Capítulo 2

Capítulo 2

Mathew rompió el trabajo que se había pasado todo el fin de semana haciéndolo. Lo tiró en alguna parte de su habitación, se sentía cansado y sobre todo malhumorado, ese omega había tocado una parte sensible de él, y era su beca, obviamente podía pagar más de un semestre con la ayuda de su padre, pero eso estaba en lo más alejado de su mente.

La mayoría de las personas le decían que debía de hacer lo que en verdad debía, y era quedarse con su padre para seguir con ese negocio, pero eso estaba alejado de su mente. Ni siquiera tenía deseos de hablar con sus amigos sobre lo ocurrido. Miró su teléfono viendo el mensaje de su dichoso amigo sin nombre o rostro.

"¿Ahora me estás ignorando?" — KV

"No deseo tener algún tipo de conversación ahora" — Boy15

"¿Sucedió algo? — KV.

"Algo así" — Boy15.

Dejó su teléfono a un lado y fue a su baño personal. Sólo dejó que el agua pasara por su cuerpo, ni deseos tenía de hablar con su cita virtual, no después del día de mierda que había tenido. Salió de la ducha unos minutos más tarde y se encontró con una vídeo llamada de parte de su amigo la rechazó, y fue hacia su closet para ponerse una camiseta y ropa interior.

— No pierdo nada con aceptarla — despeinó su cabello y puso su teléfono sobre el escritorio y sus libros para poder hacer parte de sus tareas — Hola.

— ¿Por qué no respondías? ¿Hice algo mal?

— Aparte de no desear que vea tu rostro, nada — se encogió de hombros — ¿Deseas algo?

— ¿Por qué tan tosco?

— Tuve un fin de semana de mierda — encendió su computadora — ¿Cómo fue el tuyo? ¿Hiciste algo?

— Nada que no haya hecho antes — la cámara se movió, dejándolo ver un par de tatuajes — Salgo muy poco de mi casa.

— Vaya, un omega como tú debe de tener cientos de amantes a las puertas de su casa — tecleó un par de cosas y esperó — No creo que no hayas salido el fin de semana.

— Me lo pasé todo el fin de semana hablando contigo y lo sabes — bromeó — ¿Tienes muchas tareas?

— Si, parece que no terminaré jamás de hacerlas — apoyó su mejilla en una de sus manos — Uno de mis profesores me odia.

— ¿Por qué lo dices?

— Nos mata de tareas — levantó su cuaderno para que vea la lista — Por suerte me toca en dos días, pero no creo que pueda terminarla.

— ¿Necesitas ayuda?

— ¿Qué tanto sabes de psicología general? — Levantó una ceja — No te ofendas, pero no deseo que ese ser humano me ponga una mala nota por alguna falla.

— Se mucho, envíame una foto de ese cuaderno y te ayudaré a hacerla — se aclaró la garganta — No puede ser tan difícil esas cosas.

— Te salvas que sus tareas hay que hacerlas en el ordenador — entrecerró los ojos mirando el correo — Listo, ya te la envié.

— ¿Deseas decirme algo más mientras te ayudo con las tareas?

— ¿Por qué no dejas que vea tu rostro? ¿Eres un asesino en serie buscado por la policía? — se pasó una mano por el cabello mientras comenzaba a escribir en uno de sus cuadernos — Porque tienes un cuerpo de infarto.

— Gracia por eso, pequeño alfa — rió — Pero no te preocupes por eso, ya sabrás a su debido tiempo cuando puedes ver mi rostro para que te deleites.

— Lo dudo — le sacó la lengua — Eres demasiado egocéntrico.

— Lo dices y no lo sabes — rieron — Si que es mucha tarea la que tienes que hacer.

— No tienes idea de toda la mierda que me deja ese profesor — suspiró — Por razones como estas es que lo detesto.

— Debes de hablar con él...

— ¿Para qué me quiten la beca? No, gracias — negó, rápidamente — Ese maestro no es un santo, y creo que me odia y no sé que le hice, en verdad trato de llevarme bien con él, pero me trata muy feo.

— Entonces no le digas nada — suspiró — ¿Cómo conseguiste la beca?

