¿Recuerdan que íbamos a cocinar? Pues resulta que el profesor solo sabe cocinar panqueques entre otros pocos desayunos rápidos, y yo no me sentía en mi mejor faceta de chef, por lo que optamos por ordenar pizza, resulta que ambos éramos muy amantes de aquel manjar, cenamos animadamente en el sofá, aun que pude darme cuenta que de vez en cuando tragaba en seco al observar mi diminuta pijama, podía darme cuenta sobre como trataba de contenerse y no mirar, mi atuendo consistía en un diminuto short de satén con encaje y una blusa a juego que apenas llegaba a mi ombligo, decidí usar una en tono rosado, era muy fan de este tipo de pijamas, pero al parecer el profesor se la estaba pasando mal a causa de tener recorrer mi cuerpo semidesnudo con solo la mirada.
-Voy por una copa de vino ¿quieres una?, Tierra llamando a James - dije al tiempo que movía mi mano frente a sus ojos para sacarlo de donde quiera que se encontrara, rápidamente me miro a los ojos y me dio una diminuta sonrisa
¿lo veían venir?, dejen sus comentarios, espero y el capítulo sea de su total agrado, mis mejores deseos para ustedes.
Han pasado dos meses desde que le hice aquella confesión a James, mi querido profesor, le confesé aquello que me mataba por dentro, que ni a la mismísima Melody me atrevía a confesarle, recuerdo aquella conversación. - ¿Me estás diciendo que tu padre los dejaba sin ningún tipo de sustento sin importarle que pasarán hambre y carencias? – su expresión de sorpresa y furia se hizo presente en cuestión de segundos. -Si, eso fue lo que hizo nos dejó a la deriva sin nada más que esta casa. - ¿Y tu madre porque no lo dejo? y continuó su vida lejos de él, no habría estado sola, tenia a sus dos hijos con ella. -Mi madre lo amaba tanto que le perdonaba todo, incluso lo de Bianca, los golpes horrendos que le propinaba John a Teo, mi pequeño vivía lleno de cicatrices, pero antes de eso, Teo y mi madre pasaban hambre y tantas carencias que ni te podrías imaginar, así que hice lo único que podía hacer, busq
Había leído tantos libros para este punto de mi vida, demasiadas películas, y unas cuantas experiencias, se supone que este es el momento en el que debo de llorar a mares, gritar, patalear, pero no serviría de nada, eran dos hombres de buena complexión y fuertes, contra una chica, en caso de que derribara a uno el otro actuaria rápido reteniéndome, en el remoto de los casos que lograra salir, mi calzado no ayudaría a darme ventaja, además no poseía ni mi celular y mucho menos un triste dólar en estos momentos, todo aquello se encontraba arriba, así que solo me quedaba actuar con suma inteligencia. -Alessandro es un hombre sumamente atractivo, además que con ello podría ayudarte a ti papá, eres lo único que me queda, mi ultimo familiar con vida, no podría negarme, la familia es el lazo mas fuerte e inquebrantable que existe. – mi falso dolor se hizo reflejo en mi mirada, rápidamente le di un beso en la mejilla a mi padre, este me miro extrañado creyendo que ya
Camine de puntillas hasta llegar a las escaleras, me dispuse a descender lentamente mientras una de mis manos acariciaba el frio muro, al llegar abajo comienzo a pasear por la enorme planta baja en busca de mi querido profesor, el ir descalza me provoca un poco de escalofríos dado que el mármol estaba más frio que de costumbre, creo que debería de guardar algo de ropa y calzado para emergencias como esta, al llegar a la pulcra cocina veo a James, está sentado en uno de los taburetes de la encimera, me dedica una gran sonrisa cuando me ve, su aspecto lucia más relajado. -Ven, toma asiento a mi lado. – menciona al tiempo que hace un movimiento con su mano a modo de que me acerque. Camino y tomo asiento en el taburete, el coloca una taza con chocolate caliente frente a mi al igual que un pequeño pastelillo. Yo lo observo sin comprender, ¿acaso olvide algo? -Es para ti, supuse que no tuviste tiempo de ter
