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Capítulo 3 - Tan explosivo y simple... ¡solo lárgate!

11:30 am

Después de andar con Chris por todo el edificio estrechar un millón de manos, y agradecer quizás un millón de veces por la bienvenida, finalmente estábamos de vuelta en la oficina, aunque yo le llamaría refugio, este bendito lugar parece un refugio en vez de una oficina.

Entramos y Chris me mostró cual sería mi espacio y me hizo saber que podría decorarlo si quería como yo quisiera, siempre y cuando delimitara los límites, porque allí aunque no parecía haberlos, existían. Sophi llego al cabo de un rato botando humo por las orejas, estaba furiosa gritando y maldiciendo

—Aaafff lo odio, es un maldito imbécil, frio y sin corazón que es lo que le pasa al muy idiota, que cree que puede venir y hablarme como si fuera mi padre, es más ni porque sea mi primo tiene derecho de tratarme así —despotrico andando de un lado al otro—, se supone que trabajamos juntos y debe mantenerse alejado de mi a menos que necesite algo de trabajo, pero claro no —extendió las silabas de estas dos últimas palabras con exasperación— el muy idiota tiene que llegar a cualquier lugar a estropearme el momento —Sophi lucia como una niña malcriada teniendo un berrinche.

Todos la mirábamos en plan de venga, cuenta ¿qué paso? cuando finalmente se calmó nos miró a todo y dijo.  

—¿Que? todo lo que dije es la verdad al muy idiota le queda como anillo al dedo el sobrenombre ese de capitán de hielo, si mi papa pasa por aquí díganle que me he largado, que si quiere que el trabajo esté listo que vaya tras de su sobrino y lo arregle con él, nos vemos —se giró y salió echando humo por todos lados.

Ante mi cara de espanto todos comenzaron a reír y Chris que se sentaba junto a mí me explico riendo.   

—Sophi es súper temperamental cuando se trata de él, siempre se están peleando como perros y gatos, aunque a veces no sabes exactamente quien hace el papel de quien, porque ambos se molestan, simplemente no pueden evitarlo —siguió riendo y regreso su atención al ordenador donde estaba respondiendo unos mails.

Al cabo de unos cinco minutos, Jake entro en la sala con el entrecejo fruncido.

—Se fue, ¿verdad? —me gire y asentí con la cabeza ya que ninguno parecía con ganas de responderle    

— Genial como si no tuviéramos suficiente con el problema del Zafiro —se giró y se detuvo antes de salir comento— chicos reunión en 20 minutos en el submarino, Cristina por favor trae todo lo que esté listo del evento de apertura, tenemos que poner al día a Asier —se giró y me guiño un ojo con una media sonrisa en la cara y se fue.

Le di un ligero toque en el codo a Chris que se quitó los audífonos y me miro expectante y le pregunte

—¿El submarino? —con cara de no entender nada, miro a sus compañeros que estaban absortos en sus labores y me dijo.

—¿Qué submarino linda? —Puse los ojos en blanco y le pregunte algo cansada por su falta de atención.

—Jake acaba de venir y decir que tenemos reunión en 20 minutos en el submarino, ¿qué submarino? —complete.

La cara de alarma de Chris fue épica se levantó arrojo los audífonos al escritorio y corrió a los archivadores que estaban al fondo y que por cierto no había notado su existencia abrió unos gaveteros que se perdían dentro de la pared como si estuvieran empotrados dentro de ella, busco por unos minutos y luego con cara de alivio regreso a su silla, y me miro más tranquilo suspiro y me explico.

—El submarino es la habitación donde solemos reunirnos para hacer tormentas de ideas, discutir informes, proyectos, básicamente es el agujero que tiene el capitán de hielo en tierra firme o como dice Sophi sus dominios en tierra firme, esta abajo en el Sótano —aguardo unos segundos y una media sonrisa se dibujó en su rostro y continuo— bueno no es exactamente en el sótano, el submarino está a unos cuantos metros dentro del océano, allí es donde nos reuniremos, ya lo veras —me guiño un ojo, volvió a regalarme esa media sonrisa y  sin mayor explicación se colocó sus audífonos y luego les gritos a los chicos.