— Estudié durante un año completo para tomar el examen de admisión aquí en Milán o en Estados Unidos, rechacé la última, mi familia siempre es primero — siguió escribiendo — Pero creo que hubiese sido mejor estar allá que aquí. Cada vez que entró a su aula siento que me quitará la mitad de mi nota con sólo respirar en su dirección.

— Debe de ser algo que debes de evitar — bromeó — Pero seguro le has hecho algo...

— Sólo trato de no ser muy sociable, tengo una reputación en éste lugar que me da miedo, ¿Puedes creer que todos piensan que ando teniendo sexo en todos los lugares de éste campus? — Preguntó, incrédulo — Puede que tenga el porte de alguien adicto al sexo, pero no soy esa clase de persona — levantó las anos, y miró brevemente a la cámara — Mi mamá me enseñó a tratar a las personas con amabilidad, pero al parecer las personas no pueden tratarme de la misma manera.

— Tus padres te enseñaron buenas cosas — murmuró — Los míos no son unos padres ejemplares.

— ¿Por qué lo dices?

— Se supone que los omegas debemos de ser débiles, y dóciles — confesó — Mis padres inyectaban feromonas de alfas en mi, soy el único omega... mis padres son alfas y mi madre tuvo... un romance con un omega y las cosas se salieron de control.

— Vaya, ¿Así que eres una especie de bastardo? No te ofendas por eso, no debí de decirlo de esa manera, sonó feo.

— Ya me acostumbré — sonrió, sin mostrar los dientes — Soy un omega fuerte, porque de cierta forma tengo genes alfas en mi sistema y no me dejo dominar por nadie.

— Así que... si te pido que me sometas, ¿Lo harás?

— ¿Quieres que lo haga, alfa? — Dejó de teclear — ¿Deseas estar debajo de mi?

— Tal vez... — desvió la mirada hacia sus cuadernos — ¿No crees que es muy rápido?

— No lo creo, ¿Quieres que nos veamos en persona?

— Si... ¿Puede ser el fin de semana? — Preguntó, algo tímido — Digo, sino tienes cosas que hacer.

— Para nada, hay un club donde nos podemos ver... está como a cinco calles del centro comercial — propuso — No haremos nada que no quieras hacer.

— ¿Es donde practican cualquier cosa?

— Así es, sólo avísame si puedes ir, reservaré una habitación para ambos — se pasó la lengua por los labios —Si no irás, avísame un día antes, por favor.

— Está bien —asintió — Espero que mi maestro no me ponga otra trabajo o mucha tareas para esos días.

*****

Caminó hacia su clase, sacando su cuaderno de su mochila y colocando el trabajo que había hecho la persona con la que mantenía una relación sin compromisos por chat. Sólo esperaba que el jodido profesor no se diera cuenta de que ni siquiera había visto si el trabajo estaba bien escrito.

Sólo le dio una breve hojeada a sus apuntes y se sentó en el mismo lugar de siempre, sintiendo su teléfono vibrar en su bolsillo delantero.

— ¿Ya te corrigieron el trabajo? — preguntó la persona, del otro lado de la línea.

— Buenos días para ti también — dijo, divertido — Todavía no lo corrige, estoy esperando a que llegue y nos dé la noticia de nos dejará tareas para el viernes y el fin de semana.

— ¿Es tu única materia en esos días?

— Sólo los viernes, los demás tengo de tres a cuatro por día — subió los pies en la mesa — ¿Cómo llevas el inicio de la mañana?

— Pues bastante bien, justamente voy camino a mi trabajo — escuchó una puerta siendo cerrada — ¿Y tú? ¿Cómo vas?

— No me quejo, revisé el trabajo de camino hacia aquí — hizo una ademán a sus amigos, como saludo — Espero que el maestro lo acepte, porque me pegaré un tiro si tengo que hacer mas tareas en lo que le queda de semana.

— No te pondrá nada, así que puedes estar tranquilo, ¿A qué hora sales hoy?

— Depende de si el maestro de estadística decide dejarnos ir temprano, eso sólo sucede cuando está de humor.

— Eso es genial, supongo. Te dejo debo de tomar un taxi, mi auto se arruinó por completo.

