Por Alejandro
Llamé a Omar quién todavía estaba en la empresa y le dije que me espere.
Cuando salí, estaba mi secretaria anterior, la nueva empezaba oficialmente el próximo día.
-Ya podés irte.
Me miró con odio.
No tengo la culpa que no se haya dado cuenta que solo la quería para un par de noches.
Nunca le dije que era la única que veía, ni que iba a estar con ella para siempre, es más, estoy seguro que Susana, cada vez que me mandaba a una nueva secretaria, las ponía sobre aviso de como soy yo.
Lo ilógico es que la mayoría cree que van a ser las señoras Zalco, solo por acostarse conmigo.
-Con mucho gusto me voy, sos una m****a y espero que alguna vez seas descartable para alguién, como lo somos las mujeres para vos.
Yo me reí.
-Te llevás tu buena indemnización, que es mucho más de lo que merecés ¿Ya pasaste por la oficina de personal para que le den tu celular a los técnicos, así no queda rastro de los contactos en mi empresa?
-No lo hice.
-Ok, dejá tu celular y lo pasás a buscar mañana.
-No lo pienso hacer.
-Te acuso por intentar robar información, terminás presa.
-No lo creo.
-Intentalo.
Llamé a seguridad y les terminó dando su celular, es más estúpida de lo que pensé.
Cambié el código de seguridad, es lo que hago cada vez que se va una secretaria.
Le mando un mensaje con el nuevo código a Valeria.
Es increíble, memoricé su nombre en unas horas, normalmente no sé cómo se llaman mis secretarias.
El código es por ellas, ni por mí, ni por mi padre, nosotros ingresamos con huella digital.
La secretaria de mi padre se hallaba en otro piso, solo subía a nuestro piso cuando él estaba en el país, eso, si decidía venir a la empresa.
Así lo dispuse yo, ya que no me llevaba tan bien con mi padre y trataba de tener el menor contacto posible y sé que él hablaba con su secretaria varias veces por día.
Sé que ella le cuenta todo y mi espacio era solo mío, no quería intrusos a mi lado, no me quedaba otra que compartir el piso cuando él venía, y eso lo hacía por obligación.
Me gusta la libertad.
Por eso es que ni siquiera quería personal doméstico en mi casa, sí, venía una señora todos los días, pero se aseguraba que yo no estuviera presente, era personal fijo en la mansión de mi padre, en esa mansión vivían él, el poco tiempo que estaba en el país y mi tía Marita, la hermana de mi padre.
La mujer de la limpieza me dejaba todo impecable y la comida lista, por si no salía a cenar afuera, pero eso casi nunca sucedía.
Me gustaba hacer y deshacer a mi gusto, por eso no vivía en la mansión, prefería mi departamento, solo contaba con mi chofer, pero él vivía en una dependencia del edificio, por si lo necesitaba de madrugada.
No es que estaba solo, mi departamento era amplio, un piso entero y con varias habitaciones y siempre hacía fiestas en él o llevaba a las mujeres con las que salía por unos días o por una noche.
Me encontré con Omar y fuimos al restaurante donde solíamos cenar varias veces por semana.
El lugar aparenta ser tranquilo.
Al final de la cena, siempre pulsamos un botón y a través de unos ventanales, veíamos lo que se puede llamar porno en vivo.
Podíamos mirar, participar, pedir que alguna señorita nos baile en algún privado o simplemente marcar a alguna e irnos con ella.
Podíamos ir con mi amigo y elegir dos o tres más…para compartir o contratarlas individualmente.
Omar es el director general de Zalco Company y mi mejor amigo.
Nos conocemos desde la escuela secundaria y estudiamos abogacía juntos.
Su padre es juez federal, a ninguno de nosotros dos nos gusta realmente la abogacía, para mí era lo más práctico para estudiar ya que siendo único hijo me tenía que hacer cargo, en algún momento, de la compañía de mi padre y Omar estudió derecho para darle el gusto a su padre, pero en cuanto le dije que viniera a trabajar conmigo, ya estaba más que listo.
