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CEDIENDO AL DESEO
Me dedica una diabólica sonrisa en modo de respuesta antes de besar mi cuello, chupándolo como queriendo dejarme marcas para cuando me mire a un espejo lo recuerde. Cierro mis ojos con fuerza sosteniéndome de sus hombros y dejándome llevar como solo yo lo haría. No me podía creer que estuviera haciendo esto en un cuarto del club, pero al mismo tiempo era realmente apasionante y gracias a la música que cambiaba de vez en cuando y a la puerta cerrada con cerrojo, nadie nos interrumpiría como tampoco escucharía. Dios mío, ya me estaba adelantando demasiado.
Evan me hace tomar su lugar, ahora soy yo en el sillón y él de pie, me devora con la mirada, de arriba abajo, se rasca la barbilla poniéndose de rodillas frente de mí, me estremezco cuando presiento lo que viene a continuación.<
31LA FIESTAAl salir al exterior me topo de frente con Evan quien estaba hablando por celular caminando de un lado a otro con prisa. Al verme algo cambia en su expresión, se inmoviliza bajando el celular de su oreja poco a poco. Hace un recorrido con sus ojos sobre mi vestido de arriba abajo. Paso por su lado medio sonriendo y me volteo para mirarlo. Noto como traga saliva, regresa su celular a la oreja y dice a quién sea que este del otro lado de la línea:—Estaremos allí en cuanto deje de admirar al ángel que tengo delante de mí —y cuelga guardándose el aparato en su saco azul marino—. ¿Pretendes que no vayamos al evento?Elevo una ceja e inclino la cabeza a un costado sin caer a la primera.—No, si me interesa ir.—Qué pena porque mientras más te observo más ganas me dan
32BOCA ABAJOEvan observa mi reacción, que no era la gran cosa, solamente estaba desconcertada. No me salían las palabras para decir absolutamente nada. ¿Tengo que desmentirlo? ¿Quiero hacerlo? No importa, ni tiempo para debatírmelo con profundidad tenia ya que la persona que más odiaba se estaba aproximando a nuestra mesa con una actitud arrogante de un asesino profesional.Me muevo intranquila en mi asiento pero trato que Evan no lo note, cosa que me sale para la mierda misma, él me mira pero no dice nada por el momento.—Dos de mis hijos juntos —dice Nicholas levantando las manos en el aire—. Años sin verlo.—Y pasaran más para que vuelvas a hacerlo —dice Evan inclinándose hacia atrás en la silla.—Por favor, hijo, no arruines la noche que es por una buena causa tod
33RECUERDOSMis lágrimas no abandonaban mi rostro, estaba tan aterrorizada por todo que estaba sucediendo que apenas podía intentar respirar con normalidad.Mi corazón quiere escapar de mi pecho, cuando el cuerpo de Evan no se mueve, no hace absolutamente nada. Me digo a mi misma que nada de esto estaba pasando, que todo formaba parte de una horrible pesadilla de la cual tenía que despertarme en algún momento. Pero sabía que no era así. Todo era tan real como cuando experimente por primera vez lo que era el pánico, el pavor, la vulnerabilidad. Pensé que jamás me volvería a sentir igual, hasta esta noche, hasta esta maldita noche.—No hables, no hagas ningún movimiento —escucho como Evan me susurra al oído izquierdo, una sensación de alivio me recorrió todo el cuerpo, de saber qu
34CUERPO A CUERPOMe guardo el odio que quería escupirle.A él le importa una jodida mierda como me siento de verdad.La mirada que le estaba dirigiendo era de pura aberración.Me controlo.—Estoy bien. Gracias por preguntar.Asiente.—Lamento todo lo que has tenido que vivir —¿desde cuándo se comportaba tan amable conmigo? ¿Qué es lo que está buscando?¿Y qué quiso decir <<con todo lo que he tenido que vivir>>? ¿Se refería a lo esta noche o a lo que sucedió hace diez años?No.Estaba paranoica.Él no me reconocía.—¿Dónde está Evan? —no soportaba un solo segundo más estar cerca de él.—Está arreglando algunos asuntos. No tarda —responde, levanto la cabeza pa
35¿FALSAS PALABRAS?Un paso tras otro. Un paso tras otro da lentamente para llegar hasta mí, busco con la mirada alguna salida rápida, pero era algo inútil de hacer ya que estaba inmovilizada. No iba a llorar, no ahora. No frente a este demonio. Quiero permanecer lo más tranquila posible, quería que pensara que estaba confundida, quería que viera que yo no tenía la menor idea de quien era realmente él. Sin embargo no podía abrir mi boca, la cinta me lo impedía. —Voy a sacarte la cinta, solo si me prometes que no gritaras y me dejaras hablar de otro modo entonces tendré que tenerte así, y créeme cuando digo que es lo último que me apetece hacer —dice acomodándose la pajarita de su saco. L
36DURAS REVELACIONES —No, te equivocas. Tú eras quien tenía una herencia que heredarías a los veintiuno gracias a tu madre. Tu padre lo sabía, y no quería tocar aquel dinero por nada del mundo. Vivian en una casa bonita porque las apuestas lo dejaban con una buena pasta, pero cuando le comenzó a ir de mal en peor, ya cuando estaba al borde del abismo y fue a pedirme una mano comencé a no solo darle dinero para pagar lo que tenía de deuda, sino también para que mantuvieran el estilo de vida que llevaban y para que tú no sospecharas de nada de lo que ocurría a su alrededor. Lo siento mucho, Nina, pero el hombre que tienes en un altar, no era cien por ciento honesto contigo. Lo cual es algo que es entendible dado que eras una niña, no tenía que lidiar con sus problemas. —No inte
37La pasión de EvanNi siquiera me percate de donde me estaba llevando Evan, mi mente estaba en la luna. Ni siquiera le preste atención cuando habíamos llegado, subimos a un elevador para subir al último piso del edificio donde Evan había mencionado que aquí pasaba la mayor parte de su tiempo. Con una mano apoyada en mi cintura me adentra a su departamento.Inmediatamente me dejo caer en el sofá más cercano que tenía a la vista y allí me quedo mirando mis manos nerviosas y temerosas. Aun no podía procesar nada de lo que Nicholas me había contado, y es que era tan pero tan difícil de creerle, por más que trataba de darle una lógica a todo aquello, parecía que simplemente no podía hacerlo.He odiado a Nicholas, a los Hamilton desde casi toda mi vida. Quitar esa imagen que ten&ia
18MÁS VERDADES —Acuéstate —gruñe y lo hago. Su boca va a mi entrepierna dándome más placer de lo que nadie nunca podrá igualar. Levanto mis caderas ansiando más, y me lo da. Siento mis piernas temblar, mi pecho sube y baja a un ritmo distinto. Evan me mira con esa mirada ardiente y malévola. —Te quiero dentro —susurro sin dejarlo de mirar. Se arrastra hasta una de las mesitas al lado del sofá, la abre y saca de allí una caja de condones, la abre y tras tomar uno tira la caja detrás de él. Con los dientes lo rasga, saca el preservativo y se lo coloca finalmente. Entonces veo el cielo cuando se apodera de mi cuerpo. Comienza lento, aumentado el fuego hasta el punto de incendiarnos amb