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Capítulo 1 - Intimidante (II)

Sus ojos se encontraron con los míos por un momento, de inmediato sentí el calor subir a mis mejillas y por alguna extraña razón aparte mi mirada, cosa que me sorprendió aún más, el giro su rostro en otra dirección y siguió su camino, el maravilloso y extraño hechizo se rompió, paso por mi lado y quede sobre la acera con el móvil en la oreja y Dani gritando al otro lado de la línea como una loca.

—Nena, nena ¿estas allí? Asier, hey no me hagas esto, sabes que no me gusta cuando me asustas con estas cosas, Asier responde de una maldita vez —grito hecha una furia, cosa que me saco de mi trance y le conteste lenta y entrecortadamente.

—Eh, si Dani aquí estoy, lo... lo siento, es que... —volví a guardar silencio y me gire para ver hacia donde había ido el chico de ojos increíbles pero no estaba ya por ningún lado.

 Suspire con frustración por cómo había reaccionado ante aquel chico. Dani grito nuevamente.

—¿Es que, qué Asier? —sonreí por su histeria.

—No es nada, olvídalo te cuento luego, ¿cómo va tu día, muchos locos que manejar, que se siente estar a cargo de la sala más concurrida de un manicomio? —respondí de forma más animada y rápida.

Del otro lado de la línea escuche un profundo suspiro de resignación y Dani comenzó hablar nuevamente

—Ay nena en serio a veces me preocupas, está bien luego me cuentas que paso en ese lapsus mental que tuviste y deja de decirles locos, se les dice pacientes psiquiátricos —hizo énfasis en las palabras y reí divertida, siempre la molestaba al respecto —y mi día por el momento va genial, llegue y estuve reunida con la directiva de la institución para aclarar los puntos de mi nuevo puesto y justo ahora estoy entrando a mi nueva y amplia oficina.

>>Te llame para saber si ya estabas en la entrevista —

—Felicitaciones Dra. Thompson es usted toda una eminencia —volví y a reír al igual que ella.

No sin antes escuchar el clásico tonta, que solía usar cuando la alagaba y bromeaba a costa de su inteligencia y continué.

—Sí, ya estoy aquí, pero de camino me llamaron para reprogramar la entrevista, no es hasta dentro de, espera... —quite el celular de mi oreja y mire la hora.

Aún faltaba hora y media para la entrevista, aproveche el momento para abrir la puerta de la cafetería y ese delicioso aroma a pan y café inundo mis fosas nasales sonreí y continué hablando con Dani.

—Falta una hora y media para la entrevista, estoy entrando ahorita en la cafetería que está en la esquina para comer algo y beber un poco más de café —Dani suspiro.

—Genial tienes que esperar, por cierto terminaste poniéndote lo que escogí para ti, ¿verdad? —ni siquiera espero que respondiera y continuo hablándome— debes verte fabulosa, mira que te ves muy guapa con tacones —suspire y guarde unos segundos en silencio observando mi atuendo y pensando en que carajos responderle, antes que pudiera hacerlo, me grito.

—¡Asier  Alejandra!, ¿no me digas que te pusiste los asquerosos converse para la entrevista? —ante eso aparte un poco el móvil de mi oreja y puse los ojos en blanco.

Genial ahora tendría que soportar a Dani riñéndome si algo salía mal en la entrevista por culpa de lo que llevaba puesto, suspire sonoramente y le conteste.

—Ay Dani, nena ya me toca pedir un besito que tengas un lindo día con tus locos, bye —y tranque el móvil mucho antes que pudiera responderme.

Lo puse en silencio y lo guarde en el bolso, sabía que volvería a llamar así que preferí desconectarme al menos por un rato de ella, ya resolvería esos asuntos y cuando hablo de esos, pues me refiero ya a la lista que seguro había hecho para echarme en cara, mi atuendo para la entrevista, los converse, que utilice la palabra prohibida para referirme a sus pacientes y finalmente pero no menos importante le tranque el móvil, si mi mejor amiga era una histérica de primera.

