El sonido de mi celular me saca de mis profundos sueños en verdad maldecía el hecho sin ver aun quien era, solo deseaba seguir durmiendo sin importar que ocurriera o quien fuera, no tenían derecho de alejarme de los brazos de mi amado Morfeo, pero mi curiosidad pudo más que mis deseos de continuar durmiendo, así que decido estirar la mano para ver de qué se trataba, extrañamente tengo un mensaje de un numero desconocido, instintivamente lo abro de inmediato.
"Hola preciosa, no puedo de dejar de pensar en ti ni un segundo, me trastornas la mente desde que te conocí.”
"Alessandro pensé que no te pondrías en contacto conmigo, creí que me habrías olvidado"
"Imposible olvidar tanta belleza"
"Me halagas"
Después de ese último mensaje apague el celular para que no volviesen a despertarme, quería dormir por mucho tiempo más, me encontraba exhausta física y mentalmente.
Mi espantosa alarma resuena en todo el lugar, me obligo a abrir los ojos, comienzo a estirar todo mi cuerpo en medida que me es posible recordando que eh dormido en el sofá, a paso perezoso comienzo a subir las escaleras hasta llegar a mi habitación, rápidamente me deshago de cualquier prenda que cubra mi desnudez, me introduzco en la ducha dejando caer el agua sobre todo mi cuerpo, cierro mis ojos y me dejo invadir por la sensación de las gotas de agua deslizarse centímetro a centímetro por todo mi cuerpo sin omitir ningún espacio, finalmente ya más despierta me dispongo a salir, me envuelvo en una rosada toalla, para tomar mi uniforme, rápidamente me lo coloco, comienzo a secar mi cabello hasta que toma por completo su habitual forma ondulada, repito mi “rutina” de maquillaje de todos los días de instituto, ya lista baje las escaleras, sin olvidar tomar mi bolso guarde las llaves en él, camine como de costumbre hasta el instituto llegue justo a tiempo, dos minutos después llego mel le entregue la receta y la acompañe por el justificante gracias a dios se lo dieron sin tener que recurrir a llamar a su madre para confirmar, caminamos hasta el aula, en el ya se encontraban ocupados la mayor parte de los asientos, ocupamos nuestros lugares sin prestar mucha atención al resto de los alumnos.
-Y ¿bien? ¿Como te fue con tu madre? – inquirí de manera cuidadosa analizando el terreno, el aspecto de Melody era realmente alarmante, siempre llegaba como si fuera una especie de modelo, pero hoy llego sin una gota de maquillaje, su cabello recogido, y el uniforme deportivo, el cual consistía en un pantalón de chándal flojo junto a una camiseta evidentemente 2 o 3 tallas mas grandes que la suya, además de todo, ella se encontraba sumida en el silencio, sin siquiera sonreír ni un poco.
-Bien, no sospecha nada – pude observar como soltaba un suave suspiro, ni siquiera volteo a verme, continuo con su vista perdida en la nada.
-Que te pasa Melody?
-Es solo que no puedo dejar....... de pensar en lo que me habría ocurrido…si tú no me hubieras salvado…Tú sabes que yo aun no........tengo relaciones, Soy virgen.
-Lose Melody y también sabes que yo también soy virgen y ambas soñamos con que sea especial ese momento las cosas pasan y tipos que quieran sobre pasarse existen, al igual que existen chicos lindos que de alguno te vas a enamorar solo tienes que esperar al adecuado y no aceptar nunca más ninguna bebida de un desconocido, simplemente relájate y olvídate de eso, y recuerda que tienes una nueva oportunidad de hacer las cosas mejor.
En un movimiento rápido se levantó de su asiento para proceder a abalanzarse encima de mi con los ojos llorosos, enredo sus brazos alrededor de mis hombros dándome así un fuerte abrazo.
-Te quiero hermana adoptiva
-Sabes que yo también aun que a veces te comportes como la menor – mencione con una pequeña risilla
Suena la campana y Melody se acomoda rápidamente en su lugar
El salón comienza a llenarse de alumnos, minutos después allí está el mi querido profesor de literatura, parado justo en la entrada de la puerta, viste de traje hoy, la verdad es que se ve muy bien y sobre todo con un porte más profesional, hasta podría pasar por un magnate, como dicen aquella frase “tiene cuerpo de limosnero y todo lo que se ponga le queda bien”, hace tiempo escuche esta frase y a el profesor le queda como anillo al dedo, es todo un adonis sin importar que vestimenta use.
