Por la mañana, Ahmed invitó a Carlo a un desayuno en el cual solo habría hombres, Vittoria agradeció que estaría unas horas lejos de él.El evento sería en Abu Dabi, era una reunión con viejos socios y compañeros de Ahmed, él por lo general no acudía a esas reuniones, pero esta vez aceptó para alejar a Carlo de Aisha.Le gustaría hacerle saber que ella ahora era su mujer, pero Carlo tenía mucho poder en el bajo mundo y temía que buscará la manera de dañarla.Cuando salieron del palacio, Amira fue por Vittoria para desayunar, Aisha desayuno con Caroline, no deseaba mostrar su rostro ante la esposa de Carlo.—Pensé que tal vez desayunaría con la Jequesa.—Se disculpa con usted, tuvo que atender un compromiso, más tarde se reunirá con nosotros.A pesar del maquillaje, Amira pudo notar los golpes en la cara de la rubia, Ahmed ya la había puesto al tanto de lo ocurrido entre Aisha y Carlo, en su país era común que pasarán esas cosas la Corte Suprema permitía a un hombre golpear a su esposa
Ahmed y Aisha, unieron sus lenguas y mordieron sus labios, el árabe recorrió su cuello con su boca, le quitó la ropa despacio, tenía la facilidad de hacer de la espera, una deliciosa, pero cruel tortura, lamio dulcemente cada centímetro de su cuerpo, ese cuerpo que para él era una hermosa escultura.—Te amo, me vuelves loco, no quiero perderte, prometeme que no voy a perderte.Aisha lo besó de nuevo para callarlo, él la acariciaba con pasión, pero también con una dulzura infinita, sus manos expertas amenazaban con hacerle perder la cordura, sus movimientos suaves, lentos, desataban en ella inmensas olas de placer que amenazaban con consumirla totalmente, y así al ritmo de ese vaivén, se fundieron en uno solo hasta estallar de placer.Por la mañana, Ahmed despertó, Aisha aún dormía recostada sobre su pecho, ella despertó cuando él intentó levantarse, le dió un beso en la frente.—Buenos días dormilona. ¿Tienes idea de cuánto te amo?Ella solo sonrió, cada vez que lo decía, Ahmed deseab
Todos voltearon a ver a Aisha, Ahmed sintió que le volvía el alma al cuerpo, bajo el hiyab, Aisha usaba una batula, este accesorio sólo permitía ver sus ojos, su labio inferior y su barbilla.—Lo siento, en verdad lo siento Jequesa. —Se disculpó Vittoria.—No pasa nada, no tienes que disculparte porque ha sido un accidente. —Contestó con voz tranquila.La noche anterior, Carlo y Vittoria se encontraban en su habitación, el hombre estaba obsesionado en conocer el rostro de la Jequesa.—Quiero que busques la manera de quitar el hiyab de la Jequesa, finge un accidente o yo no se, pero necesito que se lo quites.—No puedo hacer eso, nos están brindando su hospitalidad, si no muestra su rostro es porque es muy apegada a sus costumbres, no podemos meternos en eso.—¿Vas a desobedecer mis órdenes? —Preguntó con tono amenazante.—No, haré lo que me pides. —Tenía que obedecer si no quería ser castigada.Por la mañana, cuando Ahmed y Carlo salieron al club de golf, Vittoria le dijo a Aisha lo q
—Esto no es lo que parece. —Dijo mientras sostenía el diario entre sus manos.Aisha lo observaba en silencio, eso lo desesperó aún más, recordó todo lo que había pasado con Lyna y sus hijos.—No te irás, desde ahora te lo digo, de ningún modo te irás.—Te diré solo dos cosas Ahmed Assad, primero, estoy esperando tu explicación, y no me estoy yendo a ninguna parte, segundo, si decidiera marcharme, no podrías impedirlo, no soy de tu propiedad.Él Jeque agachó la cabeza apenado, el miedo que tenía de perderla lo volvía loco.—Ayer —hizo una pausa mientras suspiraba— cuando salí de aquí me sentía muy mal, mi anhelo más grande es que tengamos hijos, y saber que tu no quieres tenerlos, me hizo darme cuenta de que no sientes lo mismo por mí, necesitaba tomar algo fuerte, como sabes, aquí están prácticamente prohibidas las bebidas alcohólicas sobre todo para los nacionales, decidí entrar en un bar clandestino, en ese momento no pensé en las consecuencias, vacíe una botella tras otra, hasta no
