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Finalmente, me habían dado el alta en el hospital. Tenía muchas ganas de encontrarme con Derrick ya que, por cuestiones de protección, lo mantuvieron oculto en la residencia de Noah. Mis pocas pertenecías que llevaba Rune las llevaba como si fuese lo mas pesado de la vida.—Rune, no es tan pesado, no te pases.—Para ti si gatita. Prefiero que no traigas nada en absoluto.De la mano, me conducía hacia su vehículo con una sonrisa muy pícara.—¿Qué quieres? —lo mire de manera sumamente sospechosa.—¿Confías en mí?—Si, ¿Por qué?—Lo comprobarás muy pronto. —sonriendo dejaba mi pequeña mochila con ropa en el asiento detrás abriéndome el coche. —Ven, déjate llevar por mí.Lo observaba de reojo durante unos instantes sin poder contener una sonrisa, él tenía el poder de hacer que mis barreras se desmoronaran. Mientras se ponía al volante, yo me acomodaba en el coche. Mientras Rune manejaba por la carretera, el viento revolvía mi cabello. A través de la ventanilla, el paisaje se deslizaba, pe
—El que invento estudiar, debería haberse muerto. Farfullaba con total rabia. Me encontraba leyendo uno de los libros mas grande que había leído en la vida pero por obligación tenia que hacerlo. Hace aproximadamente cinco meses, Rune y yo tomamos la decisión de mudarnos a Suiza en busca de paz y tranquilidad, un sitio hermoso, sereno y apartado. Estuve aprendiendo alemán, lo cual resultó algo difícil para mí. Rune era un políglota así que dominaba cinco idiomas con fluidez, mientras que Derrick lo aprendió en un tiempo récord. Vivir en Suiza se asemejaba a estar inmerso en un entorno tranquilo y seguro, sin temor a posibles amenazas. Un lugar ideal para los tres. ¿Qué estaba haciendo yo? Decidí registrarme en la universidad a pesar de tener un conocimiento limitado del idioma alemán. Fue gracias a Rune que encontré la inspiración para perseguir mi sueño de convertirme en bióloga marina, ya que financió todos mis estudios en una prestigiosa universidad además de que había contratado
—Hermanita estas hermosa. —Alessandro me rodeaba con un abrazo lleno de emoción. —Cuando te vean nuestros hermanos mayores, van a llorar.—Ya cállate. —le daba un suave codazo a Alessandro. —Si continúas con ese tono bromista, le pediré a mi suegro que me entregue. —Ya me calmo. —hacia una ligera mueca mientras se sentaba a mi lado. —Aunque deberías apurarte. Tu futuro esposo creo que se va a infartar.—¿Y eso?—Le gasté una broma diciéndole que lograría que no te casaras y te fueras conmigo y Derrick... su reacción fue impagable. —empezó a reír—Se volvió tan blanco como una hoja de papel. Estuvo a punto de decir que mataría al piloto del avión, amarraría a todos los invitados en las sillas y a ti te encadenaría para que no escaparas, y si te tenía que tapar la boca para que no lo rechaces.Al escuchar eso torcía levemente la cara. —Muy posesivo tu futuro esposo. —Totalmente desquiciado, para ser más precisos. —Sonreía levemente. —¿Estas lista? —Si, vayamos.En Tahití Francia
Al terminar nuestro beso tomados de la manos caminábamos a través de los invitados los cuales liberaron unas mariposas que la planeadora de boda les había dado. La unión de las mariposas creó un instante encantado para nosotros, e incluso una de ellas se posó en mi nariz, provocándome una suave sensación de cosquilleo.—Incluso las mariposas están bendiciendo nuestra unión.La observación de Rune nos hizo sonreír a los dos; sin duda, era un romántico empedernido. Los dos nos dirigíamos hacia el hotel donde se llevaría a cabo nuestra celebración. La habitación del hotel era como un sueño hecho realidad. Lucía una decoración sumamente elegante. Los brillantes arreglos girasoles contrastaban con la suave luminosidad de los elegantes candelabros suspendidos en el techo, generando una atmósfera cálida y romántica. En el medio de la habitación, el escenario de vidrio reflejaba la luz de forma encantadora, creando una atmósfera etérea. Cada esquina rebosaba de cariño y ternura, y en ese mome
