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DE NUEVO ÉL
Me giro poco a poco para encararlo, y su una sonrisa perversa dibujada en la comisura de sus labios es lo primero que capta mi atención. Recorro con los ojos como iba vestido, un típico traje color negro, una camisa blanca con un solo botón desabrochado, y zapatos negros resplandecientes. Todo lo que cubría su cuerpo parecía hecho a su perfecta medida.
¿Apenas sale de la oficina? ¿O acaba de salir de una fiesta privada?
—¿Qué haces aquí? —le pregunto acercándome.
Él no se mueve un solo centímetro. Me sostiene la mirada mientras abre la boca despacio para contestarme.
—Te dije que terminaríamos lo que comenzamos, ¿lo recuerdas? —su voz profunda me erizo la piel.
—Sí, lo recuerdo, es solo que no pensé que fueras a venir esta noche.
Evan acorta la
20 SEDUCCIÓN Y PREGUNTAS Repito todos los movimientos de anoche recordando cada paso, cada musculo. Las luces de Neón iluminan un poco más la habitación, yo estoy en medio de ella. Evan coloca los brazos en el respaldo del sillón y se relaja al instante. Cierro los ojos y me dejo llevar por la música, la canción que suena es de Ellie Goulding - Love Me Like You Do, la había oído un par de veces, es muy buena y me gusta mucho por lo que me ayuda a ponerle más sensualidad al baile. Abro discretamente un poco los ojos para captar a Evan con los labios ligeramente abiertos, sus piernas están separadas, sus manos buscan la botella de whisky y un vaso. Se sirve sin prestarle la mínima atención, y se lleva el vaso a los labios húmedos, y tras hacer contacto aparto la mirada. Me acerco a Evan dejando uno metro
21 TRABAJANDO PARA ÉL La oficina que me ha tocado no era la gran cosa, pero para mí era suficiente. En ella había un ordenador portátil sobre una mesa de madera gruesa, unos papeles en fila bien ordenados, bolígrafos, un teléfono aparentemente nuevo y detrás del escritorio un sillón de cuero negro que se ve demasiado cómodo como para dormir en vez de ponerse a trabajar. El suelo era laminado, las paredes de un tono color claro relajante con una pequeña biblioteca en una de las cuatro paredes que me rodeaban, me dieron tentación de ir y ojera cada libro como si fuera a encontrar algo que destapara las mentiras y fraudes de Los Hamilton, pero sabía que sería una pérdida de tiempo, además según lo que me ha dicho Vanessa, estoy a prueba por el momento, así que debo cumplir con cada orden que me den mis superiores, y con eso se refiera al hijo del medio de Nicholas Hamilton, Evan. Evan quien no se encontraba
22 CASI DESCUBIERTA —Bien, ya que me encuentro aquí, dejare algunas cosas para que las realices durante todo el resto del día —me comunica estirando sus manos para tomar una carpeta con algunas hojas dentro—. Llevaras estos documentos al décimo piso para que Stuart los envié. Los tomo. —¿A dónde? —cuestiono. —No te preocupes por eso —dice—. Él sabe dónde. —¿Quién es Stuart? —Uno de tantos asistentes —se limita a responder. —De acuerdo. Me giro sobre mis talones para salir de su oficina, pero su voz me detiene antes si quiera dar un paso a la salida. —No te he dicho que te vayas aun. —Lo siento —murmuro. —No tienes por qué sentirlo —afirma—. Si no te
23 INESPERADO Evan vino por mí media hora después de finalizar nuestra llamada. Carecía de ideas de donde pretendía llevarme esta vez, pero de todos modos pretendía usarlo a mí favor. Ya era tiempo que todo lo que estaba haciendo valiera de algo. Si continuaba dando pasos donde no hallaba más que un camino vacío, terminaría por darme por vencida y no quiero hacerlo, no puedo hacerlo. —Déjame adivinar —comienzo a decir mientras mi mirada se fijaba en la ventanilla medio abierta mirando la oscuridad de la noche de Chicago—. Pretendes volver a llevarme al mismo lugar de antes. Él suelta una pequeña carcajada, lo miro de reojo y noto como menea la cabeza de un lado a otro suevamente. Tiene su mentón apoyado sobre la palma de su mano con los ojos también fijos en el exterior. —No deberías de sacar conclusiones propias antes tiempo —me responde—. A menudo eso nos da ideas equivocadas.
