— Ignacio no comprendes lo feo que siento cada vez que mi hijo rechaza mi amor.Ese día Victoria estaba desahogándose con el rostro desencajado y lleno de dolor.Joel se había mantenido cerca de ella de manera estratégica, cada declaración, cada frase dicha, él la mantenía siempre a buen resguardo, era un arma que próximamente podría ser utilizada.— Debes estar tranquila Victoria, él solo está herido y te culpa a ti por todo lo que ocultaste.— Pero…— dijo ella con un sollozo interrumpiendo su frase, y los ojos vidriosos por el llanto— yo hice lo que pude por darle un buen futuro, he peleado toda mi vida para que él sea feliz, no puede pagarme con desprecio, ¡no puede! Joel se acerca y abraza a Victoria consolándola, con el paso del tiempo descubrió que esa mujer poderosa, esa mujer inquebrantable era solo una fachada, por dentro solo era un solo humano que había sufrido demasiado y necesitaba amor y comprensión.Saber eso hacía que Joel sintiera un gran peso de culpa sobre sus hombr
Mauricio estaba siendo expulsado de manera violenta del edificio.— ¡Malditos muertos de hambre!— les gritó— ¡ya que regrese y tenga todo lo que es mío me encargaré de deshacerme de cada uno de ustedes bola de buenos para nada!— Su voz estaba plagada de odio genuino.En ese momento fue arrojado al suelo sin contemplación alguna.El rubio ante la incapacidad de mantenerse en pie, recibió fuertes golpes al impactarse contra el asfalto aunque lo que realmente sufrió un golpe irreparable fue su orgullo.“¿Cómo había caído tan bajo? ¿Cómo se había equivocado tan gravemente?” Pensaba sin comprender donde se había torcido todo.En ese momento tomó su teléfono e hizo una llamada.— Zurita —dijo lleno de arrogancia— necesito que revises cada uno de los puntos de la relación comercial con los McCarthy, no puede ser posible que el contrato nos haya dejado tan desprotegidos.Mauricio estaba que no toleraba ni la luz del sol que rozaba su piel.—Te lo dije Mauricio, incluso en más de una ocasi
En la villa de la familia de Borbón reina el silencio, ese pequeño reino es completa y absolutamente gobernado por Luisa, aunque alguien estaba a punto de llegar para desequilibrar absolutamente todos sus planes.Un hombre en sus primeros cincuentas, bien conservado, atlético, rubio y sobre todo con una mirada sagaz se encontraba dando finalmente un paso dentro de esta magnífica construcción.Héctor de Borbón después de varios años de ausencia, finalmente había regresado a su país.— Bienvenido señor —el susurro de una de las muchachas de limpieza del lugar dio inicio a lo que se consideraba un caballo de Troya.— Gracias— respondió Héctor observando cada uno de los detalles que lo rodeaban, hacía tanto tiempo que no venía, que el lugar que había sido su hogar desde la infancia, ahora le parecía completamente desconocido.Una caja bastante grande y con un moño estaba colocada cuidadosamente justo a un lado de un cuadro familiar.— ¿Qué es eso?— cuestionó Héctor con orgullo y voz calma
En el hospital buenaventura el mismo, en el que tiempo atrás había dado inicio a toda esta locura, ahora Luisa iba recorriendo los pasillos como un alma en pena.No perdía oportunidad de llorar y mostrar lo desgarrada y atormentada que estaba por quizás… solo quizás perder a su esposo.— No puede ser, no puede ser— repetía una y otra vez— Dios no me lo quites— susurraba ella como un tipo de mantra cuando notaba que alguien se acercaba a ella— finalmente quiero ser feliz, dame todo lo que necesito para poder conseguirlo.Sus ojos se encontraban hinchados y en sangre por haber llorado tanto, cualquiera que la viera pensaría que era una esposa abnegada y amorosa de su pareja.En ese momento su teléfono suena, ella se libera la garganta y responde, no dice nada, se queda completamente en silencio y después de cortar esa llamada su rostro se mantiene imperturbable, cosa impresionante porque su actitud había cambiado de un segundo para otro.Comenzó a hacer llamadas sin obtener respuesta y