Escribe algo en el pizarrón de manera rápida, Cuando se retira está escrito "Dachi, Simón"
- ¿Alguien me podría decir algo sobre esta persona?
Pregunta examinando a cada uno de los alumnos, buscando al valiente que conozca la respuesta.
Levanto la mano y este me hace una seña para que me ponga de pie
-Simón dachi fue un poeta alemán nacido en el año 1605 y falleció en 1659
Después tome asiento, todo el salón me observaba de manera extraña, de inmediato pensé que sabrían eso y más si leyeran más seguido y sobre todo clásicos, creo que como alumnos algunas veces hay que ser autodidactas, el profesor nos asignó un trabajo el cual acabe rápidamente, mientras todos trabajaban el profesor me dedicaba sonrisas y guiños de vez en cuando le sonreía sentí mis mejillas arder, pero lo disimulaba lo mejor posible.
Una semana después.......
ya ha pasado una semana desde que rescate a mi profesor, la verdad es que el me ve de una manera diferente, me ha dicho que me quedaré con el puesto de asistente en la biblioteca, de este modo ganare aún más conocimiento, a tres manzanas del instituto hay un parque que siempre o casi siempre está solo es a donde voy en estos precisos momentos, en verdad que se encuentra desolado, su aspecto lúgubre a pesar de que aún es de día me hace sentir el peligro a flor de piel, le eh pedido a Melody que se llevara mi mochila y la blusa con el logo del instituto no me conviene que vea donde estudio, en su lugar me eh puesto una blusa blanca eh acordado ver a Alessandro aquí me ha dicho que me tiene una sorpresa, pero en realidad cada segundo que paso aquí aumenta mi nerviosismo, tengo un mal presentimiento de todo esto, solo llevo un pequeño bolso en el que solo cabe el celular las llaves y un poco de dinero por si el desenlace fuese trágico.
Al acercarme más veo que Alessandro esta allí parado observándome fijamente, su expresión es un tanto perturbadora, me observa como si fuese a comerme, avance hasta quedar frente a él.
-Hola Angelique debo admitir que te vez aún más joven de esta manera, ese toque de naturalidad te da un aspecto tan dulce y angelical.
-Gracias Alessandro - Le dije sonriendo, tratando de disimular lo perturbada que me encontraba.
-Mira lo que tengo para ti – me hizo sentir como una niña cuando papi le da un obsequio sorpresa.
Detrás de el había una hermosa bolsa de regalo negra con un moño color plateado
-Gracias – susurre.
-Ábrela por favor - su voz fue un tanto más ronca de lo normal, eso me hizo encender mis focos rojos.
Continúe abriendo la bolsa de manera cautelosa, dentro había un hermoso vestido largo y un sobre relleno de dinero, vaya que sabia como comprar chicas, pero yo no estaba en venta.
-Gracias, esto es genial – dije con falsa emoción.
-No es la única sorpresa, busca bien dentro de la bolsa – su voz ahora se transformo en una melosa, lo que me sentir aún más insegura.
Esto me pareció extraño, levanté un poco la mirada, lo que vi me espanto por completo Alessandro tenía una jeringa en la mano, esto no era nada bueno que podría hacer para zafarme de la situación.
Cálmate Angelique, cálmate, necesitas pensar con claridad como salir de esta situación, me repetía a mi misma una y otra vez para controlar mis emociones, note que Alessandro se acercaba más a mi, yo aun me encontraba con la cabeza inclinada cerca de la bolsa para que este pensara que me encontraba inmersa en la búsqueda de la sorpresa de la que hablaba.
- ¿Sabes Angelique?, me gustan las jóvenes bellas como tú, con ese toque de pureza, y ese rostro de ángel – percibí como intento acariciar un mechón de mi rubia melena.
- ¿Qué quieres decir con eso?, oh mira este vestido es genial – trataba de ser lo mejor convincente posible así ganaría algo mas de confianza y tiempo.
-Significa que formaras parte de mi colección, oh dulce Angelique, me gustan las vírgenes espero y lo seas, no sabes todo lo que te espera al llegar a tu nuevo hogar.
Dicho esto, solté la bolsa, el acerca la jeringa a mi cuello rápidamente me moví, pero aun así sentí el pinchazo, como pude me zafe, sentí un poco del líquido ingresar a mi organismo, sabía que no podría durar mucho tiempo consciente, después caería en un profundo sueño, de haber introducido todo el contenido de la jeringa habría caído al instante inconsciente.