Mathew suspiró como una colegiala, mirando su teléfono con gran devoción, si que le estaba gustando hablar con él desconocido. Ya hasta se había imaginado la cara de sus padres al entrar enterarse de la estupidez que estaba a punto de cometer, se la iba a dar de pasivo, y más con un omega con cuerpo y actitud de alfa como lo era el desconocido.

— Así que tu novio y tú no tienen vida social — dijo uno de sus mejores amigos, pícaro — Mira que nuestro alfa está más que cachondo.

Mathew bufó, ni atención le prestó porque su verdugo acababa de llegar con cara de pocos amigos, bueno siempre tenía esa expresión todas las mañanas. Bajó los pies de la mesa, antes de que de éste se diera cuenta, ya bastante tenía con el trabajo estúpido que le había dicho que hiciera, como pasa que ahora le mandara hacer otro.

— Buenos días.

— Buenos días, profesor Vítale.

Revisó los trabajos mientras sus estudiantes hacían lo pedido en la pizarra. Mathew ni le prestó atención a lo que decía, sólo deseaba terminar todo a tiempo, debía de estar en algunas de sus clases después de esa, y odiaba llegar tarde.

Cerró su cuaderno y se puso de pie, para llevarlo junto con otros dos estudiantes más. Se puso detrás de ellos, y esperó pacientemente a que les corrigieran los errores, revisó el suyo mientras daba los pocos pasos hacia él y luego le pasó el cuaderno.

— Buenos días, joven. Todavía no le enseñan los modales en su casa por lo que estoy viendo — Mathew volvía a tener ese tic nervioso en su ojo — ¿Quién le ayudó a realizar el trabajo?

— Quien no le incumbe, profesor — dijo, hipócritamente — Al menos pude hacerlo en dos días, y eso que apenas y lo revisé.

— Vaya, tuvo ayuda.

— Un amigo me ayudó a hacer algunas cosas en él, no veo porque eso debe de molestarle — se cruzó de brazos — ¿Eso es algún problema?

— Para nada, joven — la diversión estaba presente — Ya nada viniendo de usted me sorprende.

— ¿También me mandará a realizar otro trabajo sin notas de por medio?

— No, estoy de buen humor hoy, así que no dejaré más tareas para usted — le entregó el cuaderno — Tenga un lindo día, joven.

— Lo mismo digo, profesor — asintió, tomando su cuaderno — Espero que tenga un lindo día, y que ya deje de joder tanto con las tareas, porque se pondrá más viejo de lo que ya está — le guiñó un ojo.

Escuchó como el lapicero era destrozado. Les dio una sonrisa llena de inocencia a sus amigos, y esperó a que la hora terminara. Para su suerte, no dejó tareas que completar y hacer, ya que saldría el jueves y regresaría el fin de semana y no deseaba llegar el lunes y verle las caras de sufrimiento que ponían.

Sus amigos se mantenían al margen de cualquier cosa, le preguntaron si ya sabían cuál era el nombre de esa persona, y éste negó. Ya para cuando llegó el sábado, sus manos dudaban, mientras le decía al taxista que lo dejara en el centro comercial. Ya bastante tenía con tener la vergüenza hasta lo más alto por entrar a ese lugar.

"¿Qué se supone que debo de decir cuando llegue? — Boy15.

“¿Cuál es tu nombre real? —KV.

"Mathew Hilton" "Sabía que era una mala idea venir" — Boy15.

“Ya estás aquí" "Cuando llegues pregunta por Alexander, sólo le dices tu nombre y listo, y sigue las instrucciones que te darán, ya estoy en la habitación" — KV.

"De acuerdo" —Boy15.

Guardó el teléfono en su bolsillo y caminó hacia la recepción, donde había una larga fila. Tuvo que esperar al menos quince minutos hasta llegar en donde estaba el chico, quien le dio una venda y llamó a uno de los empleados. Estaba que se cagaba ahí mismo, pero ya no podía echarse para atrás.

Casi gruñe cuando el empleado le ordenó que debiera de colocarse la venda. Era orden de la persona que lo había citado, fue todo lo que dijo antes de que Mathew saltara sobre él.

Pasó saliva en seco cuando la puerta fue cerrada detrás de él. Se colocó las manos en la venda, para quitársela, pero dos fuertes manos lo detuvieron, dejándolo inmóvil.

— Hola, pequeño alfa.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo