¿Que se viene amigos????
El momento de la fiesta había llegado, personas de la más alta esfera de la sociedad estaba en la recepción de la mansión, gustosos al haber sido contemplados por la matriarca de la familia McCarthy, absolutamente nadie se atrevería a ignorar tal atención.— Luciana, toma mi mano cariño, este día es el inicio de nuestro futuro — dijo Amelia con una sonrisa segura en los labios.Luciana quien aún no comprendía por qué quería darle tanta atención a esa mujer, e incluso por qué Erick se negaba a hablar sobre Lucrecia, había decidido confiar en su abuela.— Espero estés haciendo lo correcto abuela —dijo Luciana con un tono lleno de esperanza y confusión al mismo tiempo, para inmediatamente después suspirar en un intento por relajar su cuerpo lleno de tensión.— Créeme —respondió Amelia— esto es solo el inicio.Comenzaron a bajar las escaleras, absolutamente todos los presentes giraron su atención hacia las dos mujeres más importantes de la sociedad en el momento.Cientos de murmullos opac
El ambiente que rodeaba la oficina de Amelia se volvió frío, a tal grado que dolía cada uno de los huesos.Una risa llena de incredulidad salió de Amelia de forma natural e impactante.— Tú — dijo con tono amargo en la voz— no mereces nada.El rostro de Mairi hizo un gesto de dolor, jamás en todos los años que tenía con su madrina le había hablado así de fuerte, con ese rostro como si hablara con una desconocida.A pesar de sentirse desesperada por tener la aprobación de la mujer que había admirado la mayoría de su vida, Mairi decidió continuar con sus argumentos…“Tal vez si continúo y la hago ver las cosas correctamente, lo acepte” pensó en un intento por saberse en el lado correcto de la situación.— Yo madrina… yo soy quien merece…— ¡No!— dijo de nuevo Amelia cerrando los ojos para contenerse para continuar— todo lo que tienes, todo lo que eres… incluso cada m*****a respiración qué haces, es gracias a mi consideración, a mí voluntad. Un suspiro profundo y resignado sale del pech
Luciana va corriendo con su pequeño hijo Ignacio en los brazos.— Tranquilo mi amor, tranquilo todo estará bien…. — susurraba entre jadeos al mismo tiempo que sentía el paso del tiempo sobre su espalda.El tic—tac tic—tac del reloj no se detenía jamás, a pesar de desearlo con toda su alma.El pasillo del hospital que tanto tiempo antes había recorrido con desesperación y tristeza, en este momento le parecía eterno… interminable.Erick iba detrás de ella, hablando por teléfono con Bryan quien aseguraba que seguiría en la búsqueda de esa ampolleta.— Necesito que lo encuentres, Ignacio ya no puede tener otra complicación por alta temperatura —el tono de voz de Erick era desesperado, ahora sí podía mostrar cómo se sentía en realidad.Sabía cuál era la gravedad de la situación, sentía el peso y la tensión sobre sus hombros.— Haré todo lo que este en mis manos para encontrar el antídoto— Dijo Bryan antes de colgar.En el hospital, el mismo doctor que los había atendido antes, corrió
Erick y Luciana entran en una pequeña habitación y se sientan para tener unos pequeños teléfonos en el oído.Del otro lado se encuentra una pared grande y gris con una sola puerta de seguridad.Ambos se sienten nerviosos y desesperados, necesitan la segunda dosis, necesitan esa cápsula para salvar la vida de su hijo y siguen fracasando en ello.—Tranquila —dice Erick en modo de susurro tomándole la mano con fuerza— pelirroja nuestro hijo estará bien.Ella asiente lento no muy segura pero deseando confiar.La puerta de seguridad se abre y de ella sale una guardia y detrás de ella se encuentra Lucrecia quién está encadenada de manos y pies.Aun estando con uniforme de reclusa se mantiene una actitud petulante y viéndolos con arrogancia.Con total indiferencia, Lucrecia se sienta y sonríe a sus visitas.— Por lo visto me extrañaste Erick, seguro ella no es suficiente para complacerte. Aunque las pelirrojas no son mi tipo ¿quieres que hagamos un trío? — pregunta en el teléfono con una s
