Saludos. Alana Aguilar.
Erick y Luciana se encontraban corriendo entre los árboles, tratando de perderse entre la neblina, la oscuridad y la densa vegetación.— Erick ¿qué se supone que estás haciendo? ¡Detente!— gritaba ella jalándose— Alto —en ese momento ella se tropezó con una roca haciéndola caer hasta el piso.Erick tuvo que detenerse, no estaba dispuesto a dejarla de lado.— Escucha Miranda, necesito que creas en mí, confía en mí, por favor.Sollozos empezaron a escucharse desde la dirección de Luciana, había comenzado a llorar.— Por favor, por favor, ya no quiero seguir corriendo, solo déjame tranquila ese muchacho dijo que en algún momento iba a conseguir traer al equipo de rescate, ¿acaso no quieres salir de aquí? estamos perdidos Erick llenos de tierra, sucios y tengo mucha hambre, necesito salir de aquí.Erick suspiró y se agachó para ayudarla a levantarse.— Miranda sé que no comprendes muchas cosas, pero por favor te pido que confíes en mí…En ese momento se escuchó el ruido de alguien llegando
Luciana abre los ojos pero lo que mira es incomprensible.“¿Dónde estoy?” Piensa ella nerviosa al identificar las paredes blancas, una sábana cubriendo su cuerpo y varias máquinas que regulaban su salud en ese momento.— ¿Estoy en un hospital?— Preguntó ella creyéndose sola.— En una clínica— La voz de un hombre de la tercera edad la sorprendió y ella dio un pequeño brinco en consecuencia, al girarse se encontró con un doctor que estaba revisando unos estudios impresos.— Pero ¿cómo llegué aquí?— Luciana estaba parpadeando de manera repetida, ya que la luz del lugar le molestaba los ojos.— Soy el doctor López— se presentó el hombre— no se preocupe, me encargaré de que todo esté en perfecto estado, dígame ¿qué es lo que recuerda? el doctor se mantenía impasible pero atento a cada una de las reacciones de la pelirroja. Comenzó a acercarse a ella poco a poco.— Yo pues…— Luciana se quedó en silencio, las imágenes de ella estando en el avión comenzaron a llegar, estaba en Moscú, sí desp
“Esto no es todo” repitió Luciana en su cabeza “¿cómo que no era todo? ¿Qué más podría decirle después de haberse enterado que su bebé había muerto?” se preguntaba ella con el cuerpo temblando por la ansiedad repentina que esta frase le había provocado.— Doctor, solo ya déjeme estar tranquila, por favor, por favor — pedía ella, quería irse, y no saber más de nadie en el mundo.Dos enfermeras una de cada lado tomaban con cuidado sus brazos para evitar que continuara haciéndose daño, además que le estaban cuidando la herida que se había hecho al arrancarse de manera tan violenta las intravenosa.— Señora Contreras, es necesario que se cuide y sobre todo que no se ponga riesgo a sí misma, es uno de los requisitos básicos para poder darla de alta.—La voz del doctor era la de un padre cansado de los berrinches de su hijo.— ¡¿Para qué?!— Preguntó Luciana— ¡¿de qué sirve cuidarme ahora si ya he perdido a mi bebé si ya no tengo nada por lo que luchar?!Luciana no solo se refería a la pérdi
Mauricio estaba tronándose los dedos de lleno de desesperación en teléfono, estaba en la línea y nadie respondía del otro lado, ¿cómo podría saber si ella estaba bien si nadie lo informaba?Él al darse cuenta que Luciana no llegaba y tampoco había registro de aterrizaje del avión de su familia comenzó a preocuparse.En ese momento alguien tocó dos veces a la puerta, sin esperar a que le respondieran la puerta se abrió y una Lourdes preocupada nostálgica y llena de pavor entró a la oficina.— Señor Mauricio— susurraba al mismo tiempo que ocultaba detrás de su espalda ambas manos— tengo algo que quizás deba saber, no sé si es lo correcto pero no puedo ocultarlo más.Mauricio cortó la línea del teléfono interesado. “¿Que podría tener tan inquieta a esta vieja mujer?” Pensaba él manteniéndose impasible.— Adelante Lourdes, ¿qué sucede?En ese momento la vieja mujer extendió su mano mostrando una pistola cromada en tono plateado con una pequeña rosa en la parte posterior de la culata.—