Luciana se encuentra en la habitación de su hija, y le está mostrando videos de su pequeño hermanito.— Mira él es tu hermanito Andrea, pronto estaremos juntos.La pequeña estaba pataleando y girándose en la cama, y Luciana no dejaba de fascinarse por lo rápido que estaba creciendo, pero le dolía perderse estos momentos con su hijo.Aunque tenían que seguir todos y cada uno de los pasos para no tener ningún cabo suelto y jamás estar en esta situación, de perder a sus hijos.Por el momento pasaba varias horas, mirando los videos que tenía en la tableta y las imágenes de la cámara que estaba escondida en la habitación de su hijo.La única persona que iba y lo visitaba era Victoria, cuidándolo incluso jugando y platicando con él, y en ese momento Luciana se dio cuenta.La mirada de Victoria enfocó exactamente el foco de la cámara.¿Sería una coincidencia? ¿Sabría de la cámara ahí? Pero la habría quitado ¿no?Y en ese instante lo escuchó:— Hay algo que tu padre aún no sabe, y dado que m
En el hospital buenaventura, Miranda se encuentra mirando el horizonte por una ventana y esta le muestra la magnitud del mundo, es como una burla para ella.En este momento se siente como un ave encerrada en una jaula de cristal.— ¿Madre?— pregunta con un tono suave— ¿cuánto tiempo estará mi padre así?Luisa que en todo momento se encuentra atenta de los pocos movimientos que hace su hija desde que llegó a la habitación, se acerca a ella y la abraza manera protectora.— Realmente no lo sé hija, tu padre en este momento es un paciente al que solo hay que cuidar y esperar…— ¿Esperar?— dijo Miranda interrumpiéndola— ¿Cómo pasó? ¿Cómo puede ser que de no estar en el país haya pasado mágicamente a estar a un hospital?La mirada de Miranda estaba perdida en sus pensamientos, su tono de voz era bajo y distante como si fueran pensamientos en voz alta, no realmente a una conversación.Luisa quien ya había pensado qué decir en caso de ser cuestionada por la policía o por su hija inició su tan
Luisa después de jugar el papel de esposa abnegada por varios días, estaba tomando un baño en la tina.La temperatura del agua era perfecta tibia, y con los grados necesarios para darle una sutil caricia a sus terminaciones nerviosas.— Mmm, esto se siente delicioso.— Luisa estaba con los ojos cerrados, con una copa de champán del mas exclusivo que tenían.Cuando de repente estaban tocando a la puerta de su baño.La atmosfera relajada y silenciosa se había roto, Luisa abrió los ojos repentinamente y después gritó llena de rabia y dispuesta a correr a cualquiera que estuviera del otro lado.— ¿Qué quieres?En ese momento se abrió la puerta del baño solo un poco y unos ojos oscuros y llenos de miedo se enfrentaron a ella.— Señora… es que es algo importante…— ¿Mas que tomar un baño relajante después de haber cuidado del señor y dueño de esta villa durante días? — Cuestionó ella con tono prepotente.— Pueess— Dijo la muchacha temerosa bajando la mirada, aun protegida por la barrera de
Victoria llega al lugar marcado en el teléfono, era una especie de granero desolado, por donde mirara pero esa era la dirección y Victoria estaba dispuesta a encontrar a su amor costarse lo que costase.El chirrido de la puerta al momento de abrirse, fue el aviso necesario para que Joel se girara a buscarla con la mirada.— Victoria, aquí estoy— dijo él con un tono profundo y preocupado.— ¿Qué sucede?— cuestiona a ella, interesada por mostrarse comprensiva y atenta, ésta era la primera vez que finalmente él se habría ante ella y la mostraba alguna debilidad.— Yo…— dijo él— lo siento.Victoria no comprendía de qué estaba hablando.— ¿De qué… — no pudo terminar, en ese momento sintió cómo algo frío se colocaba detrás de su cabeza, la habían encañonado con una pistola.— Bienvenida Victoria— la voz petulante de Luisa fue como un aviso de lo que estaba a punto de llegar.Victoria se negaba en rotundo a pensar mal de él, no podría haberlo hecho, tendrían que haberlo obligado, él no podía