Aiden Paxton:

Cuando llegué a la oficina que está utilizando Arwen estaba llorando apoyada en la ventana, trató de disimular dándome la espalda, pero me acerqué y quise saber que le sucedía:

–Acabo de leer lo que dijo la periodista en las redes sobre nosotros. ¿Cómo alguien puede enlodar así la reputación de una persona?, no soy una arribista, no me sacaste de ningún lugar de mala muerte, no soy una sumisa pervertida y menos una mujerzuela.

–Si sabes que nada de eso es cierto, ¿por qué permites que te perturbe?

–Porque jamás me he metido con nadie, no juzgo, no hablo mal de los demás, he vivido mi vida tratando de no perjudicar a los que me rodean, he estado concentrada en mis estudios y de pronto solo por querer hacer algo bueno para la salud de mi madre, me veo envuelta en un vulgar chisme de una mujer a la que no había visto hasta hoy, solo porque está celosa de un hombre para el que…

Eliminé la distancia que nos separaba, tomé su rostro en mis m