—En 20 en el submarino, ¡empieza la aventura! —todos rieron divertidos por su exclamación pero ninguno dijo más nada.

Veinte minutos después descendíamos en el ascensor hasta el sótano, al abrirse las puertas un largo pasillo nos recibió, sus paredes pintadas de blanco y olas azules seguían hasta perderse en la distancia, había puertas de los lados con placas sobre ellas con nombres de personas y lo que se hacía detrás de ellas.

Continuamos caminando por unos minutos, los chicos iban charlando animadamente y yo simplemente curioseando todo a mi alrededor, cada vez quedaba más enamorada del lugar, era realmente estupendo, finalmente llegamos al final del pasillo, este se dividía en dos un pasillo hacia la izquierda y otro a la derecha, Chris me señalo el de la izquierda y me dijo en tono burlón

—Los aposentos del Capitán —nosotros giramos a la derecha Cristina introdujo un código en una pequeña pantalla y me dijo.

—Luego te daremos los códigos de acceso tranquila, hay lugares en los que podemos y no podemos entrar cada uno del personal, te explicare de que va todo después cuando las aguas se calmen un poco.

Entramos y enseguida automáticamente unas luces se encendieron y quede maravillada, a donde miraba había peces, peces de verdad nadando en el océano, el submarino era una habitación construida debajo del agua y era sencillamente mágico y monumental, la sala era muchísimo más grande que el apartamento donde vivíamos Dani y yo.

Habían más puff en una esquina junto a un tv y un par más de consolas de vídeo juegos, otro Blu-ray y habían un montón de cosas divertidas en esta sala, un tablero de Baloncesto y en el suelo regadas pequeñas pelotas del mismo deporte que supuse que serían de plástico o goma espuma.

Al final de la sala estaba una mesa en forma de ola y justo al final una nevera, una cocina y un microondas, sobre estos habían gabinetes que supuse que estaban repletos de comida. Esto era mejor aún que nuestra oficina y simplemente lo ame, no paraba de sonreír y solo logre exclamar.

—¡Wow esto es realmente increíble! —y me adentre en la sala los chicos ya habían entrado y arreglaban papeles sobre la mesa de muy buen humor.

Yo seguía maravillada absorta en los muchísimos peces que se encontraban fuera nadando tranquilamente, tan absorta estaba que no note, que los chicos habían dejado de hablar y bromear entre ellos, su silencio incomodo me incómodo y me gire hacia ellos, todos miraban en dirección a la puerta.

Hice lo mismo que el resto y mi gente, el alma se me escapo del cuerpo, sentí que las piernas me fallaban y que perdía todo el color de mi cara, no sin antes por supuesto ese enigmático y extraño suceso que me envolvía siempre que Andrew estaba cerca de mí, el mundo fue en cámara súper lenta, sus ojos estaban fijos en mí, con la expresión más fría e intimidante que nunca antes nadie me había dedicado.

Quise hacerme pequeña unirme en ese océano y perderme entre ese millar de peces por la vergüenza, finalmente Andrew se movió de la puerta para dejar pasar a un Jake apresurado que venía diciendo.

— Ok chicos, manos a la obra solo los acompañare durante 30 minutos debo salir a confirmar el lugar del evento y arreglar todo con los canales internacionales, conseguí que la BBC de Londres viniera así que esto tiene que ser épico —paso rápidamente junto a Andrew que aún no apartaba la mirada de mí y lo sé, porque podía sentir el peso y lo penetrante de la misma quemando mi piel.