24 OPORTUNIDAD ¿Por qué la pregunta, Evan? —Muy bien, y más cuando no hay a quien besar —me le acerco intencionalmente—. Tú turno ahora, Evan, ¿Qué se siente tener ojos penetrantes azules como el cielo mismo? Su mano viaja a mi mentón y lo sostiene para que no se me ocurra bajar la mirada, y me mantenga en todo momento fija en él. —Los genes que he heredado no son mi parte favorita, así que no se siente nada, pero dejando de la eso, permíteme decirte que me encanta mirarte, y me encanta mirar esos labios con un toque de labial rojo que por supuesto lo haces más apetecibles a cada segundo que pasa. —¿Y por qué no lo haces? —¿Por qué no hago que cosa? —musita. —¿Por qué no me besas? Ni yo misma me podía creer lo que estaba diciéndole, pero se supone que eso es lo que tendría que haber hecho desde ya hace mucho. Bailar lo más sensual para él ya no alca
25 SALVADA Mi corazón se podría haber detenido al momento de que la puerta se abrió, y alguien entre por ella. Mis manos podría haber sudado por culpa de mi cerebro para buscar una buena excusa para darle a aquella persona que me atrapó, y todo lo que hasta ahora había conseguido, que no es mucho ni nada de eso, pero de todos modos había al menos conseguido algo se iría a la misma m****a. No obstante tranquilizo a mi pobre pecho al ver a la pequeña Leah mirándome extrañada desde unos pasos de distancia la puerta. —¿Qué haces aquí? —vuelve a preguntar. —Nada —susurro acercándome a ella y tomándole la mano para sacarnos de allí—. ¿Tú que haces aquí? Leah se encoge de hombros mientras caminamos nuevamente hasta la sala, donde Evan me había dejado y donde supuestamente de donde yo no tendría que haberme movido. —Como papá no subió quise ver qué pasaba —respondió. —Pero no pasaron ni cinco minutos, no t
26 RATONCITO ¿Por qué estoy mirando esos ojos color cielo y estoy pensando que me lo dice con toda sinceridad? ¿Por qué me agradan sus palabras y confesión? ¿Por qué soy tan estúpida como para estar preguntándome semejante tontería? No tendría por qué decirle que yo también siento que fue impresionante experimentar sus labios. Porque es así, pero admitirlo en voz alta seria perder, perder contra de mi misma. Él no es el bueno de la historia, de mi historia. Es el malo junto a su padre y el resto de sus cómplices. Ahora pareciera como que me tengo que obligar a recordarlo cada cinco minutos. —Ya que nuestra noche no fue la esperada —comienzo a decir esquivando a lo que me acababa de declarar—. ¿Puedes llevarme al club? Su expresión fácil cambia repentinamente, no esperaba que le saliera con eso cuando me estaba hablando de otra cosa. Me suelta y se acomoda bien en su parte del asiento, mira el reloj de s
27 ATRAPANDO EL PELIGRO Dormí como blanca nieves. Y me desperté casi a las diez de la mañana. Salte de la cama como si esta estuviera en llamas. Me lave lo dientes apresuradamente, abrí mi placar pequeño y cuando estaba a punto de tomar un conjunto medio elegante, ya que estoy escasa con eso, de repente recuerdo el pedido de Evan. Lucho conmigo misma para saber si debo complacerlo o simplemente no dejar que crea que puede mandarme. Entonces también recuerdo que dijo que seguiríamos con las preguntas hoy, maldiciendo opto por una falta que me tocaba unos dos dedos por encima de las rodillas color blanco, una blusa oscura que resaltaba mis pechos pero cubriéndolos perfectamente. Y unos zapatos de plataforma baja. Ya estoy sintiendo las miradas de las personas que trabajan en esa empresa sobre mí. Todos elegantes, formales y yo…pues complaciendo al jefe. Llame a Carly para que me pud