Dante miro a ojos de cachorro abrazando a Charlie y los hombres de la banda, en cuanto bajo del escenario varios jóvenes se acercaron a saludarla la vio escabullirse.Allegra salió a la terraza, odiaba ser el centro de atención, aunque estaba agradecida con sus compañeros de trabajo.Se frotó los brazos, era una noche muy fría mientras miraba las vista de la ciudad de Londres, inspiró profundamente.Estaba cansada. Había sido un día agotador, por suerte ya casi cumplia su horario.—Espero que no se le ocurra saltar —una voz masculina resono detras de ella.Allegra se sobresalto. — Casi me mata del susto, no debería estar aqui esta zona es exclusiva para empleados.—Vaya a acusarme con mi cuñado exclamó Dante.—No tengo intención de acusarlo, respondió ella.— ¿ Se escondio acá para fumar?, pregunto él, la había seguido por un impulso.— Yo no fumo, solo quería estar sola odió ser el centro de atención.¿Quiere chocolate? —preguntó ella entonces, sacando unos bombones de chocolate.—Sí,
Dante alzó la cabeza, con los astutos ojos velados y el rostro tenso de autodisciplina. Se preguntó qué diablos estaba haciendo, a qué estaba jugando. Rígido por la excitación reprimida, consciente de que habra preferido tomarla en su auto. La deseaba, hacía mucho que no deseaba así a una mujer. Se dijo, abrupto, que no había nada malo en eso. Era libido, nada más. Curioso por ver cómo vivía, la siguió. La entrada necesitaba una mano de pintura y la alfombra de la escalera estaba hecha una ruina. Era un lugar lúgubre y, por primera vez, se dio cuenta Allegra era mas pobre de lo que el había pensado. Se abrió una puerta que daba a la sala de estar y un perro diminuto salió corriendo y saltó alrededor de las rodillas de Allegra, ladrando jubiloso. Las enormes orejas peludas se curvaron sobre sus ojos oscuros y el perro gruñó al ver a Dante. Era un perro muy mono pero, a juicio de Dante, parecía una rata.–Este es Budy.–Ah, lo tienes. Estaba preocupado por ti –dijo Susan, una mujer may
Al día siguiente, Dante paso a despedirse de Allegra por Esparta saldría de viaje durante quince días, esa noche regreso solo al ático.Cada día Allegra esperaba su llamada, ya que él le había dicho que tal vez la llamara. Ya había perdido toda esperanza de volver a verlo cuando una tarde sacó a pasear a Budy y se lo encontró.—He estado encerrado todo el día. Me agradaría caminar – murmuró cuando Allegra se plantó, sin aliento, a su lado.-A mí también – dijo ella. ¿ Cómo sabías que estaba aquí?, pregunto entusiasmada.— Siempre se sobre lo que me importa dijo Dante mirándola a los ojos.Allegra sonrió encantada, estaba feliz él le había dicho que le importaba. Por primera vez en su vida le importaba a alguien.— ¿A qué te dedicas?, específicamente pregunto Allegra sabia que era empresario.— Inversiones, respondió él.—Así que está todo el día delante de un ordenador haciendo números... supongo que será un poco aburrido, ¿no? Pero, en fin, alguien tiene que hacerlo. Dante había c
Convencida de que lo perdería para siempre si permitía que sus principios los separaran, Allegra cedió. Chantal se asombró al saber de su invitación. Trató de disuadirla usando argumentos bien intencionados. Hasta su casera Susan le prohibió que se fuera con Dante cuando ella le pidió que cuidara a Budy. Pero Allegra no escuchó consejos.Dos dias después Dante paso a buscar a Allegra por su casa, el chofer tomo su bolso, Dante sonrió al verla.— ¿Estás bien?, pregunto se la veía demasiado nerviosa.— Nunca subí a un avión dijo ella muy tensa. Dante dejó su teléfono y la abrazó.—No debes preocuparte verás que será una experiencia maravillosa le dijo besándola.Allegra se relajo al sentir el abrazo de Dante y comenzó a charlar con el mismo entusiasmo de siempre, el auto ingreso directo a la pista y en cuanto vio el inmenso aparato el pánico se centró en el avión.-No puedo subir – exhaló mientras Dante bajaba del auto y la tomaba de la mano para bajarla.— Allegra – la previno Dante.