Imagino que Jake llego a la mesa y se sentó, suspiro y luego se hizo un incómodo y extraño silencio, luego un fuerte aplauso y todos reaccionamos ante el de la misma manera, dimos un pequeño salto por la sorpresa, Andrew y yo nos miramos y escuche que Jake decía

—Venga hombre que no tengo todo el día —me miro de arriba abajo de manera despectiva, comenzó andar sobre los pasos de Jake.

Llego a la mesa y se sentó, se esto porque escuche como corrió una silla y el desinflarse de un cojín. Luego sentí a alguien junto a mí tocando mi brazo             

—Asier, ¿te encuentras bien? —Jake se había acercado a mí con tono preocupado.

Asentí ligeramente con mi cabeza, me giré y camine de forma autómata hasta la mesa, y me senté lo más alejada posible del el, Jake comenzó animadamente con las presentaciones,

—Asier, este encantador y dulce caballero que está aquí es mi sobrino Andrew, él está a cargo de los proyectos marinos y de muchas otras cosas más, si necesitas ayuda a la hora de alguna información para lograr hacer tu trabajo de forma óptima,  él es el indicado para ayudarte - luego se giró y miro a su sobrino

—Andrew ella es Asier nuestra nuevo Diseñador Gráfico que estará a cargo a partir de ahora de todos los eventos de la empresa, tanto nacionales como internacionales —dicho esto bajo su mirada a unos documentos.

Continuo hablando con Cristina y Chris que rápidamente comenzaron a informarle al jefe los avances de lo que él debía saber. Por unos minutos Andrew mantuvo su mirada fija en papeles sobre la mesa, mientras una de sus piernas no paraba de moverse, volvió hacer ese gesto con la cabeza que había visto hacerlo temprano cuando tuvimos el incidente en los muelles.

Una de sus poderosas manos subió hasta su nuca y la apretó un poco podía notar que estaba tenso, no sé si incomodo o molesto pero algo estaba claro, no toleraba mi presencia y yo como una imbécil babeando por él, finalmente Jake se puso en pie se despidió de todos y salió del submarino, en el momento en que la puerta se cerró el silencio incómodo y el ambiente gélido callo sobre la enorme y acogedora habitación, todos miraban de Andrew a mí y viceversa, luego Cristina soltó un bufido y dijo

—Ok basta pueden explicarme ¿qué es lo que sucede entre ustedes  dos? —me sobresalto su pregunta y en seguida quise responder pero Andrew me interrumpió y me pregunto.

—¿Qué diablos haces aquí? —su pregunta me tomo por sorpresa bueno no solo a mí a todos.

Jake acaba de explicar lo que hacia allí, así que su pregunta me pareció un poco tonta, pero respire profundo tratando de sacar todos mis encantos y dejar más que todo los nervios porque amigos míos, una gelatina se movía muy poco para como me encontraba yo en esos momentos, lo mire seria y le dije.

—No sé si escuchaste la explicación de Jake —aguarde un momento a ver si quería decir algo pero solo seguía mirándome, así que continué— mucho gusto Andrew soy Asier — decir su nombre en voz alta y dirigiéndome a él fue una cosa que no sé cómo explicar aun, continúe— como dijo tu tío, soy la nueva diseñador gráfico, y de verdad lamento muchísimo el incidente de esta mañana, juro que no volverá a suceder.

Sentí como mis mejillas aumentaban de color cuando recordé el bochorno de la mañana pero mantuve mi mirada firme, fija en sus preciosos ojos que bajo esta cálida iluminación tenían un perfecto tono verde oscuro, profundo. Y allí estaba yo otra vez a punto de perderme en esos hermosos y fríos ojos verdes cuando mi súper voz salvavidas.

Esa que suele molestar en mi cabeza salió ronroneando y me dijo en un tono burlón, empalagoso.