Dios no me dejes caer, no aquí, no ahora, suplique mentalmente, me acerque un poco más y le tire una patada muy dura en Jr. Alessandro este me soltó de inmediato impactando con fuerza en el suelo, tome la bolsa de regalo y corrí lo más rápido que pude, el sitio estaba desolado en totalidad, corrí más rápido y comencé a sentir mareos, efecto de la sustancia, caería en cualquier momento, de reojo vi de lejos a Alessandro correr tras de mi así que me forcé mentalmente a aumentar mi velocidad, desplazándome aún más rápido, hasta que sentí como mi cuerpo impacto sobre un auto, no me fije por donde iba, cuando veo al hombre bajar, me doy cuenta de que es mi profesor.
- ¿Angelique estas bien? - su expresión de notable preocupación se vio reflejada en su mirada y en su voz al tiempo que sostenía mi cuerpo.
-No, sácame de aquí por favor – mencione jadeante.
este me abrió la puerta de copiloto y me introdujo a una velocidad asombrosa, rodeo el auto para después ingresar en él.
- ¿Que te ocurre? ¿te llevo a un hospital? – sus ojos se encontraban fijos en los míos.
-En cuestión de segundos cerrare los ojos solo lléveme a casa y déjeme allí por favor, Prométame que no me llevara a ningún hospital.
Sentí los parpados pesados sabía que dormiría necesitaba que lo prometiera si me llevaba al hospital lo descubrirían y abría policías que se daría cuenta de mi situación.
-Promételo por favor.
-Te lo prometo Angelique – solo entonces pude cerrar mis ojos con total tranquilidad al saber que cumpliría su promesa.
Comienzo a abrir lentamente los ojos, al hacerlo veo el techo de mi habitación volteo mi rostro para ver al otro extremo, observo a detalle como se encuentra sentado sobre la silla de mi peinador, puedo ver total preocupación en él, inclinado hacia el frente, al tiempo que reposa sus codos sobre sus rodillas y sus manos unidas a modo de suplica rozando sus carnosos labios, de inmediato levanta la vista hacía mí, pude notar como en su frente se formaron ciertas líneas. - ¿James? – inquirí con mi voz algo ronca, podía sentir la pesadez en cada extremidad de mi cuerpo, además de un dolor de cabeza insoportable, mi garganta se encontraba seca, sin duda alguna lo que me inyecto era demasiado agresivo para el sistema humano, no imagino que habría sido de mi si hubiese introducido en su totalidad la sustancia. -Angelique has estado inconsciente durante horas, estaba muerto de la preocupación, no sabía si tendría que llevarte al hospital o seguir con mi promes
¿Recuerdan que íbamos a cocinar? Pues resulta que el profesor solo sabe cocinar panqueques entre otros pocos desayunos rápidos, y yo no me sentía en mi mejor faceta de chef, por lo que optamos por ordenar pizza, resulta que ambos éramos muy amantes de aquel manjar, cenamos animadamente en el sofá, aun que pude darme cuenta que de vez en cuando tragaba en seco al observar mi diminuta pijama, podía darme cuenta sobre como trataba de contenerse y no mirar, mi atuendo consistía en un diminuto short de satén con encaje y una blusa a juego que apenas llegaba a mi ombligo, decidí usar una en tono rosado, era muy fan de este tipo de pijamas, pero al parecer el profesor se la estaba pasando mal a causa de tener recorrer mi cuerpo semidesnudo con solo la mirada. -Voy por una copa de vino ¿quieres una?, Tierra llamando a James - dije al tiempo que movía mi mano frente a sus ojos para sacarlo de donde quiera que se encontrara, rápidamente me miro a los ojos y me dio una diminuta sonrisa
Han pasado dos meses desde que le hice aquella confesión a James, mi querido profesor, le confesé aquello que me mataba por dentro, que ni a la mismísima Melody me atrevía a confesarle, recuerdo aquella conversación. - ¿Me estás diciendo que tu padre los dejaba sin ningún tipo de sustento sin importarle que pasarán hambre y carencias? – su expresión de sorpresa y furia se hizo presente en cuestión de segundos. -Si, eso fue lo que hizo nos dejó a la deriva sin nada más que esta casa. - ¿Y tu madre porque no lo dejo? y continuó su vida lejos de él, no habría estado sola, tenia a sus dos hijos con ella. -Mi madre lo amaba tanto que le perdonaba todo, incluso lo de Bianca, los golpes horrendos que le propinaba John a Teo, mi pequeño vivía lleno de cicatrices, pero antes de eso, Teo y mi madre pasaban hambre y tantas carencias que ni te podrías imaginar, así que hice lo único que podía hacer, busq