Me hice cargo, en un principio, de la compañía en nuestro país, teníamos sedes en varios países, aunque la más grande era donde estaba yo, tenemos montones de negocios, una cadena de perfumerías, la más importante del país, hoteles de primera categoria en las provincias mas importantes, esos los adquirímos junto a Omar, también adquirimos, como socios, algunos albergues transitorios, de categoría, por supuesto, eran para parejas, no estabamos en el negocio de la prostitución, Zalco también estaba en el negocio de la moda con varias boutiques, zapaterías, peluquerías, spas, hasta las bodegas más importantes eran nuestras, importamos distintos tipos de mercadería y exportamos algunos productos que fabricamos en nuestro país, por eso es que mi padre viajaba bastante, aunque en general vivía en Barcelona, donde teníamos otras tantas empresas y cadenas de negocios de distinto tipo.
Eran pocas las personas que sabían todo lo que teníamos.
Ninguna de mis secretarias llegaba a saber bien lo que teníamos, no duraban tanto.
Teníamos distintos pisos para llevar la contabilidad y para las importaciones o exportaciones de distintas empresas, todo era demasiado específico.
Contábamos con directores de cada empresa y las reuniones se hacían por separado.
La sala de reuniones que estaba en el piso de abajo nuestro, la disponía mi secretaria, pero rara vez asistía.
La secretaria de mi padre asistía siempre, también lo hacíamos Omar y yo.
Por eso es que trabajamos hasta tarde.
Contábamos con innumerables colaboradores, pero en otros pisos.
Terminamos de cenar y apretamos el botón, por suerte iban variando de chicas.
Esa noche nos fuimos uno por cada lado, yo me fui con una rubia, que parecía una vedette, hermosa, alta, de pechos grandes y cintura pequeña, piernas pasables y un culo también aceptable.
La llevé a mi departamento.
La pasamos bien, ella sabía lo que hacía.
Dormimos algunas horas, solo que cuando me tenía que ir a la oficina, la chica quería seguir durmiendo.
Me molestaba bastante cuando hacían eso.
Muchas veces pensé que las llevaría directo a un hotel, pero me gusta dormir en mi cama.
-Vamos linda, tengo que trabajar.
Después de varios minutos se vistió y se fué.
Con la claridad del día ya no me parecía tan bella y se le notaba demasiado las siliconas en sus tetas, pero ya estaba, durante la noche se las disfruté, esa no daba ni para una segunda noche, aparte, si el primer día la tuve que despertar, me imaginé que si había más días, la tendría que echar de mi casa.
Llegué a la oficina a las 10 de la mañana, una hora tarde para lo que era habitual para mí.
Cuando bajé del ascensor y vi a Valería, me alegré, ya me había olvidado que tenía secretaria nueva.
-Traeme un café doble y dos aspirinas.
Le dije por todo saludo.
Cuando golpeó la puerta de mi oficina y entró, quedé casi infartado, tenía puesto botas altas, medias negras por debajo, una pollera ajustada, tubo, que le marcaba muy bien el culo, la pollera era color beige y un sueter negro al igual que las botas.
Hoy sí se le notaba bien su cuerpo, salvo las piernas, que estaban tapadas, pero ya se las vi ayer.
Tenía un culo perfecto y las tetas no eran tan chicas como pensé, no eran grandes, como la que me encamé anoche, pero éstas, de chicas no tenían nada y con ese suéter se destacaban más que bien, al igual que su culo.
¿Acaso se arrepintió y quiere provocarme?
En cuanto se me pase un poco la jaqueca, voy a tantear el terreno.
La miré otra vez, en realidad ni la pollera era tan corta ni el suéter tan escotado, solo que le marcaba su cuerpo de una manera muy sensual
Exactamente esa era la palabra que la describe, sensual.
Sus curvas parecían perfectas.
Sexi también era otra palabra que iba con ella y elegante, sí, se movía con elegancia, con delicadeza.
Eran pocas las mujeres de las que podía decir que eran elegantes y tan sexis a la vez que te confundían.
Ella era…sugestiva, incitante…
Había algo en ella y no sabía que era, pero me volvió loco.
La quería tener ya…
Parecía que iba a hechizarme con sus ojos y que me atraía con su cuerpo.
Mirarla me hizo pasar el dolor de cabeza.
Sin embargo, su trato seguía siendo distante, con ese maldito señor que metía en todas sus frases.
Se retiró, estábamos con mucho trabajo, y yo odiaba llegar tarde.
Ella estaba conociendo las tareas que tenía que hacer.
Se estaba interiorizando sobre las empresas que conocían mis secretarias.
