Alexandra no sabía donde estaba, sus ojos estaban bendados, sus manos atadas atrás de su espalda, sus pies también habían sido atados por lo cuanl no podía moverse aunque quisiera, Remi le había puesto una mordaza demasiado apretada, y un trozo de tela en la boca, todo estba tan apretado que sentía los latidos de su corazón a punto de perforar su cabeza, estaba dolorida a causa de los golpes, su rostro estaba definitivamente hinchado, su costado dolía y le costaba respirar, luego de que el guardia llegara a la habitación, Remi había estallado en un ataque de ira y se había desquitado con ella, le había atado y luego alguien la había llevado en hombros.
Cuando escuchó el sonido de disparos había sentido esperanza, Viktor estaba allí por ella, la encontrarían pronto, al menos esa era su esperanza hasta la habían dejado caer y empujado de una patad
Alexandra despertó al sentir que no podía moverse, el dolor de sus heridas y los medicamentos no eran una buena combinanción, pero eld espertar en medio de Nikolay y Viktor definitvamente había sido lo ultimo que esperaba, si bien ella misma les había pedido quedarse, no lo había pensado demasiado.Ver a Nikolay de nuevo frente a ella le había hecho entrar en pánico, pero al mismo teimpo, había sentido el impulso de estar en sus brazos en busca de consuelo. Nikolay estaba a su derecha, con una mano en su vientre y la otra sobr su cabeza, Viktor estaba roncando ligeramente a su izquierda, con una mano en sus costillas, allí donde remi la había golpeado.La sensación de calidez era abrumadora, y aunque el pánico se había instalado en su carganta ante el contacto inicial, se sentía segura.cuando se movió ligeramente en un intento de cambiar de posici&oac
Alexandra estaba nerviosa, no comprendía hacia donde querian llegar Viktor y Nikolay, pero estaba dispuesta a escucharlos, de todas formas no tenía demasiadas alternativas, y con su pierna rota no podía llegar a ningún lado aunque quisiera.— ¿Debería preocuparme por lo que van a decir? — preguntó mirando a Viktor, que lucía cansado, el negó mientras se daba la vuelta y se acercaba a ella, apyando su cabeza en el muslo de Alexandra, que acaridió su cabello humedo— Lo ultimo que Kolya y yo queremos es estresarte — explicó — pero él tiene que regresar a Rusia en unos días, y tenemos que decidir que haremos de ahora en adelante— ¿De que...? — Viktor no la dejó terminar, la interrumpió con un ligero beso en los labios— Querías que te demostrara si quería o no algo contigo — le re
Una vez fuera de la ducha, Alexandra se sentía mucho mejor, especialmente luego de la charla con su madre, porque sí, habia decidio finalmente que Anastasia se merecía ser llamad su madre, incluso si antes no se habían vinvulado de tal manera que ella lo notara, siempre había actuado como una madre, simplemente no le había permitido serlo.Con cuidado de no lastimarla, la ayudó a recostarse de nuevo en la cama, poniendo un par de almohadas en su espalda, se había puesto una pijama corta, debido al yeso en su pierna, había olvidado lo incomodo que era tener los huesos rotos, pero solo podía esperar a que todo pasara.Alguien tocó la puerta de la habitación y su madre fue a abrirla rapidamente, la imagen que la recibió fue completamente enternecedora, Nikolay tenía una bolsa llena de lo que parecían ser cosas para el gato y Viktor, tenía al gato en sus br
Viktor sabía que su hermano estaba cabreado, cuando salió de la habitación de Alexandra, había sentido una incomodidad palpable al ver su hermano que estaba tomando de forma agresiva — ¿Estás bien? — prguntó, durante las ultimas semanas habían intentado establecer varias conversaciones que no estuvieran directamente relacionadas con sus plnes o con Alexadra, pero la epresión en el rostro de su hermano era de miedo, y él no estaba en condiciones para enfrentarlo, Nikolay lo fulminó con la mirada — Estoy intentando controlarme, así que no me toques las pelotas — gruñó el rubio, ante lo que Viktor puso los ojos en blanco, consciente de que su hermano solo sería un gilipollas durante un tiempo, pero sabía que era capaz de molerlo a golpes en su estado actual, había podido con Klaus, así que no tenía demasiadas esperanzas con sus costillas rotas. — ¿Realmente creías que te perdonaría luego de que apareciste de la nada? — preguntó, tal vez era meter un dedo e
