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¿POR QUÉ QUIERES TRABAJAR AQUI NEUS?

—¿Dirás un nombre?

—No sé nada, lo juro, lo juro… Mi señor, lo juro, lo juro…

El hombre temblaba, mientras hablaba, a aquel que lo observaba con un rostro estoico, como si no fuese con el quien hablaban

Pues parecía no creer una sola palabra, solo le mostró un gesto al hombre que sostenía la cuerda que tenía atada a sus pies

Aquel que, con una sonrisa, se encogió de hombros, mientras aquel sabía lo que estaba a punto de suceder

—No… No, mi señor, yo lo juro que…

El hombre cayó al agua de nuevo, mientras pataleaba y se movía de un lado a otro, en busca de ayuda, para poder liberarse de aquel terrible final

—Qué ruidoso…

Pero el hombre, de ojos azules, tenía una expresión llena de fastidio y enojo, tanto así que se levantó de su asiento y camino hacia la salida

Mientras los otros dos hombres que estaban tras él y aquel que sostenía la cuerda en sus manos se preguntaba si debía dejar al hombre allí

O solo librarlo de todo sufrimiento, fue entonces cuando la voz del más valiente de todos ellos se escuchó

—Mi señor… ¿Qué hará Herper, con el hombre?

 Desmon, observo a Cyrus, su secretario, como si fuese no más que un hombre estúpido, uno que al que no valía la pena contestarle

Por lo que solo camino sin más, mientras Herper, una de sus manos derechas, solo sonrió un poco con sorna hacia el secretario, quien era considerado un hombre blando

Mientras sacaba su arma y este decidía mejor marcharse, pare no ver lo que seguía, fue entonces durante el camino a las empresas Fox que esta parecía inquieto

Tanto que incluso el mismo Desmon, quien solía ignorarlo a diario, le dio una mirada casina y hablo casi como si el solo hecho de preguntarle, fuese un bran fastidio para él

—¿Qué te ocurre Cyrus? Por lo generalmente estás tranquilo, pero hoy estas…

—más desesperante de lo normal…

Las palabras de ahora Kenia, se escucharon, Desmon mostró una pequeña sonrisa, mientras Cyrus, observo al moreno con gesto molesto y hablo como si estuviese más que irritado

—Hoy se escogerá a su nueva secretaria, señor, me temo que es algo importante, más porque…

—No me interesa, así que ahórratelo, que recursos humanos se encarguen y que por favor hagan un buen trabajo, la última persona, no le fue muy bien que digamos, sobre todo, si no hacen más que enviar infiltrados al lugar…

Desmon parecía aburrido, observo por la ventana de camino a la empresa Fox, aquella que era heredada, por parte de su madre

Aquella con la que no compartía un ápice de sangre, pero lo amaba como a un hijo, tanto a él como a su hermano, a aquel hermano que él había perdido y aún no encontraba quien había sido el causante

Desmon dio un largo suspiro, pero entonces una pila de papeles se amontonó en su regazo, observo a Cyrus, como si fuese no más que un tonto

Pero este lo ignoro, inicio a decir nombres, uno tras otro, mientras Desmon no compendia a que iba aquello, ¿acaso su secretario se había averiado?

¿Dónde lo enviaba a arreglar? Tal vez unas vacaciones, no, era demasiado complaciente, haciendo eso, tal vez debía enviarlo a un lugar terrible

Lo enviaría al lugar más desolado de todos y lo haría sufrir allí, fue entonces cuando un nombre logro sacarlo de sus pensamientos

—Número cincuenta y uno, la señorita Neus Robinson, ella, tiene un doctorado empresarial, además de cursos intensivos de cálculo, comercio internacional y…

—Cállate… ¿De qué estás hablando? ¿Estás hablando de mi Neus?

—¿Su? Ya no es “su” señor, pero puede verificarlo en los documentos que le entregue…

Desmon le dio una mirada mortífera al secretario, pero aun así inicio con su búsqueda, todo por número, era el cincuenta y uno si no estaba mal

Y ahí lo encontró, su currículo, era ella, su cabello negro, sus ojos oscuros y su hermoso rostro, incluso una pequeña sonrisa vino a sus labios

Estaba hermosa, era una foto empresarial, tal vez no le daba justicia a la belleza de aquella, pero era tan hermosa como lo había sido en aquel entonces

Los ojos azules de Desmon brillaron de una manera inimaginable y aquello le dio una gota de felicidad en aquel calvario que este llevaba