Había leído tantos libros para este punto de mi vida, demasiadas películas, y unas cuantas experiencias, se supone que este es el momento en el que debo de llorar a mares, gritar, patalear, pero no serviría de nada, eran dos hombres de buena complexión y fuertes, contra una chica, en caso de que derribara a uno el otro actuaria rápido reteniéndome, en el remoto de los casos que lograra salir, mi calzado no ayudaría a darme ventaja, además no poseía ni mi celular y mucho menos un triste dólar en estos momentos, todo aquello se encontraba arriba, así que solo me quedaba actuar con suma inteligencia. -Alessandro es un hombre sumamente atractivo, además que con ello podría ayudarte a ti papá, eres lo único que me queda, mi ultimo familiar con vida, no podría negarme, la familia es el lazo mas fuerte e inquebrantable que existe. – mi falso dolor se hizo reflejo en mi mirada, rápidamente le di un beso en la mejilla a mi padre, este me miro extrañado creyendo que ya
Camine de puntillas hasta llegar a las escaleras, me dispuse a descender lentamente mientras una de mis manos acariciaba el frio muro, al llegar abajo comienzo a pasear por la enorme planta baja en busca de mi querido profesor, el ir descalza me provoca un poco de escalofríos dado que el mármol estaba más frio que de costumbre, creo que debería de guardar algo de ropa y calzado para emergencias como esta, al llegar a la pulcra cocina veo a James, está sentado en uno de los taburetes de la encimera, me dedica una gran sonrisa cuando me ve, su aspecto lucia más relajado. -Ven, toma asiento a mi lado. – menciona al tiempo que hace un movimiento con su mano a modo de que me acerque. Camino y tomo asiento en el taburete, el coloca una taza con chocolate caliente frente a mi al igual que un pequeño pastelillo. Yo lo observo sin comprender, ¿acaso olvide algo? -Es para ti, supuse que no tuviste tiempo de ter
Algo molestaba mis ojos, aunque estos se encontraran cerrados, odiaba que me despertaran cuando aún me sentía cansada, empecé a removerme inquieta, estire el brazo como de costumbre y toque otro cuerpo.Me llevé un susto al notar que alguien estaba en mi cama, abrí los ojos bruscamente al tiempo que saltaba de la cama, prácticamente James tenía el rostro sobre mi observándome fijamente, su rostro se veía radiante, tenía un brillo especial en los ojos y una sonrisa deslumbrante que me contagió y le devolví la sonrisa, ahora lo recordaba todo, esta no era mi cama si no, la de James.Él y yo.... Anoche....... Seguía sin creer lo que había pasado entre nosotros, ahora era completamente suya en cuerpo y alma.A su lado me sentía segura, protegida, pero sobre todo amada, sin contar que el despertaba mis más bajos y oscuros deseos, sin da
Han pasado dos semanas desde que James me hizo suya por primera vez, desde entonces eh estado viviendo en su casa, descubrí que tiene algunos empleados de servicio además de un ama de llaves la cual asiste cuatro o cinco veces por semana a dejarle las comidas listas en el frigorífico, me ha comprado ropa pero no eh tenido oportunidad de usar ninguna prenda, me paseo por su casa vestida tan solo con alguna de sus camisas y bragas debajo, debo de confesar que el profesor es un hombre muy activo sexualmente , esto se ha vuelto para el como una especie de comida dado el caso de que se repite tres veces al día todos los días, algunos días también pide postre, habría pensado que me aburriría pero a decir verdad cada vez me gusta más , siempre saca una nueva idea , una idea en la siempre estoy encantada y ansiosa de realizar pero esto es algo más que sexo con el siento deseo, pasión, atracción y lo más importante amor estoy locamente y perdidamente enamora de él. El por su parte si
Me encontraba de lo más ansiosa que pudieran imaginar, Moria por saber que quería decirme, me alegro de haber traído dinero, en caso de que el decida echarme de su casa y de su vida, sé que mis pensamientos son lo mas pesimista que puedan pensar pero estaba tan acostumbrada a las bofetadas que me daba la vida que prácticamente ya era habitual esperar el peor de los escenarios, en verdad me mataba de la desesperación el silencio de james como si meditara algo con esa expresión seria y sus manos entrelazadas como cuando el profesor va darte un sermón por tu bajo rendimiento escolar.-Angelique ¿recuerdas el día que me encontraste ebrio? – inquiere mirándome directo a los ojos, no pude evitar desconcertarme esa pregunta me tomo por sorpresa.-Si claro que lo recuerdo. – su penetrante mirada no se apartó de la mía en ningún momento, es c