Monica los guió hacia una especie de cabaña / hangar en la que habpian cerca de quince guardias esperando con enormes rifles de caza, lo que hizo que Alexandra se estremeciera ligeramente, a demás del frío por supuesto, aunque estaba abrigada, sentía su nariz completamente congelada en el viaje de cinco minutos del avión a la cabaña.La mujer señaló una mesa, dispuesta con un par de tazas de chocolate caliente y bizcochos, lo que ambos agradecieron, Viktor tomó la silla de ruedas y la ubicó junto a él mientras miraba a Monica, la mujer parecía amable pero agitada mientras se sentaba frente a ellos.— Es un placer tenerlos con nosotros — aseguró ella de nuevo, señalando las tazas de chocolate, Alexandra aceptó la oferta sin pensarlo demasiado, Monica tomó otra taza para ella — Seguro se estarán preguntado por los guardias
Viktor cerró los ojos y apoyó la cabeza contra el vidrio de la ventada de su habitación, Romeo maulló llamando su atención, el odiaba Alaska, le traía demasiados recuerdos que prefería mantener ocultos en un rincón de su mente — ¿Como vamos a sobrevivir con estas mujeres? — preguntó a su mascota mientras lo recogia del piso, el animal ronroneó mientras mordisqueaba juguetonamente los dedos de Viktor, que caminó de regreso a la habitación de Alexandra, había revisado cada centimetro de la casa y estaba impresionado por la cantidad de dinero que su hermano debía haber gastado en toda esa protección. Alexandra estaba esperando pacientemente en la cama, su rostro seguía amoratado per la hinchazón había disminuido lo suficiente como para ver nuevamente sus facciones, la cicatriz en su frente definitivamente dejaría una marca, Stella, parecía no estar demasiado contenta con el clima, por lo que estaba completamente cubierta con mantas — ¿Lista para tu baño? —
Durante el primer mes en la cabaña, acostumbrarse a la rutina había sido complicado. Aunque Alexandra aún tenía que estar en la silla de ruedas, empezaba a mejorar fisicamente, pero Viktor notaba que a pesar de todo, seguía siendo distante, luego de haber sido rescatada ella había estado receptiva y casi anhelante de su cercanía, incluso la de su hermano, lo que si bien le había extrañado, no le molestaba. Pero finalmente estaba sucediendo lo que él había esperado, la esuchaba gritar en las noches con las pesadillas, pero ella le alejaba tan pronto como iba en su ayuda, el pánico y el dolor en los ojos verdes de la mujer le hacían doler el corazón, aunque estaba intentando alimentarla decentemente, se veía delgada, no comía demasiado, solo picoteaba y luego parecía desvancerse en sus pensamientos a diario. Incluso si habían intentado conseguir algún tipo de conexión...el sabía que había sido abusada, y no era un camino facil que recorrer, él estaba allí, dispuesto a
Alexandra se despertó de la pesadilla con la sensación de pesadez en su cuerpo, temiendo que su corazón saliera de su pecho debido a la fuerza de sus latidos. Se incorporó lentamente y notó el familiar peso de Romeo en su abdomen, el gato parecía haberla elegido a ella por encima de su dueño, lo que de cierta forma le parecía divertido, aunque el gato era un mimado, Stella la miraba desde su cama a un lado de la puerta, la gata era toda una diva y le gustaba tener el acolchonado para ella sola, ambos animales parecían notar su incomodidad.Suspirando y restregandose el rostro para terminar de apartar los rastros del sueño de sus ojos, pensó en llamar a Viktor, ella sabía que el hombre estaría en la habitación en menos de un minuto, pero algo la detenía, durante los ultimos dos meses que habían estado encerrados en aquella cabaña, ella había empez