Vinizzio era un hombre mucho más joven que Sonia, la sorpresa de que tenía una hija lo había ilusionado.Sonia llegó a Dubai, sin invitación no podía entrar en el palacio, tenía que buscar la manera de acercarse a su hija, le había llamado en varias ocasiones, pero Caroline se negaba a contestar, la mujer no tenía idea que su hija ya estaba enterada de que ella era la causante de la muerte del que creía su padre.—Hija necesitamos hablar, estoy en Dubai, te espero esta tarde en el Burj, habitación 45, si no acudes iré por ti, no me importa hacer un escándalo en el palacio, ¿qué cómo sé que estás ahí? Tengo mis contactos —envío un guiño al final.Caroline dudó en abrir el mensaje, cuando lo hizo quedó estupefacta, no podía creer el descaro y cinismo de su madre, lo más seguro era que estaba ahí para pedir dinero, hizo un cheque, le daría una gran cantidad para que regresara a Nueva York, no quería que se presentará en el palacio.Más tarde salió del palacio sin decirle a su hermana, sa
Caroline estaba aterrada, no sabía que planes podría tener su madre para ella, quizá la entregaría a Carlo para que la torturara y así obligarla a decir dónde estaba su hermana, o quizá la obligaría a casarse con algún asqueroso hombre rico.Cada vez que Sonia entraba en su habitación, Caroline la corría de la peor manera, pensaba que si en verdad las almas escogían antes de nacer a quienes serían sus padres, ¿qué demonios estaba pensando la suya, cuando escogió a esa madre?Pensaba en su hermana, estaría preocupada, debió contarle sobre la visita de Sonia y no tomar decisiones por su cuenta.Vinizzio estaba nervioso, el médico había llegado, llevaba los resultados, extendió el sobre para entregárselo, le temblaron las manos incontrolablemente al tomarlo.—En base a los alelos comunes existentes entre la muestra 1 (presunto padre) y la muestra 2 (hijo) se puede establecer que entre ambas muestras existe una relación genética que en estecaso alcanza un porcentaje de paternidad del 99,
—Necesito saber, le pido me conteste usted con la verdad, ¿en realidad usted es mi padre? No confío en mi madre, por eso se lo pregunto a usted.—Así es, soy tu padre, hace años viaje a Nueva York por asuntos de trabajo, conocí a tu madre en un bar, ella estaba con sus amigas, uno de mis socios conocía a una de ellas, las invitó a nuestra mesa y así fue como una cosa llevó a la otra y pasé esa sola noche con tu madre, al otro día regrese a Italia, no sabía sobre tu existencia, hasta ahora que tu madre me ha buscado para decírmelo, por eso se ha hecho la prueba de ADN en cuanto has llegado.—Mi madre no es muy confiable, acostumbra mentir para su conveniencia.—En cuanto vi tu imagen en la foto que me mostró tu madre, me di cuenta que eres idéntica a tu hermana Alessia, aún así pedí la prueba para estar seguro, la ha hecho un médico de toda mi confianza.Caroline recordó las palabras del ama de llaves, había dicho que ella era su única hija, ¿que había pasado con Alessia?—Deseo regres
Sonia lloraba por la frustración que sentía, no podía creer que la habían echado de la mansión de Vinizzio por culpa de su hija.—Si pudiera regresar el tiempo sin duda la abortaría, escuincla malagradecida, tendré que aprender a vivir básicamente, espero encontrar a algún iluso que pague mis viajes.Caroline estaba en la terraza, observaba curiosa el bello jardín, estaba diseñado cuidadosamente, parecía que todo lo que se encontraba ahí, tenía una razón para estar.Un lago artificial que se encontraba al centro del jardín le llamó la atención, caminó hasta allá, el lago era atravesado por un pequeño puente en forma de arco, subió a el, desde ahí pudo observar que el agua era completamente cristalina, al fondo se podían ver infinidad de piedras lisas y otras de colores, por lo que al penetrar los rayos del sol, del agua salían hermosos destellos de colores, observó los enormes y bellos peces que ahí nadaban, tenían un color naranja vibrante, algunos con rojo, otros con n***o.—Son pec