Luciana al ver a Erick finalmente, después de tanto preguntar por él sonrió automáticamente, al fin se sentía completa y feliz por verlo entero.— Erick — dijo con un tono de voz dulce y anhelante— estás bien, gracias a Dios, tenía muchas ganas de verte y comprobar que si estuvieras en una pieza.Mientras tanto Erick estaba conteniendo su impulso de reclamar esa actitud tan bipolar que se manejaba, estaba decidido, la haría desear nunca haberlo conocido.“¿Cómo te atreves?” Pensó el lleno de sensaciones contradictorias “¿A sacarme por completo de tu vida a mis espaldas y luego fingir que te alegras de verme? No voy a creer en absolutamente nada de lo que me digas m*****a mentirosa” declaró para sí mismo el moreno, negándose a compartir algo que no fuera rencor con esa arpía.——— ——— ——— ———Luciana estaba impactada, el cambio tan drástico de Erick, era notable y casi palpable después de haber sido dados de alta, él no había dirigido una sola palabra para ella.A pesar de antes siemp
“Por favor Dios” Pensaba Luciana al mismo tiempo que llegaba a la villa y se bajaba de manera cuidadosa “Dame fuerza para enfrentar todo lo que se me viene encima”Al entrar en el recibidor, estaba Mauricio esperándola con un ramo de alcatraces, hermoso, grande y lleno de un olor que a ella siempre la había tranquilizado.— Bienvenida cariño —dijo él— estaba muy nervioso, porque algo te hubiera sucedido, gracias al cielo que estás bien.Luciana sonrió aunque no deseaba hacerlo y Mauricio extendió sus brazos con una sonrisa en el rostro a la espera de un abrazo de su esposa.Luciana suspiró, pero poco a poco como si de un preso al castigo de muerte se dirigiera, avanzó hasta estar a su altura y recibir el abrazo.“¿Por qué no puedo ser feliz a tu lado? ¿Qué clase de masoquista soy?” pensaba ella desilusionada porque sus sentimientos siguieran sin cambiar.Estar encerrada entre los brazos de Mauricio, sólo la hacía desear dejarlo todo atrás y salir corriendo con sus hijos para cuidarlos
— No puedes ser un problema para tu padre, ningún hijo lo es. — Responde ella mentalizándose que no solo se lo dice a la joven niña sino también a sus hijos.— Mi caso es diferente, tengo años enferma y nadie sabe lo que tengo en realidad, desde muy pequeña me han hecho estudios y veo a mi papá sufrir, por no poder evitar mis dolores y sufrimiento, no sirve de nada que me esfuerce por ser buena niña si mi papá no lo puede disfrutar.Luciana veía el sufrimiento en cada una de las palabras de la niña, y hasta cierto punto creía entenderla, eso era lo que sentía cuando ninguno de sus intentos de joven por hacer que su madre la amara funcionaba, siempre era una molestia para Luisa su cariño o su atención.— ¿Y que tiene tu papi? — Preguntó la niña.— No despierta, está siempre dormido. — Respondió Luciana.— A lo mejor estaba muy cansado, yo a veces me siento así, muy… muy cansada pero tengo que despertar, si ya no despierto mi papi no tendría que trabajar tanto y podría conseguir otra hij
Después de un día completamente horroroso en el que Luciana había perdido cualquier ilusión que Erick la amara, incluso saber que la veía como algo un poco más que una prostituta veinticuatro siete y haber estado encerrada la mayoría del día en el archivo lo único que deseaba era llegar a la villa y tomar un largo baño, agradecía que el lugar fuera grande y con luz interior si no hubiera tenido muchos problemas con ello.Todo lo sucedido y todo lo descubierto por ella referente a Erick simplemente la había roto.Esa ilusión, esas esperanzas de poder hacer su vida con ese hombre que ella pensaba maravilloso, se habían esfumado como el vapor en el viento.Suspiró en el recibidor, agotada de la vida en general, aun debía decidir si movería a su padre de clínica pero… ¿qué otra opción le quedaba?— Miranda — la voz de Victoria le habló desde el fondo de la oficina, esa que la matriarca utilizaba personalmente.Luciana dejó su bolso junto con todas sus herramientas de trabajo, incluyendo