Allegra se quedó en su habitación hasta el último minuto, mirandose frente al espejo, se sentía totalmente expuesta con esa ropa, pero se había probados todos los vestidos y eran exactamente igual. Un golpecito en la puerta hizo que diera un respingo.–¿Allegra? –escuchó la voz de Dante –. He traído un collar para ti. ¿Estás lista? Sí, estaba lista. O tan lista como podría estarlo. Respirando profundamente, abrió la puerta... y se quedó inmóvil. La chaqueta blanca fue una sorpresa. Sabía que llevaría traje, pero no había esperado algo tan caprichoso como una chaqueta blanca. Y el contraste con su pelo negro la hizo contener el aliento. Era tan elegante, tan masculino, tan inalcanzable. A pesar de sus buenas intenciones se le hizo un nudo en el estómago y, para calmarse, concentró su atención en la caja que tenía en la mano.Dante no pudo evitar sentir el impacto de su suave belleza, su aplastante sensualidad, las curvas del cuerpo esa noche conoceria, sonrió satisfecho consigo mis
El orgasmo explotó sin previo aviso. El placer era tan abrumador que apenas podía mantenerse en pie y murmuró su nombre, agarrándose con fuerza de los hombros de él mientras volvía a la tierra. Apenas lo había hecho cuando Dante la tomó en brazos y la dejó sobre la cama. Allegra había perdido los zapatos por el camino y se sentó para verlo desnudarse, para admirar los músculos que sólo había sentido hasta entonces bajo los dedos. Dante sacó una caja de preservativos de su bolsillo y lo dejo sobre la mesilla y se tumbó a su lado. Pero, en lugar de abrazarlo, Allegra deslizó una mano por su torso, por su estómago, por sus muslos… Estaba fascinada.La deseaba como no había deseado a nadie, quería alargar el momento. Era una fantasía a la luz del fuego penso Dante, mientras la besaba.–Te deseo tanto, murmuró Dante colocándose sobre ella.La íntima presión sobre su vientre hizo que Allegra se estremeciera.–Yo también te deseo, confesó Allegra. Era el momento que había imaginado, el que h
Allegra regreso al hotel se dio una ducha, estaba recostada delante de la estufa cuando Dante ingreso en su habitación y encontró a Allegra dormida frente a la con la cara sobre su brazo, sonrió y aprovechó la oportunidad para estudiarla.Su suave melena caía sobre su brazo, tenía el rostro sonrojado por el calor de la estufa.Cuando miró sus labios, tuvo que contener una punzada de deseo. Estaba preciosa se acercó a ella y le acarició el rostro la besó con ternura.Ella abrió sus ojos y le sonrió.— Veo que te has comido todos los chocolates dijo Dante mirando la caja vacía.— Soy una egoísta exclamó Allegra.—Tú no eres egoísta. Eres muy inocente. Y el mundo es un sitio muy peligroso para los inocentes.Dante acarició su pelo, su rostro y, al hacerlo, experimentó una oleada de ternura tan intensa al ver la reacción de Allegra que se sintió sobrecogido.–Necesitas que alguien cuide de ti.— ¿Un esposo?, pregunto Allegra riéndose al ver la expresión de Dante. — Deberías ver tu cara dij
Allegra salió de Esparta como cada noche camino a la parada de autobús.— La llevó a algún lado señorita Murphy dijo una voz muy conocida.Allegra lo observó apoyado contra el descapotable.— ¿Dónde has dejado la limusina?, pregunto burlándose.— Se las preste a mis primos, tenían una despedida de soltera.— Sí me enteré que hasta la novia se fue con ellos, son unos seductores muy efectivos dijo Allegra acercándose.— Tú amigo Kardal también dijo Dante molesto mientras le abría la puerta.Allegra espero a que subiera al auto para responder. — No es mi amigo , solo me disculpé porque había sido grosera— No debiste, tu actitud se prestó a comentarios vulgares.Allegra ya no supo qué responder, él tenía el ceño fruncido. Así que hizo lo único que podía hacer se disculpó.— Lo siento, no pensé que eso pasaría dijo algo apenada.— Eres muy inocente y no entiendes como son los hombres. La falda de esta noche era demasiado corta, si es que a eso se le puede llamar falda exclamó Dante fastid