No sabía cuánto había extrañado verla, aunque fuese en fotos, el hecho de sentir el dolor en su pecho, por solo dejarla ir sin más

Por no buscarla, por no hacer el mínimo esfuerzo, porque ella no firmara los papeles del divorcio, pero él había decidió que sí, ella deseaba irse de su lado

Él lo permitiría, que no era su carcelero, como muchas veces ella había creído, que él solo quería que fuese feliz, libre, aunque no fuese a su lado

Y luego de aquella noche, luego de la muerte de su hermano, las cosas no volvieron a ser iguales, él no quería involucrarla, justamente como no lo quiso hacer por años

Justamente como llego a actuar, hasta el punto en el que ella lo creyera indiferente e incluso llegase a odiarlo, por no ser más que el hombre que la compro cuando era una niña

—¿Qué hace Neus de nuevo en la ciudad? Estaba seguro de que estaba en estados unidos…

Cyrus se encogió de hombros y hablo en un tono que parecía un poco dudoso, parecía ser que incluso él tampoco sabía la razón de la situación

—No lo sé, mi señor, usted indicó que no volvieran a seguirla, que no hubiese más informes de ella, desde el momento en el que supimos su paradero en estados unidos, por lo que no sabemos qué ocurrió con ella, en cinco años, lo lamento…

un sin sabor amargo cubrió por completo a Desmon, era cierto, él había pedido aquello, había solicitado solo dejarla de lado

creyó que tal vez si hacía algo semejante, él podría olvidar a la mujer que había dejado marchar sin más, que solo dejarla vivir una vida tranquila

pero ahora, justamente en aquel momento en el que sabía qué había vuelto a su ciudad, que sabía que ella estaba solo rondada a su alrededor

¿La dejaría ir? Solo, ¿haría como si nada?

Desmon apretó la hoja en sus manos y hablo en un tono que solo le causo un escalofrío a Kenia, mientras Cyrus, parecía encantado con ello

—Dile a recursos humanos que yo haré las entrevistas, no, diles que vayan avanzando y que la numero cincuenta y uno, es mía, por lo que no pueden entrevistarla hasta mi llegada…

Cyrus, asintió con convicción, mientras Kenia, observo al secretario con un gesto bastante molesto, no podía créelo, eso era jugar sucio

Aquella mujer no era acta para su jefe, no ahora que el hombre era un sádico, un ser amargo y ruin al que todos temían

Justamente el jefe que merecían, no aquel que solía no mostrar la oscuridad que lo poseía, por temor a que si su esposa sabía quién era este, lo odiaba

Kenia frunció el ceño, observo hacia la carretera y pensado en una posibilidad de acabar con ella, de solo terminar con todo, los accidentes ocurrían todo el tiempo

Las personas solo fallecían, sobre todo las chicas como aquella, pero entonces el auto se había detenido, el camino había acabado

Kenia observó a su jefe, con un gesto lleno de esperanza, que le dijese que no entraría a las empresas Fox, que solo se iría con él, aún más tiempo de casería

Pero no fue así, aquel solo salió del auto, tenía una pequeña sonrisa en su rostro y sus ojos brillaban, mientras él se enojaba e irritaba aún más

—No te atrevas hacerle nada a la señorita, porque yo lo sabré y haré que el mismo se encargue de ti, no olvides lo que ocurrió con el último…

Cyrus, señalo con la cabeza hacia el hombre que entraba al edificio, Kenia había perdido todo color, mientras Cyrus, solo le mostró una sonrisa llena de victoria

Y salió del auto, pero la voz de Kenia, se escuchó, logrando que este se detuviera

—Los secretarios también mueren fácilmente…

—Este no, pues de hacerlo, Herper, te matara, ya tiene una orden directa…

La sonrisa llena de burla de Kenia se borró, el auto solo siguió su marcha, mientras Cyrus, estaba más que fascinado, por haberle ganado una partida al matón número dos

Solía llamarlos así, todo después de que la señorita Neus, a quien vería luego de años, los había llamado así, luego de verlos junto a su esposo siempre

Ella solía llamarlos cosa una y cosa dos, mientras los observaba como si fuesen no más que tontos, si ella supiese que aquellos hombres eran terriblemente peligrosos

Pero ahora no era de importancia, no cuando el ascensor se había abierto par a par y mientras Cyrus, observaba al alrededor

Noto que su jefe hacía lo mismo, este caminaba con una elegancia digna de admirar, pero podía notar como sus ojos la buscaban, lo hacían una y otra vez

