Hunter me observaba con fijeza, estudiando cada uno de mis movimientos y gestos. Que me mirara de esa manera sin decirme nada me tenía con el corazón en la mano.—¿Qué? ¿Es que tengo algo en la cara o qué? —pregunté, untando más mermelada a la tostada.—Es que todavía no puedo creer que me hayas confesado tus sentimientos. Pareciera que estuviera en uno de mis sueños.Reí, dándole un mordisco a la tostada.—Pero estamos en la realidad.—Sí, en una que, de cierta manera, quisiera cambiar —de nuevo apareció la aflicción en su voz—. La vida es difícil de entender.—Lo sé, pero debemos confiar en que todo va a salir bien.Dejé la tostada en el plato para tomar su mano y dejar un leve apretón, pero él entrelazó nuestros dedos y me jaló hacia sí, haciendo que mi cuerpo chocara con el suyo.—Todavía tenemos que hablar de muchas cosas. Han sido nueve años —me rodeó con sus brazos, descansando su barbilla en mi cabeza—. Pero ahora tengo sueño. Quiero descansar y recuperar fuerzas. Además, mi p
En cuanto mi vestido cayó a mis pies, le hice señas a Hunter para que se acercara. Con lentitud y como si se tratase de un león acechando a su presa, se puso de pie y dio pasos cortos y lentos hacía mí. Su imagen era tan sensual, únicamente con el pantalón puesto, el torso desnudo, su cabello revuelto y sus labios hinchados debido al reciente beso. Este hombre es una tentación que cualquier mujer no se puede resistir.Ahora sí podía detallarlo a plenitud, sin prisa, como tanto lo había querido. Su anatomía era perfecta. Los músculos de sus brazos y su abdomen le hacían justicia. Esa mirada tan atrayente e inyectada en deseos y picardía le confería ese aire poderoso de chico malo. Su cabello era una mata, pero así rebelde lo hacía ver el doble de sensual. Pero lo más notorio era lo que se escondía bajo la tela de su pantalón y se veía a simple vista la tensión. Parecía un modelo que acababa de salir de una revista, listo para saciar todas las maldades de una mente dañada y perversa com
Hunter y yo entramos al hospital tomados de las manos. La felicidad nos abrazaba, pero también estábamos preocupados por Henry. Todo a nuestro alrededor desapareció en unos cuantos minutos, más no podíamos simplemente ignorar lo que estaba sucediendo en la realidad.Mis padres, mi hermana, su madre y sus dos hermanas nos miraron con los ojos bien abiertos en cuanto nos vieron entrar a la sala. No apartaron la mirada de nuestras manos juntas ni un solo segundo. Era como si no pudieran creer lo que estaban viendo y tampoco los podía juzgar, si Hunter y yo siempre nos habíamos "odiado".—¿Y esto qué contiene? —Conny fue la única que rompió el silencio, haciendo una pregunta que nos causó gracia a todos.—¿Acaso no es obvio? —bufó Alexia, conteniendo una sonrisa.—¿Qué cosa?—Pues al fin están juntos —dijo mi padre.—Maduraron —Dakota lo siguió, vacilante.—Que estén juntos era algo que se veía venir, pero no vamos a discutir lo tontos y tercos que son —volvió a decir Alexia, recordándome
Me encontraba en mi oficina terminando de revisar el proyecto de Hunter para firmar cuando Dakota entró sin tocar. Traía una sonrisa de oreja a oreja y se contoneaba cuál reina por su castillo.—¿Estás lista, mi querida mejor amiga y ahora cuñada?—¿Lista para qué?Rodó los ojos, ajustando su carísimo y hermoso vestido en el área del vientre.—Para conocer a mi futuro sobrino.Los nervios de saber el resultado del examen me tenían la cabeza hecha un lío. Por eso decidí leer una vez más el proyecto de Hunter, para distraer los nervios y la ansiedad que me carcomían por dentro. Aunque me decía a mí misma que no era posible quedar en embarazo tan pronto, una parte de mí lo deseaba.—Vamos, no hay que perder tiempo. Además, quiero ver a papá. Ya lo pasaron a una habitación.Suspiré, firmando el proyecto y dejándolo sobre el escritorio para que mi secretaria se lo entregara a Hunter. Pese a la situación que está atravesando, está demasiado feliz y emocionado con empezar su proyecto.Luego