Pedí un mocca y un delicioso pastel de carne que devore sentada en las mesas de afuera para contemplar y sentir el aire fresco, mire la hora y pues como aun me quedaban unos 45 min para la entrevista me decidí por ir a caminar al muelle que estaba junto a la entrada de la empresa, camine hasta allí y cuando descendí los primeros escalones escuche voces que venían de abajo de la plataforma que se encontraba un poco más lejos.

Me dirigí hacia allá, seguro que era uno de los equipos que saldría a hacer alguna expedición. Blue Oceans era una compañía tipo National Geographic, pero especializada en el océano, era como un gran canal de tv pero abarcaba muchas cosas, todas relacionadas al mar y pues además del diseño y los tatuajes lo mío era el océano y todas las fantásticas criaturas que habitaban en él.

Por eso las ansias de trabajar allí, se puede decir que mi sueño frustrado era ser bióloga marina. Al terminar de bajar los escalones el muelle se dividía en varios sub muelles que llevaban a diferentes plataformas. De donde provenían las voces era el que estaba más cerca, así que me dirigí hacia allá, al llegar note que había un equipo de aproximadamente ocho personas casi todos hombres cargando equipos al bote, los mire distraída y alucinada, seria genial poder salir de expedición con ellos, luego uno de los hombre salió del barco gritando bastante molesto,

—¡Con un demonio! ¿Alguien habrá visto a Andrew? cuando necesito que ese idiota llegue temprano le da por aparecer súper tarde, siempre hace lo mismo, es como si lo presintiera —ante las exclamaciones todo el equipo comienza a reír y una mujer bajita y rechoncha le respondió.

—AR, ya está aquí, lo vi llegar hace un rato, debe estar hablando con Jake, recuerda que él es el que ha estado haciéndose cargo de todo y pues tiene que ponerlo al día ¿no? —el hombre que pensé que sería el jefe de toda la cuestión se rasco la nuca en señal de frustración y suspiro.

— Que alguien le avise que tenemos que irnos en 30 minutos —sin más comentarios se giró y en ese momento otro chico le dice.

—Hey Philip, allí viene AR y creo que no viene de muy buen humor —me gire hacia donde señalaba el chico y cuando lo vi, otra vez paso lo de hacia un rato.

Todo se detuvo, la luz del sol lo iluminaba y realzaba todos y cada uno de sus perfectos y grandes músculos,  esta vez el sí continuo moviéndose, hacia el bote se dirigía otra vez el chico que había visto cerca de la cafetería, solo que esta vez, llevaba un pantalón azul marino con el logo de Blue Oceans y venía con su torso completamente desnudo, es decir no tenía puesto nada.

Debo decir que su torso ¡Dios!, sus abdominales estaban bien marcados, definidísimos, su pecho estaba como partido a la mitad pero de una manera muy sutil, delicada, sus hombros anchos y musculosos dejaban ver que este tal ¿Andrew, fue que dijeron que se llamaba?, pasaba horas definiendo ese esbelto y atlético torso.

Continué mi inspección visual y caí y en esa maravillosa "V" que tienen los hombres bien formados cuando entrenan, del lado izquierdo de esa parte de su cuerpo sobresalía un hermoso tatuaje que abarcaba gran parte del costado y se perdía en su espalda. Sus brazos eran definidos, fibrosos y musculosos, en su antebrazo derecho tenía otro tatuaje, no podría decir que estaba escrito pero se le veía de muerte lenta.

Cuando estuvo más cerca vi que llevaba una franela en su mano y un bolso en la otra, esta vez no podía ver sus ojos, ya que estaban cubiertos por unas gafas de sol, súper pijas que lo hacían ver aún más sexy y llamativo, cuando estuvo lo suficientemente cerca, grito.

