casa.

Ya teníamos tiempo de haber llegado a la florería, Aarón estaba jugando y yo estaba subiendo unas cajas vacías.

—Me puede dar una docena de las rosas, por favor. — pidieron desde atrás de mi

—Por supuesto. — empecé a bajar de la escalera en donde estaba pero cuando estaba por terminar de bajar resbale, cerré los ojos esperando el golpe pero nunca llego, abrí de a poco los ojos y me encontré con un hombre bastante guapo, él me había atrapado antes de que cayera.

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