Me llamó Kevin White, lo atendió y antes de pasármelo, me preguntó si yo estaba disponible para atenderlo.
Cuando estaba hablando con él, me preguntó si cambié de secretaria, le había encantado su voz y como le respondía en inglés, claro que si la comparaba con la estúpida que estaba antes que ella, cualquiera le respondería mejor.
En 15 días tendríamos que viajar a Estados Unidos y no me gustó que la quisiera conocer.
Mi plan era tenerla, si era posible, en ese viaje.
La dejé para ese viaje, por si me cansaba antes, ya que si de verdad hablaba bien en inglés, servía que esté a mi lado, yo lo hablaba perfectamente, pero si mi secretaria no lo hacía, le tenía que estar traduciendo.
En Estados Unidos teníamos algunos negocios.
No demasiados.
Al medio día, antes de almorzar, pasó Omar por mi oficina, Valeria lo quiso atajar para anunciarlo, él pasó igual mientras que ella lo seguía por detrás.
Omar entró sin golpear.
Ella se quedó en la puerta, disculpándose.
-Él es Omar Bertres, Director General de Zalco.
-Lo lamento...no sabía…¿Necesitan algo?
-Dos cafés.
Cuando mi nueva secretaria se retiró, la sonrisa de Omar no se dejó esperar.
-Se asustó bastante ¿Vamos a almorzar?...Le pediste café a esta hora.
-Para que la veas bien, ayer me dijo que no se quería acostar conmigo.
Le conté todo.
-Ahora no paro hasta que la coja, aunque parece adecuada para ser secretaria.
-Ahora la veo ¿Qué tal la de anoche?
-Nada del otro mundo y esta mañana no se quería levantar.
-La que contraté yo, estuvo bastante bien, no sé, por ahí repito una vez más.
Valeria golpea la puerta y se queda allí, esperando que le indique que entre.
Nos preguntó con cuántas cucharadas de azúcar queríamos el café.
Omar la mira, sacándole una radiografía.
-Realmente es muy hermosa y está para darle, es raro que una chica así, hable varios idiomas y sea universitaria.
No le dije lo que sentí cuando toqué su piel.
Eso debía ser casualidad o algo así.
Por AlejandroPasó la semana y la chica nueva respondía excelente a todo lo que le pedía, ya sean informes, comunicaciones al exterior o preparar la sala de juntas.Lo que no me gustaba era que cada gerente, director o empresario que venía, tenía un halago para ella.Parecía que todos quedaban fascinados y si nos traía café o algún informe, a todos se le iban los ojos detrás de ella.No es que se vistiera provocativa, lo suficiente para ser atractiva, pero toda ella era una tentación.Le dije que vaya a personal y arregle con Susana el tema de su pasaporte.Lo hizo sin preguntar demasiado.El lunes llegué con otro dolor de cabeza terrible, producto de demasiado alcohol y poco descanso.Me trajo 2 aspirinas y un café doble.-Perdón, señor, pero si prueba masajeando la cien, hay un punto estratégico que…-¿Sos enfermera?-No...No sé porque la trato así, en realidad lo sé, trato así a todo el mundo.Pero me dio la idea de pedirle que sea ella quién me masajee, la próxima vez se lo pido.
