Rihanna. Cuando me desperté a la mañana siguiente, aún no había llegado la m*****a babosa. Ya, aunque quería decirme a mí misma que así estaba mejor, me sentí decepcionada. - “¿Qué estaría haciendo este maldito? No saber por qué se había ido me ponía nerviosa. Cuando ya al fin estaba preparándome un café en la cocina, fue cuando oí como alguien entraba por la puerta principal. Salí de la cocina para encontrarme a Rayco en el salón, por su cara veía que no había dormido en toda la noche, seguramente hacía varias noches que ese hombre no había dormido, se le veía casado, con la corbata suelta, la ropa desarreglada y arrugada, sus ojos están algo enrojecidos por la falta de sueños, y su pelo estaba algo despeinado, se notaba que se había pasado la mano varias veces por su cabello. Yo conocía ese gesto, solía hacerlo, cuando estaba estresado, o muy cansado. Sinceramente, me sentí mal por él. - “¿Has desayunado?, si quieres te preparo…”- comencé a decirle, mientras él me miraba, cua
Rihanna. Lo primero que me sorprendió al llegar a Canarias fue la luz del sol y el color, cuando has estado toda tu vida en lugares menos tropical que estas islas del Atlántico, te sorprende que, en un territorio tan pequeño, exista tanto contraste. Desde el volcán gigante y nevado, los bosques verdes y frondosos, hasta las playas de arena negra y azul intenso del mar, son unas islas preciosas cada una con su propio encanto, pero lo mejor, lo que me hacía comprender algo de la forma de ser tanto de Rayco, en ocasiones, como de la familia Bencomo, era algo que me llamó mucho la atención, y no fue otra cosa que la calidez de su gente. Había oído, que Canarias, era la como la “Hispanoamérica” de Europa. La gente era tranquila, abierta, cariñosa, y siempre te recibían con una sonrisa. Eso lo descubrí con tan sólo una frase, que me encantó cuando la oí la primera vez. Eso ocurrió nada más aterrizar, cuándo, sin querer, me tropecé con mi maleta, que insistí en llevar, pese a que los esc
Rihanna. No me preguntes como llegamos a la habitación, que se encontraba en el segundo piso de esa enorme casa de estilo colonial. Ni yo lo sé, ambos estábamos metidos en una nube de deseo, que justificaba que todo a nuestro alrededor desapareciera. Recuerdo a ser guiada por las escaleras de madera por una mano fuertes que sostenían la mía, mientras nuestras miradas coincidían de manera intensa. No hubieron palabras que estropearan el momento, ni ruidos o interrupciones, que nos sacaran de ese limbo en el que nos encontrábamos metidos los dos, tampoco acercamientos físico intensos, era como si nuestras mentes hubieran decidido no dar ningún paso en falso, que nos hiciera arrepentirnos después, dejándonos espacio para que nosotros fuéramos responsables de nuestros actos, y aun así, tanto él, como yo, caminábamos con paso seguro hacia esa habitación, mientras mi cuerpo anticipaba las sensaciones que sabía que, ese hombre, era capaza de arrancarle sin piedad. Una vez en la habit
Narrador. Mientras los recién casados, se dedicaban a disfrutar de su luna de miel, en Filadelfia otros sucesos estaban pasando. La mayoría de los integrantes de la familia Bencomo había regresado, a sus ocupaciones, Duff y Cathaysa Sinclair, habían regresado a Escocia, para cuidar de sus hijos, esos futuros gemelos del terror de la familia Bencomo, y a su preciosa hija, además debían de atender a sus respectivas responsabilidades, él como CEO del DS Groups y ella como responsable de las relaciones publica y área de marketing de todo el Grupo C.P.A. Por su lado, tanto la reina Diane, como el rey Carlos, regresaron a su retiro, donde cuidaban de las hijas de Mary y Benearo Bencomo, mientras ellos trabajaban también en sus empresas. Mary como CEO del conglomerado Sinclair, que heredó tras la muerte de su abuelo, y Benearo Bencomo como el responsable de Grupo C.P.A. de la parte europea. Sólo permanecieron en Filadelfia, Ruyman y Emilia Bencomo, a cargo de Kenai, y dirigiendo la otr