"Nena, tengo que admitirlo pero este tipo es un Dios y sabe muy bien lo que hace... simplemente me fascina y me tiene tan cautivada como a ti, al menos su físico porque hombre nena el tipo es un maldito hijo de puta, mira como nos está mirando ¿qué demonios se cree que es un ser superior iluminado y tocado por el mismo Dios? reacciona cariño y muéstrale que toda su belleza y divino cuerpo te importan tres hectáreas de pura y maravillosa m****a"

Después de esta súper patada ninja que me di a mí misma me espabile quite los ojos del adonis exquisito y mire a Cristina que seguía con cara de WTF? y le pregunte.

—¿En algún punto tengo que trabajar con —gire mi cara para mirarlo esforzándome por mostrarme tan fría y arrogante como él y termine— con este? —sus ojos al escucharme decir eso se abrieron como platos y creo que fue la gota que derramo el vaso se levantó de la silla y cerro sus ojos con fuerza y con su dedo índice señalo la puerta.

Todos se levantaron sin decir ni esta boca es mía recogieron los papeles y comenzaron a caminar hacia la puerta, y yo los miraba como ¿Qué, ya va un momento, es en serio? allí, justo en ese momento en que vi como no solo con su aspecto físico incapacitaba a las mujeres sino que con su abrumadora y aplastante actitud controlaba a todos.

Señoras y señores agárrense porque se prendió esta m****a, se fue todo el rastro de idiotez que Andrew causaba en mí, lo mire con reproche y le solté.

—¿Pero qué m****a te crees para tratarnos así? ok, entiendo que eres el sobrino del dueño y toda esa m****a pero eso no te da derecho a tratarnos como si fuéramos poca cosa, creo que sin el trabajo que cada uno de ellos está haciendo y el que yo voy hacer todo este maravilloso y mágico lugar se iría a la m****a, —hice una pausa y continúe.

>>Déjame decirte que hace dos días, cuando llegaste al bote y subiste a él me dio la impresión que amabas cada pulgada de las cosas que ocurren tanto aquí dentro como allá afuera, así que discúlpate con ellos y conmigo que mi único error fue quedarme pasmada ante tanta belleza física, pero simplemente no vale nada cuando estás tan vació y frio por dentro, ahora entiendo porque te llaman el capitán de hielo y es el mejor apodo que pudieron darte aunque para serte franca ese apodo se quedó corto.

 Cuando termine tome una bocanada de aire y respire con dificultad no me había detenido ni un solo instante para tomar aire, pero es que hombre uno no puede ser tan maldito en la vida de verdad, cuando mire su rostro sus ojos estaban abiertos de par en par contemplándome con sorpresa entre mezclada con una furia incontrolable que luchaba por salir, lo notaba toda su postura y su divino cuerpo mostraba las claras señales de estarse conteniendo, luego de un largo suspiro por su parte cerro sus ojos y yo en mi momento más toca pelotas del mundo me cruce de brazos y le dije.

—Andrew estamos esperando —pronunciar su nombre otra vez en voz alta hizo que una cosquilla recorriera mi cuerpo pero ¿qué demonios?

Mi cuerpo estaba traicionándome por un montón de sexys músculos, bueno no eran solo un simple montón de sexys músculos eran los sexys músculos, en fin, después de eso no sé exactamente qué ocurrió, solo escuche un fuerte golpe, una silla caer al piso Andrew dirigiéndose a la puerta abriéndola de par en par y diciendo con la mirada fija en el suelo y apretando los dientes.

—Solo lárgate —me basto, tome mis cosas y sin mirarlo salí del submarino no sin antes exclamar al pasar a su lado.

—Mucho musculo y poco cerebro, que lamentable —y salí como alma que lleva el diablo.

Luego pasos apresurados y los chicos alcanzándome con miradas de sorpresa y atónitos, ninguno dijo nada, cuando estábamos cerca del ascensor se escuchó un grito de furia y una puerta cerrándose de golpe.

Nota del autor: vaya que son intensos por aqui no? jajajaaj espero esten disfrutando de la historia un beso enorme y gracias infinitas por el apoyo!

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