—¡Hey Philip en marcha que es tarde!— cuando hablo, algo más que mi mandíbula callo.

Seguro que mis bragas estaban en el suelo en ese momento, tenía una voz profunda, sexy y cargada con un poco de ira, al llegar al bote, quedo parado justo de espaldas frente a mí.

¡Dios mío, ayúdame que me muero y no habrá quien pueda venir a salvarme!

Su espalda estaba tan bien definida como su abdomen pero el tatuaje, Dios el tatuaje hacia resaltarla de una manera tan pero tan llamativa que seguro salía baba de mi boca en ese momento, el tatuaje era alusivo a cosas marinas de eso no me cabía la menor duda, mas no lograba definir qué cosas eran.

Tenía muchísima agua eso era seguro, luego de estar junto al bote lanzo el bolso a un costado se quitó las gafas y se puso la franela que llevaba en la mano, se volvió a colocar las gafas y le dijo al joven que había advertido de su presencia.   

—Ajusta las coordenadas y has el chequeo por radio, Santi, Fernando, arreglen las carnadas, Mari, por favor sígueme, necesito que me prepares un café de esos de los que me relajan.

Su voz había sido autoritaria, disciplinada, estricta, pero de alguna forma ninguno de los que estaba abordo sintió al igual que yo, que ese hombre Andrew estaba por encima o era mejor que cualquiera de los que estaba allí simplemente, estaba haciendo su trabajo y por supuesto yo el mío, desde arriba.

No sé qué sucedió luego exactamente porque estaba tan embelesada admirándolo que no me di cuenta cuando uno de los muchachos creo que Santi le dijo.

—AR creo que tenemos público hoy, aunque creo que no somos nosotros o el Zafiro, creo que eres tu —se giró y miro hacia ambos lados del bote, luego miro hacia arriba donde estaba yo.

Nuestras miradas se encontraron nuevamente y mi corazón se saltó un par de latidos, se quitó las gafas una vez más y me miro con esos ojos verdes intensos, justo con la misma mirada que me había dedicado en nuestro encuentro anterior. Me intimido la forma en que estaba revisando mi rostro como si me conociera de algún lugar y sin previo aviso me hablo.

—Hola, ¿buscas a alguien? —en cuanto sus labios comenzaron a moverse mi cerebro desconecto y solo siguieron el sexy movimiento que hacían.

No entendí lo que dijo, estaba demasiado embelesada admirando su boca moverse, unas risas me despertaron de mi fascinación y lo único que alcance a responderle fue un escueto y simple.

—Eehhh no —mientras todos reían a su alrededor el me miro con un poco de curiosidad, volvió a ponerse las gafas se encogió de hombros.

—A trabajar chicos —se perdió dentro del bote, todos en la cubierta seguían riendo y yo como la misma idiota aun con la boca abierta mirando por donde había entrado.

#

10:30 am

Después del súper encuentro con aquel Dios de los mares camine como por inercia de regreso a la entrada principal, faltaban tan solo unos 10 min para mi entrevista y yo aún seguía idiotizada por Andrew, es que hasta el nombre era imponente, trate de despertar mi cerebro atontado por tanta belleza masculina y me dirigí a la reacción donde una linda chica me dio un pase de entrada y me indico que tendría que subir a la última planta girar a la derecha y al final del pasillo estaba la oficina del Sr. Richardson, el hombre que me haría la entrevista.

Al llegar note un espacio abierto y luego un escritorio donde estaba sentado un joven, el cual me miro y sonrió como animándome a acercarme, me saludo.

—Asier, ¿verdad? —Asentí— el Sr. Richardson ya va a atenderte, está atendiendo una llamada —aun no me salían las palabras del todo, tenía que hacer algo por despertar de mi estupor y reaccionar o pasaría la vergüenza de mi vida por culpa de un perfecto extraño.

Un perfecto extraño, sexy y Dios de los océanos, volví a sonreír para mí misma y me grite que ya, era hora de ponerse serios.