Por AlejandroDos pasos después ya tenía a una platinada y con dos palabras, salí con ella del lugar, la llevé a mi casa.Lo hice como un animal en celo, pero casi sin mirarla, tenía el sabor de Valeria impregnado en mis labios.¿Qué tiene esa mujer? No eran solo las piernas más perfectas que vi en mi vida, ni su culo, ni su pecho, ni su boca, era todo eso y más, mucho más.Eran las 3 de la mañana.-Mi chofer te alcanza donde digas.Le dije de repente.Tres polvos con una desconocida ya fue suficiente, era bastante fogosa, en realidad no sé como era, solo me imaginé...no quiero ni reconocer para mí, que Valeria ocupó mi mente en todo momento.-Es tarde para que vuelva a mi casa.-Lo siento linda, mañana madrugo.-Dame tu número de teléfono.-Dame el tuyo, después te mando un mensaje.Así lo hizo, lo agendé, después lo borraría, la agendé como chica y la fecha.Me dormí enseguida, tenía que estar en una reunión a las 9 de la mañana, espero que Valeria no llegue tarde, ni que me reproch
Por Alejandro Con el cambio de horario llegamos a las 14 horas de California. A las 20 nos teníamos que encontrar con Kevin White en una cena informal. Teníamos la tarde para acomodarnos y dormir un rato. Le pedí que me despierte a las 17, para revisar un contrato. Las habitaciones estaban contiguas y no se comunicaban. Me quedé dormido inmediatamente. A las 17 sonó el celular, era Valeria. -Vení en 20 minutos a mi habitación y traé tu laptop. Me duché y debo haber tardado más de lo que creí porque cuando salí, Valeria me estaba golpeando la puerta. Me puse los pantalones y la atendí sin camisa. Me miró desconfiada. -Si lo hubiera hecho a propósito te habría esperado sin pantalones. Le digo a modo de chiste, pero la realidad era que mientras se lo decía no le sacaba los ojos su escote. Ya me molestaba la falta de control que sentía cuando la tenía cerca. Cuando aparté los ojos de su pecho, mi mirada la recorrió entera, tenía puestos unos shorts blancos. Las piernas de
Por ValeriaA la mañana siguiente me manda un mensaje que vaya a su habitación y que despierte y despache a la señorita que estaba con él, mientras se duchaba, por qué se hizo tarde.Yo ya estaba vestida.Golpeé la puerta de su habitación y él me abre la puerta, estaba en bóxer.Lo miré mal.Era demasiada intimidad.-Despertá a la chica, ya le pagué.Me debo haber puesto roja de la vergüenza, me trataba como si fuera un hombre acompañándolo en sus correrías.-Señorita ¿Se puede retirar?Le preguntó en inglés a la señorita y Alejandro, en lugar de ir a ducharse se me quedó viendo.-Disculpe señorita.La mujer da un salto y dice que ella fue contratada, que no sabía que él tenía pareja, se para y estaba totalmente desnuda, tenía un cuerpo espectacular, sus tetas eran enormes y llenas de silicona, se notaba demasiado, no sé si también el culo lo tenía operado, colágeno en la boca tenía seguro, cabello rubio platinado, le conocí demasiadas mujeres de ese estilo, se vé que le gustaban así,
Por CarolinaPor suerte llegamos.Me dio la mano para ayudarme a bajar.Su mano electrificó todos mis sentidos.Él también se tensó cuando me dio la mano, lo sentí.Definitivamente hay algo que está mal.Sin embargo me extendió su brazo y así entramos.Hasta hubo periodistas que nos sacaron fotos.Nos dirigimos a la barra y noto cómo se tomó 2 whiskies de golpe, como si fueran agua.Me acerco para decirle al oído que no tome mucho.-Ale, por favor, no tomes demasiado.Pone una mano en mi cintura, pero la va bajando hacia mi cola.Es una gala de negocios y yo no soy una acompañante.Lo miro suplicante.Espero que entienda mi mirada.-Me quemás, en todo momento, cuando te miro o cuando me mirás, cuando te rozo, cuando te beso, necesito poseerte, tenerte en mis brazos.-No soy una acompañante, saca tu mano de mi cola.-Carajo, Valeria ¿Me escuchaste?Sí y estaba temblando por sus palabras, pero sabía que se había encaprichado por poseerme, solo porque le había dicho que no.Él también me
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Por AlejandroSiento que la situación se escapa de mis manos y ella escapa de mí.Valeria interpretó que con mis palabras me refería a dinero y yo…estaba confundido, porque en ese instante la necesitaba de tal manera, que le estaba prometiendo lo que ella me exigiera…en todos los sentidos.-No entendés, no voy a ser nunca más, parte de una lista de mujeres de ningún hombre, si sirve para tu ego o tu hombría, si, me atraés y también sé que soy la mujer más envidiada por entrar del brazo contigo.-Entonces…-Entonces nada, a mi ex novio le perdoné no sé cuantas infidelidades, terminé por no salir, todo lo que hacía era estudiar, dejé de lado a mis amigas, porque me venían a decir que lo veían con una y con otra, preferí quedarme sola, la única que me bancó, fue Emi, hasta que un día me obligó a acompañarla para que vea con mis propios ojos que yo no era importante para Diego como él lo era para mí, estaba en esa maldita plaza, con sus amigos y abrazando a una morocha, preciosa, cuando l
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