Rihanna. - “Por lo vemos en la ecografía el feto está en las dimensiones adecuadas para su edad. Está ahora de seis semanas, como puede observar señores Vieira, el latido es correcto, debe tomar algunos complementos vitamínicos según la analítica, señora Viera tiene algo de anemia. No se olvide de tomar el ácido fólico. También le voy a prescribir hierro y vitamina c, que ayuda a su adsorción…”- Mientras el obstetra nos hablaba yo me sentía emocionada al ver a ese pequeño ser que crecía en mi interior, a través de la borrosa pantalla, pero lo más sorprendente era la cara de Rayco, no apartaba sus ojos de la pantalla mientras le hacía miles de preguntas al doctor, algunas que me habían avergonzado, por ser totalmente referente a nuestras intimidades, sobre todo cuando le preguntó cuáles eran la posturas sexuales, cuando yo estuviera más avanzada en mi gestación, que eran mejores para no dañar al bebe, y que yo me sintiera más cómoda. Esa babosa pervertida no se había cortado para n
Rayco. - “Señor, Marcus Murdow ha aparecido muerto en un callejón, con varias puñaladas en el pecho.”- esa fueron las primeras palabras que oí de mi jefe de seguridad, cuando entró en mi despacho, mientras yo esperaba que Medusa bajara, tras haberse arreglado, para nuestra última cena, antes de partir mañana a Filadelfia. Sinceramente no me preocupó que esa ser inmundo hubiera abandonado este mundo, no solía rodearse de buenas compañías, según la información que mandé a recoger de él, así como del seguimiento que le puse hacia poco, pude descubrir que siempre andaba entre prestamistas, jugadores, y gente que le proporcionaba sus adicciones, incrementando su dependencia al consumo de sustancias ilegales. Quizás su último prestamista, o un jugador descontento, hasta su camello habitual, estuviera harto de que siempre les debiera dinero, y decidieron acabar con él. Pero en la mirada de mi jefe se seguridad había algo más, algo que me decía que tras su muerte había algo importante que
Rayco. -” ¿Qué has descubierto?”- Le pregunté a Ruyman cuando me reuní con él en su despacho, tras dejar a mi mujer y a mi hijo en casa, bajo grandes medidas de seguridad. Me había costado mucho convencer a Rihanna, para que no me acompañara tras haber recogido, en la mansión Bencomo, a nuestro hijo. Pero gracias a Dios, el haber pasado tantos días si Kenai, detuvo sus ganas, en cierto grado, de rebeldía. -” Al parecer, desde se enteró de que te habías casado, incluso de que vas a ser padre, ha estado muy activa. Según los espías que hemos introducido en su casa, ha hecho una investigación exhaustiva de tu mujer y de tu hijo, así fue como localizó a su familia, a tus “agradables” suegros. Esos dos no han tenido suficiente con lo que les pasó en Turku, Finlandia, el cabezota, testarudo de tu suegro, está empeñado en quedarse con su nieto, es le ser más despreciable que he conocido, después de tu madre, claro. Esa bruja podría darle clases al mismo demonio.”- me dijo Ruyman dándome
Rihanna.- “Y eso es lo que sé, tus padres contactaron con el padre de tu hijo, para alguna de sus intenciones, y él acabó muerto. Aparte de que estuvo espiando a Kenai a la hora de la salida del colegio, no sé nada, sé que la madre de Rayco tiene algo que ver en ellos, pero ese es un tema, del que ningún Bencomo habla, ni siquiera Zape lo ha hablado conmigo, es como que hay un pacto de silencio, ya que afecta a tu marido, y a mis suegros.”- me aclaró Emilia.- “Estoy como tú, Rayco, hasta ahora, no me ha hablado de su madre, por sus comentarios, en ocasiones, sé que nunca será la madre del año, si se parece la mitad, a los míos, desde luego, es el ser menos materno que existe. Pero que esa escoria tenga algún contacto entre ellos es, cuanto menos, inquietante.”- le dije a Andrómeda.- “Quizás tengas razón, en el tiempo que llevamos Ruyman y yo juntos, el tema madre de Rayco es tabú, pero si surge, en la familia, en un evento, o donde sea, la cara de mi cuñado, mi suegro, mi marido y,