Algo molestaba mis ojos, aunque estos se encontraran cerrados, odiaba que me despertaran cuando aún me sentía cansada, empecé a removerme inquieta, estire el brazo como de costumbre y toque otro cuerpo.Me llevé un susto al notar que alguien estaba en mi cama, abrí los ojos bruscamente al tiempo que saltaba de la cama, prácticamente James tenía el rostro sobre mi observándome fijamente, su rostro se veía radiante, tenía un brillo especial en los ojos y una sonrisa deslumbrante que me contagió y le devolví la sonrisa, ahora lo recordaba todo, esta no era mi cama si no, la de James.Él y yo.... Anoche....... Seguía sin creer lo que había pasado entre nosotros, ahora era completamente suya en cuerpo y alma.A su lado me sentía segura, protegida, pero sobre todo amada, sin contar que el despertaba mis más bajos y oscuros deseos, sin da
Han pasado dos semanas desde que James me hizo suya por primera vez, desde entonces eh estado viviendo en su casa, descubrí que tiene algunos empleados de servicio además de un ama de llaves la cual asiste cuatro o cinco veces por semana a dejarle las comidas listas en el frigorífico, me ha comprado ropa pero no eh tenido oportunidad de usar ninguna prenda, me paseo por su casa vestida tan solo con alguna de sus camisas y bragas debajo, debo de confesar que el profesor es un hombre muy activo sexualmente , esto se ha vuelto para el como una especie de comida dado el caso de que se repite tres veces al día todos los días, algunos días también pide postre, habría pensado que me aburriría pero a decir verdad cada vez me gusta más , siempre saca una nueva idea , una idea en la siempre estoy encantada y ansiosa de realizar pero esto es algo más que sexo con el siento deseo, pasión, atracción y lo más importante amor estoy locamente y perdidamente enamora de él. El por su parte si
Me encontraba de lo más ansiosa que pudieran imaginar, Moria por saber que quería decirme, me alegro de haber traído dinero, en caso de que el decida echarme de su casa y de su vida, sé que mis pensamientos son lo mas pesimista que puedan pensar pero estaba tan acostumbrada a las bofetadas que me daba la vida que prácticamente ya era habitual esperar el peor de los escenarios, en verdad me mataba de la desesperación el silencio de james como si meditara algo con esa expresión seria y sus manos entrelazadas como cuando el profesor va darte un sermón por tu bajo rendimiento escolar.-Angelique ¿recuerdas el día que me encontraste ebrio? – inquiere mirándome directo a los ojos, no pude evitar desconcertarme esa pregunta me tomo por sorpresa.-Si claro que lo recuerdo. – su penetrante mirada no se apartó de la mía en ningún momento, es c
Al girarme me di cuenta de que el que me había tomado de la mano era el, el hombre de la playa, mi garganta se seco por unos segundos ante la idea que me haya seguido todo este tiempo, sabia que todo en el era peligro, su agarre me hacía sentir incomoda.-Veo que el destino está empeñado en unirnos hermosa Bianca. – menciona con un tono sensual, funcionará con las otras mujeres, pero no conmigo, para mi aquello había sonado siniestro, como si de una amenaza se tratará.- ¿O es usted quien se empeña en forzar el destino?, voy a comenzar a creer que tiene tendencia al acoso.Este comenzó a reír de un modo espeluznante como si le causara placer, su gélida mirada recorría cada centímetro de mi piel.-No me tientes con la idea, porque podría hacerla realidad, tan solo por ti, me tienes totalmente
Su beso era demandante, y a la vez brusco, esto no me gustaba en lo absoluto, recuerdo que cuando mama tenía alrededor de 25 años era demasiado hermosa , parecía aún más joven de lo que en realidad era alrededor de 20 años, los hombres se la comían con los ojos o la pretendían aun a sabiendas de que era casada además de que ella no daba motivo alguno para tales insinuaciones, mi padre al enterarse se volvía completamente loco de celos y rabia solía hacer este tipo de cosas con ella, en ocasiones llegue verles antes de que entraran en su habitación, además de dejarle enormes hematomas por todo el cuello y más allá, yo no quería esto para mí, que por cada vez que sintiera celos me follara solo para demostrar que soy suya, eso no lo iba a permitir que solo me usara como un vil objeto que considera de su propiedad, yo accedía pero porque el me hacia el amor, o algunas ocasiones con algo de perversión, era consciente de que a veces teníamos ciertos juegos un tanto rudos, pero esto