La puerta del despacho se abrió y un hombre con un traje de color gris salió de él, se dirigió hasta el escritorio de este y le dijo.

—Jacop por favor llama a Andrew, dile que necesito los informes de la investigación para las 3 de la tarde, si logramos contratar al diseñador gráfico hoy, podríamos acelerar el proyecto un poco mas  —Jacop asintió y se giró su cara hacia mí.

—Señor ella es Asier, la candidata para el puesto de diseñador —El Sr. Richardson se voltio hacia mí y zas otro tortazo a mis sentidos.

Sus ojos verdes intensos me miraron y de sus labios salió una amplia sonrisa, se acercó a mí y me tendió su mano la cual apreté con un poco de nerviosismo.

—En hora buena, perdóname por atrasar la entrevista un par de horas, llegue hoy de viaje y tuve que ponerme al día con algunos asuntos antes de poder atenderte, pasa por aquí Asier—soltó mi mano y me mostró el camino hacia su oficina.

Dentro todo era sofisticado, minimalista y de color blanco o plateado, a la izquierda un ventanal enorme mostraba el mar y parte de los muelles, donde unos minutos antes había visto a Andrew y su equipo, el Sr. Richardson me pidió que tomara asiento y eso hice.

En el momento en que me pregunto por qué quería trabajar en Blue Oceans, caí en la cuenta en que ya estaba en la entrevista y era hora de mostrar lo buena que era y porque ese trabajo debía ser mío, así que suspire humedecí mis labios antes de comenzar a hablar y luego de que las primeras tres palabras salieron un poco entrecortadas de mi boca, las demás lo hicieron con naturalidad y mucha seguridad.

Luego de responder una serie de preguntas todas relacionadas a la respuesta tan amplia que había dado del por qué quería trabajar allí, el Sr. Richardson estaba riendo a carcajadas porque a mí se me había ocurrido decir en mitad de una explicación sobre lo importante que era mantener al público y al mundo en conocimiento constante de la importancia de los océanos.

Pues así como si estuviera hablando con Dani o con Kevin, el hombre me hacía sentir en confianza quizás demasiada por lo que solté sin más.

—Joder la mejor forma de llegar a la gente es por las redes sociales y dar un mensaje claro y conciso es lo más importante —al terminar de explicar mi punto caí en el grave error y quise que la tierra se abriera en ese momento escupiera lava, me quemara viva y me tragara.

Comencé a pedir disculpas aceleradamente tratando de explicarme, el hombre no paraba de reírse, así que baje la cara y espere a que el ataque de risa le pasara, luego de unos segundos se calmó y me dijo en el tono más amable y amistoso que había escuchado jamás en un hombre o mujer en una entrevista

— Hombre tranquila, ya veo que te apasionan estas cosas y esas son características que buscamos en las personas que trabajan acá, ya revise tu portafolio y por mi puedes empezar mañana mismo, bienvenida a la familia de Blue Oceans —y volvió a reírse ante, mi cara de ponche ya que no fue normal.

Juraba que había metido la pata hasta el fondo y había arruinado mi momento pero ¡hey, hey, hey! muy al estilo de los cangrejos de Buscando a Nemo me dije eres una ¡puta afortunada! sonreí ampliamente y me levante de golpe, tendí mi mano hacia el Sr. Richardson y este la estrecho muy afablemente y me dijo     

—Mañana a las 10 am, debo presentarte al equipo con el que vas a trabajar.

Salí dando brincos del edificio más feliz que una perdiz, saque mi móvil del bolso y busque, le di reproducir y enseguida empezó a sonar por el altavoz Happy de Pharrel y comencé a bailar allí en medio de la camineria cantando la canción, sin importar que los pocos transeúntes me miraran con cara de ¿y esta se escapó de que manicomio?, estaba feliz y orgullosa de mi misma y me importaba tres hectáreas de m****a lo que la gente pensara de mí en ese momento.

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