Narra
Samara.Ya ha pasado una semana donde lo único que he hecho ha sido hundirme a mi misma con pensamientos irracionales. Ha pasado una semana en la cual no se ha dignado a llamarme, ni una sola palabra, ni un mensaje...nada.
No he querido hablar ni ver a nadie, ni siquiera a Amón. Me siento mal, enojada conmigo misma por hacerme ilusiones con alguien como Elijah. ¿Tan poco le importaba que a la primera chica que aparece se va con ella? Es impresionante lo rápido que desapareció el Elijah anterior. Pasó de ser un chico dulce y atento a pasar de mi cara sin pudor alguno.
Cuatro suaves golpes interrumpen mis lamentables pensamientos. La cabeza de Amón se asoma por detrás de
NarraSamara.-¿A dónde me llevas?-pregunté por décima vez a Amón. Llevaba una media hora conduciendo a un rumbo desconocido para mí.Él se limitó a ignorarme, como lo llevaba haciendo desde hace treinta minutos.-Amón-le llamé, presionando mi dedo indice contra su mejilla-Aaaaaaaaamónnnn-sonreí satisfecha cuando suspiró con cansancio. Pero tal sonrisa desapareció cuando su mano se posó en mi muslo desnudo mandando corrientes eléctricas a todo mi cuerpo.-¿Puedes quedarte quieta un segundo, bonita?-gruñó, malhumorado, como siempre.
Narra Samara.Llevábamos más de una hora esperando noticias y nada. Lo único que sabíamos era que Aella estaba bien y no tenía ninguna herida grave, sin contar algunos rasguños, estaba en perfecto estado.Suspiré, y me levanté de mi lugar. Miré a la recepcionista media dormida en su escritorio, los pasillo estaban desiertos.Mi cara se iluminó cuando un doctor se acercó a nosotros.-¿Familiares de Elijah Sokolov?-dijo el medico, mirando unos papeles. Amón se levantó.-Soy su hermano-dijo, serio. Miré a Mike, sorprendida. 
NarraSamara.A la mañana siguiente me veo fatal, no he dejado de darle vueltas a la idea de mi supuesto enamoramiento por Amón.Sin muchos ánimos y con la cabeza hecha un lío, arrastro mis pies hasta la cocina. Allí, un Amón concentrado en hacer el desayuno me observa con una ceja enarcada.-¿Estás bien?-cuestiona al ver mi aspecto. Asiento sin mucha gracia.-Quiero café-musité, yendo a la cafetera. Una vez llena mi taza de un humeante café me senté en la encimera, frente a Amón-¿Como es eso de que tú y Elijah son hermanos?-él siguió con lo suyo y contest&
NarraSamara.Estoy acabada.Que acaba, ACABADISIMA.La mujer, se acercó a nosotros con una sonrisa, de cerca podía apreciar lo bella que era y el parecido que tenía con Amón. Recordé aquella noche en el hospital, cuando lo conocí, me había dicho que su madre tenía los ojos negros como él, y estaba en lo cierto.La madre de Amón, traía el cabello corto por encima de los hombros, el color de su cabello era el mismo que el de Amón, oscuro como el mismísimo carbón, al igual que sus ojos. Su tez blanca hacía contraste con estos, creo que la piel era lo único diferente que t
NarraSamara.-Se puede saber que estamos haciendo-susurré, agobiada.Ambos hermanos me miraron mal y siguieron caminando en cuatro patas por el césped. Amón, Damon y yo, estábamos en el jardín de la mansión de Elijah, no preguntéis, yo tampoco sé muy bien la razón.Horas antes.Sonreí, mirando el resultado de mi dibujo, había quedado exactamente como quería. Cuatro golpes en la puerta hicieron que despegará la vista de mi obra maestra hacía ella. Amón se asomó, con una sonrisita. No sé que me sorprendió más, si su sonrisa,
Corrí por la vereda sin frenar, ¡Llegaba tarde a mi entrevista de trabajo!Importándome poco la gente a mi alrededor, crucé la calle sin mirar a los costados, y sin darme cuenta, acabé en el piso, con mi alrededor dándome vueltas.-Oh, dios, ¿Estás bien?-era una chica, lo supuse por su voz, ya que, no distinguí mucho su rostro.-Sí, yo solo estoy un poco mareada...Des-descuida-mi cabeza palpitaba. Me había mareado un poco.-Déjame llevarte al hospital, ¿Si?-no respondí, supongo que la chica lo tomó como un sí, ya que, pidió ayuda a un chico que estaba entre el cúmulo de gente a mi alrededor para subirme al auto.NarraAmón.Di otro
Me separé de él, intentando apaciguar mi respiración acelerada. Estábamos tan cerca que lo único que veía de su rostro eran sus imponentes ojos negros, los cuales brillaban.La tentación de besarle otra vez picaba en cada parte de mi cuerpo, pero no fue hasta que tocaron la puerta, que me di cuenta en la posición que nos encontrábamos.La sangre se me acumuló en las mejillas, las cuales se calentaron poco a poco. Amón sonrió, y con una de sus manos acarició mi mejilla.Casi pude ver su intención de besarme nuevamente, pero el toque en la puerta se hizo más irritable.Sin otra opción, suspiró, maldiciendo por lo bajo. Tan bajito que ni yo, estando a pocos centímetros de él, pude escucharlo.De un movimiento, me dejó en el sofá, y se dirigió a abrir la puerta.
Narra Samara.Abrí los ojos, viendo el techo blanco de la habitación de Mike. No había conseguido pegar ni un ojo en la noche y con suerte había dormido más de dos horas. Mi cabeza palpitaba gracias al estrés, y sentía cada músculo de mi cuerpo tenso.Me incorporé en la cama, mirando a mi alrededor, llevaba puesta la misma ropa de ayer.Pude ver a un lado de la puerta dos pequeñas maletas y un bolso, que, pude identificar como míos.Decidí levantarme e ir al baño al ver la hora. Allí había un cepillo de dientes con una pequeña nota que decía "Úsame", y así lo hice. Lavé mis dientes, mi cara e intenté, como pude, ordenar en una coleta las motas rubias de mi cabello.Abrí la ventana de la habitación, comprobando que hoy, la ma&ntild