Desde que le dieron el alta a mi padre hemos estado cuidándolo por turnos. Cuando Alexia no puede, Dakota o yo estamos ahí para hacerlo. Aunque mi madre se ha negado muchas veces, apelando que ella puede hacerlo sola, lo cierto es que no queremos que haga esfuerzos de más. Ella también debe cuidar de su salud.Nos hemos vuelto más unidos, inclusive más de lo que éramos en un pasado. Todo lo que ha pasado con mi padre me ha hecho valorar aún más sus vidas, que de nada valen los arrepentimientos cuando se es tarde. Ellos todavía están vivos y no necesito perderlos para saber que debo estar a su lado, velando por su seguridad y cuidándolos como ellos lo hicieron conmigo cuando era un niño.Y momentos como este, donde mi madre lee un libro en su silla de descanso mientras mi padre y yo jugamos una partida de ajedrez lo es todo para mí. Me di cuenta de que necesitaba todo esto muy tarde, pero todavía tengo tiempo para redimir los años que estuve fuera.—¿E Isla? Hace días no viene a visita
No le hice preguntas, tampoco quería arruinar la sorpresa que tenía preparada para mí, por lo que me dejé llevar por ella a dónde fuera llevarme.Pero no esperaba que Isla me trajera al parque de diversiones. Ya no recordaba cuándo fue la última vez que estuve aquí.Isla me guio de la mano y fruncí el ceño al ver que no había nadie más que nosotros dos. Caía la noche y las atracciones estaban todas iluminadas.—¿Cerraste el parque solo para nosotros dos?—No fue nada difícil convencer al gerente —sonrió arrogante—. No es nada que el dinero no pueda hacer.—Queda bastante clara tu gran afluencia, Srta. Cooper.—E insistencia —soltó una risita—. El hombre es un avaro, pero no importa, porque quería esto para nosotros.Negué con la cabeza, dejándome guiar a la montaña rusa. No había nadie en la fila, por lo que llegamos con rapidez a la atracción.—¿Estás listo para nuestra cita? —sonrió pícara. —Estoy listo —dejé un beso en sus labios antes de subir.Fue como volver a nuestra niñez, ri
IslaEl tiempo empezó a correr de manera acelerada. Cuando menos lo pensé, ya habían pasado cuatro meses desde que todo empezó, desde que el amor le ganó la guerra al orgullo y a la terquedad. Cuatro meses viviendo en una burbuja, donde solo existe Hunter y todo el amor que tenemos para darnos. En estos últimos meses hemos trabajado en conjunto para sacar adelante su proyecto. Todo ha ido en buen camino y en poco tiempo se ha visto la rentabilidad en el nuevo campo que decidimos aventurarnos. No puedo estar más feliz por Hunter, si está viviendo cada uno de sus sueños con el mayor de los éxitos. Henry y mi padre han intervenido un par de veces en la compañía, aunque lo hacen para no aburrirse en casa con sus esposas. Ha sido difícil para ellos retirarse de su empresa, y no es para menos, si dedicaron toda su vida a forjarla y hacer de ella lo que es hoy en día: una de las importantes compañías de tecnologías y ahora de petróleo de todo el mundo.La salud de Henry ha mejorado bastant
Un año después...—Te ves preciosa, mi amor.—Eso lo dices porque eres mi padre.—Claro que no —mi padre soltó una risita—. Conny y tú son las princesas más bellas de mi castillo. ¿Sabes una cosa? Aun estás a tiempo. Si decides no casarte, te ayudaré a escapar.—¿Qué dices, papá? —reí, mirándolo con atención—. No creo que pueda dejarle la vida en paz a ese pobre hombre que eligió mi oscuro corazón.—Pobre hombre, no sabe con quién se involucró. No creas que lo hago por ti, le estoy salvando la vida a uno de los míos.—Lo siento mucho, pero hace tiempo me lo dieron a cambio de un par de muñecas y un vestido y ya no aceptan devoluciones. Ese hombre no tiene escapatoria alguna de mis garras.—Uy, va a sufrir, pero qué le hacemos, a algunos nos gusta sufrir.—¿A ti también? —le pregunté y se encogió de hombros.—Pero no le digas a nadie, ya sabes, debemos aparentar lo contrario, aunque en realidad las mujeres son las que dominan.—Tu secreto está a salvo conmigo.Reímos y mi padre me abra