—Invitaré a Adri para la cena, no creo que haya problemas ¿Verdad mamá? —digo retando a que muestre su nerviosismo.
—Claro q
Karol—unas horas antesCuandoSteffiabandona la casa, yo hago lo mismo, con la excusa de una llamada de trabajo la sigo, sé a dónde se dirigen, así que podré atraparlos infraganti.Camino unas cuadras buscando un taxi libre, cuando Sergio aparece frente a mí. Quería invitarme a pasear, así que le propuse seguir a mi hermana.— ¿En serioestásproponiéndome seguir a tu hermana? No es que no me desagrade la ida, pero eso de ser niñero no va conmigo ¡Quélocura!—Adoro a mi hermana y estoy segurade queestá metida en problemas, no quiero que le hagan daño.Soné como una hermanan mayor preocupada y me cree. Cuando llegamos, pude reconocer la camioneta de<
Adriel He contenido amásno poder mi coraje frente aKarolporque no es correcto que explote con una dama, aunque se lo merezca. Más al dejar la habitación y divisar aSteffillorar angustia me llenaba de enojo.Aúnno puedo creer que haya sido capaz de actuar contra su hermana de esta manera, sin medir las consecuencias de su imprudencia. Lo que ha hecho contra mí, lo acepto, de algún modo me siento causante de su desequilibrio, pero no voy a permitir que destruya la vida de la mujer que amo.Me acerco a sus padres, que, al verme, se ponen de pie y esperan escuchar la buena noticia. — ¿Ya despertó? —Pregunta muy angustiada su madre — Sí. —Dije acercándome a ellos —Ya está consiente. Pueden pasar a verla si lo desean. —Me adelanto, Amor—Dice la señora apresurando el paso a la habitación. —Gracias por cuidar a mi hija,Adriel. Si no hub
KarolMis padres se veían muy angustiosos, sobre todo mi madre que llora mientras me abraza con fuerza diciendo lo mucho que había sufrido camino aquí, pensando que no volvería a verme. Luego de preguntarme lo sucedido y de escuchar mi media verdad, puesaúnno tengo el valor para contar los detalles. Fui viendo la tristeza marcarse en sus rostros, sin embargo, a media que continuaba maquillando mi desastre pude notar en la mirada de mi padre la decepción, ya sabía a la verdad, por eso cuando toma la palabra yasélo que va a decirme y no puedo contener el llanto.—Siempre te he considerado una buena hermana mayor y nunca dude de tu amor por ella, sin embargo, hoy me has decepcionado terriblemente, y no solo lo digo porqueestásomitiendo la verdad, sino por lo que tu desequilibrio ha causado en la vida soci
SteffiLos días siguen pasando, y el encierro en casa es horrible. El celular sigue muerte,Karol, continua sin hablarme, indiferente, los días en casa con ella han sido una pesadilla, sobre todo a la hora de estar juntas en la mesa. Papá organizó algunas salidas familiares y no ha sido igual. Pero por lo menos intenta que seamos una familia, como antes, como antesde cometerla torpeza de enamorarme de la persona equivocada.Adri, tampoco me escribe o se ha comunicado con los chicos. Sandro ha pasado por su departamento y dice que está el letrero de “Se Alquila” Supongo que volvió con sus padres.En una semana es el examen para la otra universidad, tengo media beca asegurada, pero no tengo ganas de presenta
Adriel Después de hablar con Frank, conseguí una entrevista de trabajo en una universidad de medicina fuera de la ciudad. Me fue muy bien y firme un contrato de un año, también tenía la oportunidad de interactuar en el hospital que era parte fundamental de la universidad ¿Quién sabe? Quizá esa era la oportunidad para empezar a trabajar en un nosocomio como tanto desea mi madre, ejerciendo al fin, mi título de medicina. En cuanto se lo dije, exploto en halagos y buenos deseos. — ¡Hijo! Esa es la mejor noticia del mundo—Me abraza fuerte—Estarás lejos, pero no importa, iremos a visitarte en vacaciones o cuando podamos ausentarnos de esta caótica ciudad por unas semanas.—Felicidades, Hijo, me siento muy orgulloso de ti. —Me abrazó mi padre. Después de la cena de despedida a la que asistió Frank y su familia, los emocioné a todos con las nuevas fotos de mi hermoso bebé. <
SteffiHan pasado tres meses desde que lo vi en el hospital por última vez, no me ha llamado, ni me ha enviado un mensaje de texto, supongo que aún está molesto conmigo. Yo también lo estaría si hubiese hecho lo que le hice ¡Quéestúpida fui! Renuncié a su amor así porque sí; no se merecía eso, yo tampoco.¿En qué pensaba? Pues, en queKarol, estaba sufriendo, creí que alejarme de él era necesario para que se sintiera mejor y ya no me odiara. No pensé en mí, ni en lo queAdrielestaba viviendo en esos momentos, no quise ver que ese día también fue el peor de su vida.Lo amo y cada minuto que transcurre es un verdadero martirio, sufro tanto, solo dios sabe cuánto duele, pensar en él, cuanto duele amanecer y anochecer sin un mensaje suyo, sin una llamada inesperada, s
SteffiA las siete de la noche mis amigos estuvieron en la puerta de mi casa para llevarme a la fiesta de mis sueños, ellos como siempre se veían muy emocionado, por no decir que felices. No sé si fue mi enorme tristeza lo que me hacía desencajar en ese grupo alegre. Me despedí de mis padres y subo a la camioneta de Sandro. Como es costumbre durante el recorrido hay música que acompaña nuestras locas ocurrencias y de repente una balada triste se cola entre el repertorio haciendo que todos guarden silencio.— Querecontrainoportuno eres Sandro — se molesta Luca.— Lo sientoSteffi. Voy a pasarla —expresa, Sandroun poco avergonzado.— ¡No! Déjala, no pasa nada ¿Por qué&nb
Sin duda fue una noche inesperada, llena de emociones y sorpresas grandes, como queAdrise uniera al grupo de locos de mis amigos que se lanzaron desnudos a las aguas heladasen la madrugada.¡Oh mi Dios! No quiero describir lo que vieron mis ojitos porque mi piel se pone chinita, chinita, mi corazón se acelera y exploto en largo e incontenibles suspiros. Sin duda una anécdota para la historia familiar, si agregamos que las chicas y yo les escondimos la ropa y los obligamos a correr desnudos varios metros hasta sus autos,porquenuestras risas delataban la pequeña travesura. — ¿Y nuestra ropa? —gritan los chicos buscandosus prendasen el auto deAdriel. —Vengan por ella, papacitos. —Grita Claudia señalando a la camioneta de Sandro. —Les gusta el espectáculo ¿Verdad? —Grita Luca a lo lejos. —Queremos ver más—gritaKarolmeneando la camisa de Sergio en alto.—D