Ambos estaban impresionados, Erick quien tenía una idea de cómo manejaba las cosas Lucrecia, había pensado que era una caja fuerte y lo que se encontró fue una habitación secreta…— Deberíamos entrar— dijo el moreno mostrándose seguro de lo que estaban haciendo ahí, aunque al mismo tiempo tomaba la mano de Luciana para mantenerla siempre junto a él.Al momento de estar presentes dentro de la habitación, focos con sensores comenzaron a encenderse para mostrarles la aterradora realidad.En todas las paredes, en cada uno de los centímetros de ellas, había imágenes, recortes artículos, investigaciones, fotografías de Erick y Luciana.El ambiente era pesado y ambos comenzaron a sentirse sofocados como si no hubiera suficiente aire de ese lugar para ellos.Luciana se acercó un poco más y sintió un escalofrío recorrerla, ahí en la pared había cientos de imágenes de ella en la mansión, en la habitación jugando con sus hijos, fotografías del patio, incluso tomando una ducha.No pudo evitarlo y
Ya en el hospital Erick y Luciana se encuentran tomados de la mano, nerviosos ante cualquiera que pueda ser la reacción de Ignacio.La segunda dosis estaba justo donde esa maldita mujer le había dicho e inmediatamente después Luciana había corrido al hospital para entregársela al doctor.— Esto es increíble — dijo el doctor revisando el documento que le había enviado Amelia por correo electrónico— es por esto que no encontré una solución para el problema del pequeño Ignacio ¿verdad?— Sí— respondió Erick aún con la mirada fija en su pequeño hijo— es una especie de virus y se encuentra en un laboratorio y ese mismo laboratorio es quien tiene la cura.Un escalofrío recorrió el cuerpo del doctor.— Comprendo perfectamente, cuál era la intención de este virus, después de provocar incansables temperaturas y deshacerse del sistema inmune del cuerpo, el pequeño si no recibía una de las dosis iba a comenzar a llenarse de llagas dolorosas en las que su cuerpo iba a atacarse a sí mismo, por
El ambiente en la mansión McCarthy, se había mantenido tenso aún después de varios días del evento.En una de las mesas principales de los salones, donde se reunían habían comenzado a acumularse de forma constante y creciente decenas de cámaras, micrófonos y otros artículos de espionaje que habían sido encontrados dentro y alrededor de toda la mansión.Todo estaba cubierto, incluso encontraron cámaras entre los árboles.— Esto no puede ser posible — decía Luciana molesta e intrigada con la cantidad de tiempo que tuvo que haberles llevado a quienes estuvieran infiltrados instalar todo eso— Debe ser una persona muy preparada — dijo Omar con tono serio— aunque tal vez aprovechaba los puntos ciegos de las cámaras, que ya teníamos en la mansión para hacerlo.— Sí —dijo Erick estando de acuerdo— pero ¿cómo supo cuáles eran los puntos débiles?— Debió tener ayuda desde el interior. — Dijo Luciana.El silencio abrumador se hizo presente en la sala.Una mirada de preocupación se desvió de Oma
Amelia se quería mantener firme e impenetrable, pero tantos años de cariño, tantos años de crianza y recuerdos estaban jugando en su contra.En ese momento de duda, Angus toma la pluma de la mano de Amelia con delicadeza y susurra.— Has hecho demasiado por nosotros madrina, ha llegado el momento de enfrentar nuestra realidad por nosotros mismos.Amelia se giró con el rostro compungido y los ojos llenos de lágrimas, esas que rara vez se atrevía a mostrar en público.— Gracias por todo lo que has hecho madrina —dijo Angus con voz firme y sin que le temblara el pulso, puso su firma en el documento dando así la autorización a la instalación de retener a su hermana el tiempo que consideraran necesario.— Yo seré el responsable de cualquiera que sea el resultado de todo esto.Una sensación de incertidumbre angustia Amelia, cada una de las palabras de su ahijado la pusieron más y más nerviosa.Al momento de quedarse a solas Amelia se puso firme.— Dime ¿qué planeas Angus? ¿Por qué me dices