Pero al parecer no lograba encontrará justamente como lo había hecho él, por lo que en cuanto entraron a la sala de conferencias y pudo notar la tensión en todos

Sabían que no harían nada para arruinarlo, más cuando aquel hombre con su tono aburrido y frívolo hablo

—No tengo todo el día, llámenla de una buena vez, tú no pierdas el tiempo, niña, lárgate ahora mismo, no estás contratada…

Nadie dijo nada, la mujer salió corriendo fuera del lugar, y luego de lo que parecía ser unos segundos, ella había entrado al lugar

Sus ojos negros como la noche, su expresión tranquila, que había llegado a cambiar de inmediato al notar el hombre frente a ella

Mientras su jefe, aquel que la observaba como si fuese lo más interesante, lo más curioso y más satisfactorio que había logrado ver en todos aquellos años

Más cuando ella, observo un lado a otro y parecía querer escapar, pues no podía creer lo que ocurría

—Bienvenida señorita Robinson, no imagine que vendría a esta entrevista, pero dígame ¿Qué la ha motivado en querer trabajar a mi lado? Dígame ¿Por qué quieres ser mi secretaria Neus?

Ella tragó en seco, dio una mirada hacia su espalda, tal vez en busca de la puerta de salida, tal vez el poder escapar parecía una buena idea, ¿acaso había cámaras grabando?

Si era una broma, era hora de que alguien saliese con una sonrisa estúpida y jugara con ella, pero no era así, el hombre estaba allí

La observaba como la bestia, como el salvaje animal que era, que estaba dispuesto a acabar con ella, justamente como ella tanto había temido por años

Fue por eso que dio unos cuantos pasos hacia atrás, mientras sonrió un poco incómoda y hablaba como si en realidad las cosas no fuesen más que una confusión

—Fuera de aquí…

Todos se habían levantado de sus asientos, caminaron hacia la salida, mientras ella no sabía qué hacer, tal vez ella debía marcharse, por lo que estaba a punto de salir del lugar

Por lo que hablo en un tomo un poco avergonzado e incluso hasta podría decirse qué divertido, mientras el hombre no alejaba su mirada de ella ni un solo segundo

—Mira nada más, creo que me equivoque de lugar, no era aquí a donde venía, así que me disculpo, por la molestia yo…

Pero justamente al momento de dar media vuelta para salir del lugar, dos hombres enormes se habían atravesado en su camino

Aquellos levantaron una ceja y la observaron como si no fuese más que una tonta al creer que escaparía, mientras ella notaba que no era los dos guardas de siempre

¿Dónde estaban cosa una y cosa dos? Eso no importaba, no ahora que parecía que se encontraba en la situación más extraña que jamás creyó

—Yo… Ah… Creo que…

—Te hice una pregunta Neus, porque estás pidiendo trabajo aquí, y más que nada como secretaria, ¿Por qué lo haces de esta manera con todos tus estudios? ¿Por qué de la noche a la mañana te presentas en la ciudad y por qué viniste hasta este lugar?

Ella no sabía que responder, ¿Qué diría? Tengo un hijo que alimentar, necesito el trabajo, o más bien debía decir que su hermana había muerto y que ahora no sabía qué hacer con su vida

Que no importaba los años, estaba perdida, pues a pesar de tener a blue, ella se sentía como si no tuviese un rumbo, pues su vida giraba en tornos a su hermana

No había nada, no sabía qué decir, más cuando aquellos ojos azules, tan conocidos, la observaban con una expresión llena de preguntas

—No he recibido trabajo, debido a que mi currículo es demasiado elaborado, incluso he borrado algunos estudios, pues no entro en ninguna propuesta laboral

—Por supuesto que no, estudiaste pare ser la directora de empresas grandes, estudiaste para ser la directora de este lugar…

Los ojos de Neus, observaron al hombre con sorpresa, mientras este se levantaba de su asiento y caminaba hacia ella

Esta no sabía qué hacer, solo camino pasos hacías atrás, tal vez en busca de escapar del hombre ¿Qué le haría? Jamás se había acercado tanto a ella

—¿A qué juegas Neus? ¿Acaso vienes por lo que ocurrió la última vez?

—¿Qué?

—Te pregunto ¿si quieres jugar conmigo? ¿Si estás solo aquí para atormentarme? Dime de qué trata todo esto, ¿caso estás buscando mis límites Neus?

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