—Gatita ¿Quieres un poco? Mientras Rune me llamaba, percibía su voz dulce. Alzaba el rostro notando que me entregaba un helado al pedirlo en la tienda donde nos detuvimos. Nos encontrábamos en la tercera semana de nuestro viaje de luna de miel, ya que habíamos decidido tomarnos un mes para disfrutar juntos. En estos momento, nos encontramos en México deleitándonos con la deliciosa comida local.Durante estas “vacaciones” he visto porque me había dicho que me lo advirtió….el era una máquina para hacerlo.En el hotel.En el yate que alquilamos.A bordo de su avión privado.En un baño de restaurante.En un parque.En cualquier lugar donde pudiéramos hacerlo sin ser atrapados por exhibicionismo. Tomala el helado que me había pasado Rune dándole una suave lamida algo que provoco que su mirada se oscureciera.—Rune eres un pervertido. —Lo siento gatita, no me ayudas. —Me vas a dejar la vagina destrozada—farfullaba ligeramente. —Gracias a ti apenas pude caminar hace unos días.—Te dije
Habían pasado alrededor de siete meses donde Rune había tomado mis nauseas los primeros meses. En esta ocasión, contaba con la experiencia previa que le permitió enfrentar la situación de manera más efectiva. Esa noche marcaría el momento en que descubriríamos el sexo del bebé. Todos nuestros parientes se habían reunido en uno de los hoteles más famosos de Suiza.La sala del hotel resplandecía con una opulencia que solo se veía en las películas. Del techo colgaban candelabros de cristal que reflejaban la luz de las velas titilantes en cada mesa, mientras los susurros de nuestros parientes se entremezclaban con la suave melodía de la música ambiental. En el ambiente se percibía una emoción intensa. Derrick mostraba entusiasmo con mis sobrinos, dejando claro que sería un excelente hermano mayor. Sentía un leve nerviosismo, sin embargo, la presencia reconfortante de Rune me brindaba la tranquilidad que requería. Con sus suaves gestos, me brindaba la dulzura que hacía palpitar mi corazón.
La tenue luminosidad de las luces de Navidad llenaba la habitación, generando una atmósfera cálida y acogedora. Sostenía a mi pequeña Dariana entre mis brazos, cubierta con una suave manta, mientras observaba a Rune con su gorro navideño inclinándose suavemente a un lado de su cabeza. A lo largo de la mañana, estuvo ocupado comiendo las galletas que, según él, Santa olvidó porque llegó exhausto de repartir tantos regalos. Había algo especial en esta época del año, una magia que parecía intensificarse con cada sonrisa que compartíamos.Un hermoso árbol tan decorado donde había ornamentos de la manos de Dariana, Derrick, Rune y yo. Por otro lado, Derrick, estaba emocionado mientras observaba toda la pila de regalos que Santa había dejado bajo el árbol. Sus ojos resplandecían de entusiasmo, y yo era consciente de que esta situación tendría un valor incalculable para él. —Campeón ¿Qué regalo abrirás primero?—¡Voy a abrirlos todos, papá! —Campeón, qué tal si abres este regalo. —Se
Rune MontenegroAl entrar a mi hogar, fui recibido por la alegre sinfonía de las risas de mis pequeños y mi perro corriendo detrás de mi hija. Al llegar, me deshice del saco con un suspiro de alivio, sintiendo mis pies cansados y mi mente un poco confusa por la agitación del día. —¡Papá! — gritó Dariana El perro se dirigió hacia mí junto a Dariana, sacando la lengua y moviendo la cola con felicidad, mientras Derrick estaba absorto en sus trenes. A pesar de ser joven, logramos obtener clases privadas para que estuviera preparado para ser ingeniero ferrocaril. Eloise se aproximó con una amplia sonrisa que llenaba de luz la habitación. Recibí un tierno beso de su parte, tal como solía hacer al final de un día agotador cada vez que llegaba. —Vaya cara, parece que estas listo para morirte ¿Cómo te fue? —acariciaba suavemente mi mejilla algo que me saco una sonrisa.— Me siento un poco fatigado. — Admití, aliviando la tensión de mis doloridos hombros. —Jamás pensé que tendríamos que com